Si desde los primeros compases de la pandemia de coronavirus, la presidenta de la Comunidad de Madrid se había convertido en el azote de Pedro Sánchez, las últimas decisiones del gobierno PSOE-Podemos -la revisión de la ley de educación y la promesa de reforma fiscal para acabar con los privilegios tributarios de las rentas más altas de la capital española- han recargado los cartuchos de Isabel Díaz Ayuso para seguir disparando contra la Moncloa y ahora, contra sus aliados independentistas, encabezados por ERC. La presidenta redobla la amenaza: "Volveré". Avisa de que combatirá las izquierdas y el independentismo haciendo campaña desde tierras catalanas.

isabel diaz ayuso barcelona sergi alcazar

Este viernes, Ayuso ha trasladado su fortín a la Plaza de los Países Catalanes de Barcelona, en el mismo emplazamiento, el hotel Barceló Sants, donde Rivera y Arrimadas celebraban sus primeras noches electorales. Allí ha convocado una rueda de prensa para perseverar en su amenaza de "batallar con uñas y dientes" para defender los bolsillos de las grandes fortunas madrileñas, pero también el castellano en las escuelas catalanas. Durante su comparecencia ha edfendido la política fiscal madrileña y la ha contrapuesto a la catalana que, a su entender, "asfixia" a los ciudadanos. "La sociedad catalana no puede más", ha rematado. 

La dirigente del PP llegó a Catalunya el jueves y a lo largo de estas 24 horas ha organizado encuentros con entidades contrarias al independentismo y a la inmersión lingüística, como Sociedad Civil Catalana o Se Ha Acabado. Al mismo tiempo, asegura haberse reunido con representantes del sector de la hostelería, aunque no ha concretado cuáles.

El paraíso de la libertad vs la tiranía

Preguntada expresamente, Ayuso ha reconocido que durante su estancia en Barcelona no ha tenido ningún problema para hablar en castellano y ser atendida allí donde ha ido. A pesar de todo, ha dibujado un escenario de trincheras. Se trata, ha dicho, de dos bandos: "España o contra España, libertad o totalitarismo". A un lado las izquierdas y el independentismo que quieren someter a los ciudadanos a su "tiranía" y de la otra ella y su Madrid que ha presentado como un "paraíso de la libertad".

Ayuso ha denunciado que del mensaje de la comparecencia de ERC para presentar de acuerdo de presupuestos se desprende que "no quieren lo mejor por Catalunya, sino lo peor para Madrid". Bajo su punto de vista, Madrid está sufriendo un "ataque desmesurado" que no está dispuesta a tolerar. En este sentido, ha advertido a los socialistas madrileños que lo tendrán muy crudo "para explicar por qué les subiremos los impuestos porque lo digan unos políticos independentistas".

El dedo en la llaga: cerrar bares y restaurantes

Consciente de la presión que el sector de la restauración en Catalunya ejerce en el Govern de la Generalitat para que flexibilice las medidas anit-Covid, por ejemplo alargando el toque de queda hasta la medianoche, Ayuso ha puesto el dedo en la llaga. Ha sacado pecho de cómo está haciendo las cosas Madrid para combatir el virus sin estropear tanto la economía.

La presidenta madrileña ha apostado por no cerrar bares y restaurantes durante la segunda ola, como sí ha hecho Catalunya. Una decisión que ha querido poner en valor a pesar de que Madrid cuenta con una tasa de mortalidad mayor por coronavirus. 

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Barcelona, Milán, Lyon

Aprovechando el tirón mediático que tiene Ayuso, el presidente de Sociedad Civil Catalana -que se ha reunido con ella antes de la comparecencia- ha reclamado la atención de cámaras y micrófonos para meter baza.

Fernando Sánchez Costa ha abominado del compromiso de la Moncloa con ERC para acabar con el dumping fiscal de Madrid. "Es alucinante que uno de los partidos que ha hecho bandera del egoïsme fiscal ahora pueda decidir qué pueden hacer y qué no las otras comunidades autónomas", ha apuntado.

Una queja que ha acompañado de una crítica al Govern de la Generalitat, a quien ha acusado de "haber arruinado el tejido empresarial catalán". Según SCC, "Barcelona podría seguir siendo la Milán de España y, por culpa del procés, se ha convertido en el Lyon de Francia".