La agenda de su primer día como president de la Generalitat se ha visto alterada por la actualidad. El desahucio en el Bloc Llavors del Poble-sec, con la participación de la Brimo y la posterior ocupación de la sede de ERC por parte de Arran han acaparado los focos mediáticos desde primera hora de la mañana. Eso ha empañado el primer acto oficial de Pere Aragonès. Tanto él como su equipo lo habían estudiado al milímetro, con el fin de proyectar la imagen de que el nuevo president está plenamente comprometido con la lucha contra las crisis postpandémicas. Específicamente, en el refuerzo para cuidar la salud mental de los catalanes.

La polémica por el desalojo le ha pillado de camino al Hospital Parc Taulí de Sabadell, donde se ha reunido con los responsables del equipo de psiquiatría infantil del servicio de salud mental del centro. Al acabar, Aragonès ha anunciado su voluntad de impulsar un plan integral para reforzar los servicios básicos en este terreno. No sólo en el ámbito estrictamente sanitario, sino involucrando a otros sectores esenciales como los servicios sociales, los ayuntamientos o la comunidad educativa.

 

Ansiedad y tentativas de suicidio, disparadas

Durante la comparecencia, el presidente ha compartido una serie de datos alarmantes. Por ejemplo, que el año pasado, en plena pandemia, crecieron un 127% los trastornos de ansiedad, un 33% los casos de depresiones y otros trastornos, con especial agravamiento de los relacionados con las conductas alimentarias. Al mismo tiempo ha revelado que en el 2020 se dispararon las tentativas de suicidio un 195% en relación al año anterior. Todo eso con una incidencia especialmente preocupante entre los jóvenes, para quienes "el impacto en la salud mental es notable". "Hemos visto que su futuro se desdibujaba, hay que volver a dibujarlo", ha señalado Aragonès.

En este sentido, ha compartido algunas de las medidas aisladas que ya se han ido potenciando, durante su etapa de presidente sustituto, como la contratación de 90 psicólogos para el Servicio de Emergencias Médicas. Ahora, ha dicho, "hay que ir más allá".

El desalojo "nos hace daño a todos"

Durante el turno de preguntas, el interés ha vuelto a centrarse en el caso del desalojo de la calle Lleida de Barcelona. Como ya ha hecho en una entrevista en Catalunya Ràdio, Aragonès ha alegado que si ha participado la Brimo —en contra de lo que acordaron ERC y la CUP a cambio de la investidura— es porque "la intervención de la brigada móvil ha sido ordenada específicamente por el juez. No es una decisión de la conselleria".

Para evitar que se repitan situaciones como la de hoy, ha subrayado la necesidad urgente de "poner en marcha un nuevo protocolo, trabajando al máximo en la mediación, abordando la cuestión con la autoridad judicial". Porque "lo que se ha vivido hoy nos hace daño en todos". Sobre si el Govern tenía conocimiento o no de la situación de vulnerabilidad de los vecinos que ocupaban la vivienda, ha asegurado que si bien la información inicial que tiene es que no se sabía, dado que hay varias versiones ha preferido no profundizar hasta que disponga de toda la información, para "no añadir más confusión".

Bienvenidos los indultos

En otro orden de cosas, preguntado por su posición en relación a los indultos a los presos independentistas catalanes, ha expresado que "cualquier medida que ayude a aligerar el dolor de los presos será bienvenida", pero ha recordado que como se trata de una "causa general", la única solución real es la amnistía.

Precisamente esta tarde, el president se ha desplazado a la cárcel de Lledoners para visitar a los siete presos hombres, donde casualmente ha llegado a las 17:14 de la tarde. Más tarde se trasladará a Puig de les Basses para verse con Dolors Bassa y mañana hará lo propio con Carme Forcadell en Wad Ras. Precicisamente uno de los primeros movimientos de Quim Torra como president fue también ir a visitar a los presos, en su caso a Estremera, Soto del Real y Alcalá Meco.

En la imagen principal, Aragonès en su primer acto oficial, en el Parc Taulí de Sabadell. / R. Moreno