Junts ha querido dejar claro ante el hemiciclo del Parlament su apuesta sin fisuras por el acuerdo cerrado este fin de semana para sacar adelante la investidura de Pere Aragonès. El presidente del grupo, Albert Batet, ha asegurado que se trata de un acuerdo "bien forjado, que traerá más solidez, coherencia y estabilidad que cualquier acuerdo cerrado con prisas". "Quizás ahora no vivimos con épica este acuerdo histórico, pero puede ser un acuerdo que haga historia", ha remachado Batet, que ha garantizado "lealtad y compromiso" a Aragonès, "pero también firmeza y determinación para avanzar en la República catalana".

Al tomar la palabra en el turno de réplica, también Aragonès ha subrayado la confianza en el pacto con Junts que permitirá mañana su investidura y ha cerrando la intervención agradeciendo que "se haya conseguido un acuerdo sólido". "Ha tardado pero es honesto y sincero y así lo he sentido yo, especialmente estos últimos días, y es lo que tiene que dar sentido a nuestra acción política", ha remachado el candidato republicano.

La intervención del presidente del grupo de Junts ha sido bien diferente de la que protagonizó en el primer debate de investidura, cuando reclamó a Aragonès que renunciara a la segunda votación y siguiera trabajando para conseguir un acuerdo. Después de que la militancia ha avalado la propuesta con amplia mayoría, como se ha encargado de recordar ante el pleno, el presidente del grupo de Carles Puigdemont ha protagonizado una intervención sin aristas.

Acuerdo sufrido y sudado

Batet ha arrancado su parlamento subrayando que "los partidos independentistas por separado perdieron las elecciones pero el independentismo en su conjunto las ganó", y a partir de aquí el hilo argumental ha sido la defensa sin ambages del pacto, a pesar de las dificultades.

Ha reiterado que la ciudadanía reclamó a las fuerzas independentistas que se pusieran de acuerdo, y se ha disculpado por el retraso en conseguirlo, asegurando que se ha tardado más de lo que habrían querido, con negociaciones largas e intensas para cerrar un pacto "trabajado, sufrido e incluso sudado".

De hecho, ante las dudas que se ha atribuido a la solidez del acuerdo, Batet no ha tenido inconveniente en admitir que el acuerdo cerrado tres años atrás levantó muchas expectativas pero "acabó yendo de más en menos", y en cambio, el de ahora no levanta tantas expectativas pero "puede ir de menos a más" porque cuenta con el apoyo del 52% de los votos.

Albert Batet durante la intervención desde la tribuna del Parlament / ACN

Al Estado: "Querían caldo, dos tazas"

Batet no ha escondido las dificultades que ha impuesto a las conversaciones la represión del Estado, que "ha dejado heridas pero al mismo tiempo ha hecho al independentismo más consciente de sus debilidades y sus fortalezas". "Querían caldo, pues, dos tazas. Esta es la realidad de Catalunya señor Illa, el independentismo sigue vivo y sigue determinado", ha insistido dirigiéndose al socialista Salvador Illa.

A pesar de todo, ha garantizado que Junts dará una oportunidad sincera a la mesa de diálogo. "Siempre hemos dicho que la mejor solución para resolver un conflicto político es el referéndum de autodeterminación", ha insistido, a pesar de admitir que representa unas dificultades enormes porque ningún gobierno español ha abierto ninguna vía de diálogo en el proceso independentista.

Elsa Artadi entra en el hemiciclo durante una de las intervenciones de Aragonès / ACN

En la réplica, también Aragonès ha pedido disculpas por la dilación al cerrar el pacto, ha admitido que se ha tardado demasiado, y ha lamentado el efecto de la represión del Estado, que "condiciona las miradas". "Al final lo que ha quedado claro es que aquello que nos une es mucho más fuerte que las perspectivas diferentes. Esta es una fortaleza extraordinaria que hay que preservar", ha remachado.

 

En la imagen principal, el presidente del grupo de Junts, Albert Batet