El día que el nuevo Govern de la Generalitat ha encendido motores y se ha puesto en marcha, el president ha ejercido de anfitrión en Palau por primera vez. Pere Aragonès ha recibido a TV3 al pie de la galería gótica, donde al mediodía ha comparecido escudado por sus consellers para recordar a Pedro Sánchez que los indultos, si llegan, bienvenidos serán, pero que la exigencia que el gobierno catalán pondrá sobre la mesa de diálogo es y seguirá siendo la amnistía como única solución real al conflicto político entre Catalunya y el Estado. Ya por la noche, ante el escepticismo expresado durante la entrevista por el director de la cadena, Vicent Sanchis, ha defendido que "la amnistía es plenamente viable".

Las opciones de que la negociación con el Estado español sea fructífera han centrado buena parte de la conversación. "La necesidad de poner el país en marcha no nos tiene que hacer olvidar la represión", ha remarcado el president. Con la carpeta sobre la concesión de los indultos encima de la mesa del consejo de ministros, Aragonès ha subrayado que cuando se siente a negociar con Pedro Sánchez, la reivindicación catalana seguirá siendo la amnistía y el referéndum. Antes, convocará el Acuerdo Nacional por la Amnistía y la Autodeterminación, para poder trasladar que la propuesta no es sólo suya o del Govern, sino también del grueso de la sociedad catalana.

Cuando Sanchis le ha reiterado que ninguno de los dirigentes del Gobierno de España ha mostrado ningún tipo de voluntad de explorar estas dos exigencias, Aragonès ha sido rotundo: "Si en Catalunya tenemos que fijar nuestros objetivos por las declaraciones que hacen los dirigentes del Estado español, estamos frescos". Desde su punto de vista, la clave una vez se reactive la mesa de diálogo es que el Estado traiga una propuesta para Catalunya.

A rebufo de Escocia

Con España enfilando el ecuador de la legislatura, Aragonès ha señalado que es primordial "aprovechar estos dos años para actuar de forma conjunta para presionar el Estado, porque después puede haber otra mayoría." La clave, ha dicho, pasa porque "los demócratas españoles tienen que ver que si quieren salir adelante tienen que ir de la mano del independentismo". Al mismo tiempo, ha apostado para ponerse al rebufo de Escocia, que próximamente volverá a pedir un referéndum en el Reino Unido. El presidente ha insistido una vez y otra en la necesidad de que el independentismo no se levante "nunca de la mesa de negociación" porque es la mejor carta de presentación para ganar aliados internacionales, uno de los elementos imprescindibles si, una vez se certifique que la negociación con el Estado no avanza, hubiera que activar la vía unilateral. En paralelo, se ha fijado el objetivo de volver a conseguir una amplia victoria del independentismo en las elecciones municipales de 2023.

"La alternativa al referéndum es una derrota, o la represión sine die. Y la derrota de Catalunya no la aceptaremos nunca. En la sociedad catalana no estamos dispuestos ni a ser derrotados ni a aguantar la represión sine die", ha advertido a modo de conclusión.

Rebaja de un 15% de su sueldo

Pere Aragonès ha aprovechado la entrevista en prime time de TV3 para anunciar su voluntad de rebajarse el sueldo un 15%. De este modo, la retribución que recibiría el president pasaría de los más de 150.000 euros acutales a unos 130.000. Según fuentes del ejecutivo, la intención es que esta política se aplique también a algunos altos cargos de la Generalitat. 

El gobierno del país, no de dos partidos

Con la composición del nuevo gobierno, Aragonès ha querido empezar de cero en relación a la anterior legislatura, marcada por las constantes y aireadas disputas internas entre socios. "Tenemos que trabajar en equipo, no somos el gobierno de dos partidos, somos el gobierno del país", ha sido el aviso que por la mañana ha hecho en privado a sus consellers y que durante la entrevista ha querido transmitir en público.

La reflexión de Aragonès es que "las circunstancias que tuvo que afrontar la pasada legislatura fueron especialmente duras", desde los incendios en la Ribera de Ebro o el temporal Glòria al impacto de la sentencia del 1-O y la pandemia, y ha puesto el acento en que todo lo vivido a lo largo de los últimos cuatro años ha sido un "aprendizaje que se refleja en los acuerdos suscritos con Junts y la CUP". Y ha reiterado el agradecimiento a "la tarea hecha" por su predecesor, Quim Torra.

En referencia al primer incendio que ha tenido que gestionar como president, el desahucio con la colaboración de la brigada móvil de los Mossos en el Poble-sec, ha reconocido que las imágenes le horrorizan. Y se ha comprometido a cumplir con el acuerdo pactado con la CUP, que prevé la retirada de la Brimo de los desalojos, pero también el impulso de una política activa que garantice el derecho a la vivienda.

Asimismo, Aragonès ha valorado como "compatibles" los documentos que ERC ha pactado con Junts y la CUP. Porque aunque al texto acordado con los junteros se obvian puntos comprometidos con los anticapitalistas, no se hace ninguna referencia contraria.

En la imagen principal, un momento de la entrevista en TV3