La ciudad de Barcelona es finalista para acoger la sede del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF, por sus siglas en inglés), después de haber superado el primer tramo en que competía con nueve ciudades más. La ciudad que consiga imponerse en la carrera se añadirá a las dos suyos que ya tiene el organismo, una en Reading, en el Reino Unido, y la otra en Bolonia, en Italia, que en el 2021 acogerá el nuevo superordenador del centro.

El Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo es una organización independiente intergubernamental formada por 22 estados miembros y 12 asociados. Nació en 1975 y tiene 360 trabajadores de más de 30 países. Produce predicciones meteorológicas globales y otros datos tanto para sus miembros como para la comunidad científica y empresarial en general. La misión principal del organismo es producir pronósticos meteorológicos numéricos y monitorizar el sistema de la Tierra; llevar a cabo investigaciones científicas y técnicas para mejorar las habilidades de pronóstico, y mantener un archivo de datos meteorológicos.

¿Qué ofrece Barcelona?

Después de que la ciudad no consiguiera ser la sede de la Comisión Europea del Medicamento, ahora hace tres años, Barcelona se propone conseguir ser la sede del ECMWF. La propuesta barcelonesa ofrece un "ecosistema científico" con un edificio "puntero" preparado para la incorporación "inmediata" de los trabajadores, según ha subrayado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Los 22 estados miembros del ECMWF harán la elección definitiva el 9 de diciembre. La ministra Teresa Ribera ha valorado que acoger la sede del ente en Barcelona supondría "potenciar" la capacidad de investigación del Estado en nuevas técnicas de predicción meteorológica "imprescindibles" en un escenario "de mayor adversidad por el calentamiento global". También facilitaría, en opinión de la ministra, una participación más destacada de instituciones y empresas españolas en el desarrollo de proyectos relacionados con la implantación de nuevos servicios climáticos facilitados por el Servicio de Atmósfera y Cambio Climático del programa Copérnico a todos los países de la Unión Europea.

Con respecto a los pilares de la candidatura, el equipo que la impulsa destaca la calidad de vida "alta" de Barcelona, que además es una ciudad "muy bien conectada al mundo". También apunta en "el ecosistema científico-universitario y de innovación potente", a una oferta "amplia" de escuelas internacionales, a un mercado de trabajo "dinámico" para profesionales cualificados o en un edificio a punto para empezar a funcionar que puede alojar a 400 personas "situado en un entorno científico de calidad", entre otros.