El escándalo por la bronca de Francesc de Dalmases a una periodista de TV3 se está infiltrando en el complejo juego de equilibrios en que cabalga permanentemente Junts per Catalunya y está poniendo en riesgo la cohabitación que acordaron la presidenta del partido, Laura Borràs, y el secretario general, Jordi Turull, en el congreso de Argelers. Dalmases es una persona de la máxima confianza de Borràs y el sector laurista se ha revuelto contra la censura del informe de Magda Oranich, que ha acabado con su dimisión a la ejecutiva. No sólo eso, se ha querido interpretar la polémica como un ataque directo a la presidenta.

La ruptura se puso de manifiesto en la tensión con que se vivió la ejecutiva extraordinaria del martes, que aceptó por unanimidad la dimisión de Dalmases como vicepresidente del partido y durante la cual dos diputadas de Junts denunciaron el trato que personalmente habían recibido del hasta ayer vicepresidente de Junts. La irritación de Borràs llegó al punto que el responsable de comunicación del partido tuvo que bajar las persianas para evitar que los gritos se oyeran en el exterior.

Vacío a la reunión del grupo

Las persianas, sin embargo, no evitaron que el malestar recorriera los chats del partido, por donde el debate de la dirección circuló nervioso, y tampoco han evitado que este mediodía se volvieran a hacer evidentes en la reunión del grupo parlamentario, que se ha celebrado en ausencia de los pesos pesados del sector laurista, empezando por la misma Borràs y de Dalmases, afectado de una indisposición, pero también sin la vicepresidenta del partido Aurora Madaula, o los diputados Jaume Alonso Cuevillas o Cristina Casol.

No obstante, Cuevillas, también miembro de la ejecutiva, en declaraciones a Ser Catalunya no ha tenido inconveniente en acusar a los dirigentes críticos con Dalmases de haber utilizado el asunto para convertir a la presidenta del partido en una "pieza de caza mayor". No sólo eso, ha atribuido esta situación al malestar provocado por la salida de Govern, que Dalmases defendió con entusiasmo, y ha responsabilizado directamente a los miembros del partido que han tenido que abandonar al ejecutivo después de la ruptura del Govern.

En este contexto, la reunión del grupo parlamentario ha servido para repasar la reunión de la ejecutiva, y para que los diputados expresaran su apoyo a las diputadas que aseguraron haberse sentido presionadas por Dalmases, pero también para conocer el interrogatorio a que Borràs sometió ayer por la mañana a los miembros de la comisión de garantías. Entre las intervenciones se ha subrayado el cansancio por unos debates internos que enturbian la imagen pública del partido, pero también alguno reproches por considerar que la decisión de la ejecutiva no cierra del todo la polémica y se queda "a medias". En la reunión de hoy, según algunos de los asistentes, la presidenta del partido ha aparecido en la diana de algunas de las intervenciones. Con todo, el presidente del grupo, Albert Batet, ha intentado contener la situación y la consigna ha sido que el grupo parlamentario cerraba filas.

Eso no ha evitado que los puñales siguieran volando puertas afuera. Algunos, con ataques turbios, como el del perfil de Twitter de una supuesta periodista de nombre Joana Masdeu, a la cual nadie de la profesión conocía, desde donde se ha defendido a Dalmases a la vez que se cargaba contra actitud de dirigentes del partido como Jordi Sànchez o Albert Batet. El fake ha resultado tan torpe que, después de provocar el hazmerreír de la prensa habitual del Parlament, ha sido borrado. Se ha convertido, no obstante, en un síntoma de la batalla interna que se está jugando en el partido.

La caída de su lugarteniente deja a Borràs sin una pieza clave, apoyo esencial en todos y cada uno de sus movimientos. Dalmases ha querido conservar el escaño en el Parlament para mantener la condición de aforado, lo cual le permite que el caso por el cual se lo está investigando sobre las subvenciones de la Diputación a Catdem se mantenga en el TSJC, donde de momento no se han visto suficientes elementos para procesarlo. No obstante, queda apartado del núcleo de decisiones del partido.

El asunto, además, continúa abierto dado que cuadros de Junts están impulsando una resolución en el consell nacional, previsto para el 19 de noviembre, para que se obligue a Dalmases a abandonar el escaño y, en caso de que se oponga, se le aparte del grupo parlamentario de Junts, además de abrir un expediente para decidir si hay que expulsarlo de militancia. Esta resolución reclama también una investigación interna para saber quién presionó a Magda Oranich para modificar o eliminar su informe.

El debate en Junts, por tanto, todavía no se ha cerrado.