La exdiputada de la CUP y secretaria general del sindicato suizo UNIA al lado de Ginebra, Anna Gabriel, ha defendido que "ni la mesa de diálogo con el Estado llevará a ejercer el derecho a la autodeterminación ni la aprobación de la DUI en un parlamento llevará a la independencia". En uno entrevista en la Directa, Gabriel lamenta que se utilicen las opciones como un "arma arrojadiza" contra los que no le dan apoyo y ha apostado por hacer un análisis de la realidad que es "compleja". "¿Conviene presentar a la gente que apuesta por la mesa de diálogo como si fueran los traidores absolutos de la tierra? ¿Conviene identificar a la gente que quiere hacer alguna cosa para responder a esta situación que nos hace sufrir tanto como si fueran unos hiperventilados que no piensan?", ha preguntado.

Gabriel ha admitido que poner sobre la mesa un nuevo referéndum, como hace la CUP, tampoco no es la "solución última". "Cualquiera de estas opciones se tiene que contemplar, pero no como arma arrojadiza contra el que no le da apoyo, sino que se tienen que contemplar todas las opciones para poder apuntalar este análisis complejo", ha argumentado. En este sentido, la exdiputada de la CUP ha recomendado "ampliar el debate" en lugar de hacerlo pequeño, y escuchar las propuestas con voluntad de debatirlas y "no tirarlas los unos contra los otros".

Gabriel pide no hacer "espectáculo"

Así pues, Gabriel ha reclamado "menos personalismos y más colectivo, menos estrategias partidistas y más análisis de la realidad que es compleja, menos etiqueta a colgar en unos y otros y que quizás te resuelve tu tranquilidad mientras estás en el sofá haciendo un tuit en la red y más reivindicar de lo que es capaz este país". Y es que, según ha descrito, se está ofreciendo un "espectáculo" y ha recordado que las condiciones de vida de una parte muy importante de la población son "duras y precarias". "Da vergüenza que estemos manteniendo determinados debates en el contexto actual", ha añadido.

Para Gabriel, no tiene ningún sentido que el debate se sitúe en la dicotomía: "o defiendes el diálogo con el gobierno del Estado y, por lo tanto, eres un traidor, o defiendes la DUI y eres uno hiperventilado". La exdiputada ha defendido que la misma apuesta se puede leer "de maneras diferentes", algunas que pueden ser "muy insultantes" y otras relativamente respetuosas. Según ha dicho, se está produciendo una "especie de polarización" que no está a la altura del análisis "complejo" que requiere el fenómeno.

El retorno para ir al Supremo

Con respecto a la decisión de presentarse ante el Tribunal Supremo después de casi 5 años de exilio en Ginebra, Gabriel ha explicado que ha cambiado el contexto político, las circunstancias personales y ha habido una pandemia en medio. Una combinación de factores que le han hecho tomar la decisión. "Alguien puede pensar que las condiciones de entonces todavía están, y en parte sí, pero hay otros elementos de contexto que han cambiado de forma sustancial", ha añadido.

Gabriel se presentó voluntariamente y sin avisar el pasado 19 de julio delante del Supremo y el juez a Llarena la dejó en libertad retirándole la orden de detención, con permiso para moverse por todo el Estado, a la espera de resolver el procedimiento judicial. Por haber promovido la DUI en el 2017 está procesada por desobediencia, delito que no comporta prisión, sino inhabilitación por cargo público y multa. En cualquier caso, como ya no es diputada del Parlament de Catalunya, su caso no es competencia del Supremo porque no es aforada y, si Llarena no archiva la causa, su defensa confía en que viaje hacia los tribunales ordinarios, que tendría que ser un juez de instrucción de Barcelona.