En los Estados Unidos no hay problemas de integración porque "lo único que hicieron fue matar a cuatro indios". Así ha resumido el ministro de Exteriores, Josep Borrell, las diferencias entre los Estados Unidos y varios países europeos con tendencias centrífugas en el marco de un debate en la Universidad Complutense.

El ministro Borrell ha participado en un debate en el paraninfo de esta universidad madrileña en compañía de su homólogo alemán, Heiko Maas, bajo el título "La Unión Europea como actor económico y global que protege a sus ciudadanos" moderado por el rector de la Complutense, Carlos Andradas.

Borrell, que hoy mismo ha sabido que tendrá que pagar 30.000 euros por hacer uso de información privilegiada en el asunto de la venta de acciones de Abengoa, ha considerado que en algunos países europeos, como España, Italia, Alemania, Bélgica y el Reino Unido, hay tendencias centrífugas por la existencia de comunidades que no se sienten parte del país al cual pertenecen, y ha querido contrastar este hecho con la supuesta inexistencia de actividades contrarias a un proyecto común en los Estados Unidos.

En este sentido, Borrell ha asegurado que en Estados Unidos hay un "mayor nivel de integración política" por dos motivos: "Que tienen el mismo idioma y poca historia detrás", porque "lo único que hicieron fue matar a cuatro indios", mientras que en Europa hay que "construir un concepto basado en la idea de la ciudadanía, no religioso ni étnico, sino basado en una serie de derechos y deberes", lo que pide que "se quiera hacer y trabajar activamente".

Por eso mismo, Borrell ha defendido que hay que hacer "una enorme inversión en educación en Europa con centros donde se mezclen estudiantes y profesores como en un crisol de europeidad"

Patinazo en historia

El mismo Borrell, sin embargo, ha recordado en su mismo discurso, poco después de las polémicas palabras, que en Estados Unidos hubo una guerra civil, la que enfrontó a los estados secesionistas del Sur con el resto del país en el período 1861-1865, lo que desmonta su argumento de que no hubo tendencias disgregadoras. De hecho, no es la primera vez que Borrell patina en historia, ya lo hizo en septiembre, cuando queriendo recordar el inicio de la Segunda Guerra Mundial dio una visión absolutamente sesgada.