Ha dado más vueltas que un reloj y la casualidad ha querido que la votación final sobre la moción en defensa de la autodeterminación y la mediación internacional de Junts per Catalunya haya coincidido con el día de la reanudación del diálogo entre Quim Torra y Pedro Sánchez. El debate sobre esta iniciativa ha evidenciado los matices existentes entre los socios de Govern. ERC ha intentado, sin éxito, convencer a los de Torra y Puigdemont para rebajar el punto que exige "una mediación internacional" que arbitre la negociación entre gobiernos y "vele por el cumplimiento de los acuerdos". Los republicanos planteaban reescribir el apartado, eliminando el concepto "internacional" e introduciendo el condicional "cuando sea necesario". Según su portavoz, Sergi Sabrià, aunque sería deseable, esta figura "no puede ser la excusa para dejar de hablar".

El texto definitivo que se ha aprobado defiende la necesidad de diálogo con el Estado, pero también que hay que impulsar el ejercicio del derecho a la autodeterminación en el plazo más breve posible, además de situar como indispensable la polémica incorporación de un mediador internacional., una condición que Sánchez ha rechazado públicamente durante su comparecencia posterior a su reunión con Torra. Han dado apoyo a la moción los tres grupos independentistas -JxCat, ERC, CUP-. También los comunes en la mayoría de puntos, si bien en el del mediador se han abstenido. Durante la exposición de sus respectivas posiciones, JxCat y ERC se han lanzado reproches mutuos. Los primeros expresando su "desconfianza" con la mesa de diálogo. Los segundos agradeciendo que por fin, y después de tantas críticas, Torra y compañía hayan decidido subirse al carro de la mesa pactada con el PSOE. Lo ha resumido bien la diputada de la CUP, Natàlia Sànchez: "hay que ver como vuelan los cuchillos".

El origen de la propuesta de JxCat es anterior a la investidura de Sánchez. De hecho, fue coincidiendo con el inicio de las conversaciones entre ERC y el PSOE que los de Junqueras pidieron a sus socios que aparcaran la moción, que defiende abiertamente el derecho de autodeterminación, para no poner más obstáculos. A cambio del gesto, los republicanos cedieron a JxCat a los senadores necesarios para que pudieran constituir un grupo propio en el Senado. Finalmente el texto ha visto hoy la luz, con Sánchez ya de presidente y con la legislatura catalana sentenciada por el propio president Torra.

La moción será una primera prueba para la nueva etapa que abandera el gobierno de coalición PSOE-Podemos para demostrar si cumple con el compromiso de desjudicialización y, a diferencia de la práctica habitual hasta ahora, evita impugnarla en el Tribunal Constitucional.

¿Qué dice la literalidad de la moción?

El documento aprobado habría sido, seguro, motivo de recurso por parte de gobiernos anteriores, porque reivindica abiertamente que hay que acordar una solución democrática al conflicto siguiendo el Acuerdo Nacional por el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía que el Govern debe impulsar en el plazo más breve posible".

El primero de los apartados abraza la apuesta para abrir un nuevo camino por la negociación con el Estado. Más adelante añade que teniendo en cuenta los antecedentes hay que dotar de garantías este diálogo entre iguales" y que por eso "se requiere de una mediación internacional". Asimismo, se denuncia la "represión" del Estado, manifestando el rechazo a la inhabilitación del presidente Torra y al hecho de que a pesar de la sentencia del TJUE, Junqueras no pueda ejercer como eurodiputado.

El redactado aprovecha para señalar la necesidad de "promover un cordón sanitario a la ultraderecha para evitar su normalización política a las instituciones".

Sólo uno de los puntos planteados ha caído, lo que emplazaba "a todos los actores del independentismo a participar de un espacio donde se pueda debatir qué y en qué condiciones el presidente de la Generalitat y el Gobierno pueden negociar con el ejecutivo español". La CUP y los comunes han votado en contra porque consideran que es excluyente.