Álvaro Clapés-Saganyoles (Barcelona, 1993) finaliza su etapa como secretario general de la Joventut Nacionalista de Catalunya este fin de semana con la celebración del XXII Congreso de la organización en Calella (Maresme). Graduado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat Pompeu Fabra, inició su incursión en la JNC hace 9 años y culminará su paso por la organización —que actualmente tiene cerca de un millar de militantes— habiendo sido el máximo responsable desde el 21 de marzo de 2021. Paralelamente, ha sido consejero del distrito de Sarrià-Sant Gervasi durante este último mandato y lo ha compaginado con sus tareas de asesor del grupo parlamentario de Junts per Catalunya en el Congreso de los Diputados. En este tiempo, también ha estado miembro de la ejecutiva del partido juntaire y ahora se prepara para nuevos retos políticos. En una entrevista con El Nacional.cat, Clapés hace balance de su mandato, de la relación de la JNC con Junts y del estado del independentismo, entre otras cuestiones.

Entrevista Álvaro Clapés JNC / Foto: Carlos Baglietto
Álvaro Clapés-Saganyoles, secretario general saliente de la JNC / Foto: Carlos Baglietto.

¿Qué valoración hace de su mandato?
Hacemos una valoración muy positiva. Nosotros entramos en la ejecutiva justo cuando estábamos inmersos en la pandemia. Entonces, teníamos varios retos como organización: primero, adaptarnos y conseguir volver a reactivar la organización después de la pandemia y el segundo gran reto era alcanzar y consolidar una relación con Junts per Catalunya. Después de la ruptura con el PDeCAT, la JNC decidió que su partido de referencia era Junts y este tenía que ser nuestro objetivo, nos consolidó como la juventud de Junts per Catalunya.

Precisamente ha destacado como uno de los principales ejes del mandato la voluntad de consolidar la relación con Junts. ¿En qué se ha traducido eso a lo largo de estos dos años?
Bien, nosotros ya partíamos de una colaboración, de una buena relación con toda la gente del partido y sus sectoriales, pero sí que es verdad que necesitábamos consolidar esta relación a través de un acuerdo de colaboración y que nos convirtiéramos en la juventud de referencia del partido. Es un reconocimiento mutuo. La JNC tiene 42 años de historia, en contraposición con Junts per Catalunya que es un partido muy nuevo, y aquí estaba el reconocimiento de esta trayectoria de militar por el independentismo y de la voluntad de muchos jóvenes que han pasado por la organización, que están cerca de 20.000 militantes a lo largo de estos años, de trabajar por una nación plena.

Una de las situaciones que ha tenido que gestionar es el caso de acoso sexual a jóvenes de la organización por parte de un cargo de Tarragona. En las juventudes se notificaron 12 casos. A finales de enero, un informe de Junts planteaba suspender de militancia al presunto responsable de estos hechos y trasladarlo a la Fiscalía, hecho que se ha acordado recientemente. Con todo, ¿en qué punto se encuentra la situación?
Salta a la luz una denuncia y empezamos a ver que el problema no era un caso concreto, sino que había numerosos. Lo primero que necesitábamos saber era la dimensión de todo. Abrimos un buzón de denuncias para que todo el mundo pudiera decir su caso y hasta dónde había llegado. Nosotros contamos con un protocolo y nos cogió preparados, con nuestro propio comité de arbitraje, mediación y disciplina. Hubo una comisión delegada que recibió todas las denuncias y, después de ver todo, consideramos que hacía falta una respuesta por parte de la organización. Se ofreció asesoramiento jurídico y atención psicológica a todas las víctimas. A partir de aquí, trasladamos a la comisión de garantías de Junts un informe que, como organización, vehiculaba las denuncias individuales para que el instructor tuviera toda la información. Nuestra prioridad es que esta situación que se había dado en el pasado se detuviera, se aclarara y que a nivel judicial se determinara si hay culpabilidad. Mientras eso pasa, como son hechos graves y que atentan a la integridad física de personas militantes de la JNC, la militancia de esta persona se tenía que detener, independientemente del recorrido judicial que pueda tener. En eso estamos.

En su primer discurso como secretario general, se marcó algunos objetivos: trabajar por los derechos y oportunidades de una generación de jóvenes a los cuales se ha socializado en crisis económicas y sociales o trabajar para que Catalunya fuera una nación libre. En el eje nacional, estos objetivos parecen más lejanos que hace dos años...
Nosotros salimos de un congreso con estos objetivos. El eje nacional es un pilar troncal para la Joventut Nacionalista de Catalunya y siempre hemos ejercido como punta de lanza durante toda nuestra historia al alzar la voz para decir que tenemos que avanzar a nivel nacional. Hicimos un ejercicio de reflexión y convocamos una Convención Nacional, que titulamos Horitzó Llibertat. Salieron muchas conclusiones, sobre todo aprendizajes, de aquello que nos había llevado hasta aquí y qué hemos aprendido. Lo que queríamos con la Convención es posicionar la agenda política del movimiento independentista, de los partidos, pero también de la sociedad civil: la necesidad de mirar hacia el futuro, de unir fuerzas y estrategias hacia este horizonte de libertad que todos compartimos. Lo más importante no era detenerse, sino avanzar.

En todo caso, ¿considera que la falta de concreción en el seno del independentismo está generando desencanto en la ciudadanía?
Seguramente. Justo por eso hicimos este ejercicio: necesitamos concretar y que cada uno haga su propuesta. Junts ha hecho su propuesta, nosotros también, falta ahora otros actores políticos y de la sociedad civil —porque aquí las entidades como la ANC y Òmnium también tienen que poder hacer su propuesta y ayudar a encontrar este punto de nexo para poder avanzar hacia un nivel de autodeterminación superior a lo que tenemos ahora, que nos prepare para poder culminar la independencia—. También tiene un papel importante el Consell de la República como un órgano de representatividad de todo lo que significó el 1-O, pero también de internacionalización del procés como herramienta al servicio del movimiento.

Seguramente la falta de concreción en el independentismo ha generado desencanto. Necesitamos concretar y que cada uno haga su propuesta

Sin embargo, Esquerra Republicana les reprocha y pregunta a menudo cuál es la alternativa de Junts porque consideran que no la tienen. Ellos defienden el planteamiento del acuerdo de claridad o la mesa de diálogo y eso genera críticas entre los partidos. ¿Qué responde a eso?
La alternativa es que no haya propuestas unilaterales por parte de ERC. Volvamos a la base, que Esquerra haga una valoración de la situación y sean propositivos, pero sobre todo que haya resultados. En el caso de la mesa|tabla de diálogo, ¿qué resultados ha tenido? ¿El acuerdo de claridad hasta dónde ha llegado? Está muy bien ser propositivo si vas por tu parte porque tienes el Govern, pero el movimiento independentista no es solo ERC. ¿Ha llegado en algún momento a concretarse la estrategia? Seguramente, lo que ha sido más próximo era el acuerdo de Govern. Había unos puntos muy claros sobre hacia dónde tenía que avanzar el ejecutivo y qué tenía que cumplir nacionalmente para avanzar hacia la independencia. Estos acuerdos no se han cumplido, sino que apostaron por la mesa de diálogo de forma unilateral. Los resultados demuestran que no se ha mejorado.

Entrevista Álvaro Clapés JNC / Foto: Carlos Baglietto
Álvaro Clapés, en un momento de la entrevista / Foto: Carlos Baglietto.

Volviendo a la ponencia Horitzó Llibertat, una de las fases que plantean es la proclamación de la independencia amparándose en el 1-O y el 27-O después de imponerse en unas elecciones por mayoría absoluta en votos y escaños. Eso ya existe. ¿Se ha desperdiciado la mayoría del 52%? ¿No os diferencia con respecto a Junts per Catalunya, que no reivindica tanto este aspecto?
Nos podemos diferenciar, no nos importa que se diferencie. Como JNC, siempre hemos tenido este punto de vista crítico y siempre hemos hablado en nombre propio. Si nosotros lo vemos de esta manera, lo que nos corresponde es defenderlo. Cuando menos, intentamos que el partido también esté en esta situación y en estos planteamientos. Evidentemente, una de las conclusiones es que, a pesar de haber una mayoría independentista en el Parlament, eso no ha sido posible. Hay una falta de perspectiva estratégica común.

En este mismo documento, defienden que la represión continuará y que la lucha por la liberación nacional comportará costes. ¿Ve al conjunto del independentismo en sintonía con este planteamiento?
Creo que es una realidad bastante concebida por todo el mundo, y más si lo miramos desde una perspectiva histórica del movimiento. En este país, cuando eres independentista y eres disidente, eres el objetivo del Estado. Lo hemos visto con la operación Catalunya, con la infiltración de policías nacionales y cuerpos de seguridad en movimientos juveniles, el CatalanGate, los presos políticos, lo estamos viendo con el exilio... Por lo tanto, es una evidencia y forma parte del imaginario colectivo del pueblo catalán esta represión. Eso es un aprendizaje: está pasando, ha pasado y pasará seguramente si persistimos en esta idea. Es una idea que contrapone el statu quo del Estado. Sobre los costes, es una reflexión que corresponde a cada uno, qué estamos dispuestos a hacer para alcanzar nuestros objetivos. En la JNC siempre hemos defendido una vía pacífica, de desobediencia civil. Hay otra reflexión, y es que hace falta que la sociedad y el movimiento independentista entienda que, seguramente el éxito y la situación de fuerza estratégica llegará desde la movilización social, que ahora no se está dando con tanta intensidad como hace unos años.

En este país, cuando eres independentista y eres disidente, te conviertes en objetivo del Estado. Hace falta que la sociedad y el movimiento entienda que, seguramente, el éxito y la situación de fuerza estratégica llegará desde la movilización social

Durante su mandato, ¿cómo han sido las relaciones con lel Jovent Republicà o la Joventut Socialista?
Cordiales y positivas. Sobre todo, hay un rasgo en común entre todas las juventudes políticas —que son democráticas y que pueden estar representadas en el Parlament de Catalunya— que es la diagnosis de la situación y la precariedad en la cual vive la juventud de Catalunya. En eso coincidimos muchísimo y nos ha unido a la hora de defender propuestas comunes: un debate monográfico de juventud en el Parlament, por ejemplo. Al final, la situación nos pone a trabajar a todos juntos en pro de mejorar la situación de los jóvenes en Catalunya, que es muy grave, ya sea a nivel de emancipación, de salud mental, a nivel de oportunidades laborales, de futuro a través de la formación... De hecho, son puntos claves en los cuales nosotros presentamos enmiendas a los presupuestos a través del grupo parlamentario de Junts, porque consideramos que el presupuesto que se ha aprobado es insuficiente.

Después del anuncio del acuerdo entre ERC, PSC y comunes para los presupuestos, pidieron que el president Pere Aragonès se sometiera a una cuestión de confianza. ¿Por qué motivo?
Los presupuestos evidenciaron un pacto de tripartito. Entonces, nosotros hicimos la reflexión que había una necesidad, ya sea por calidad democrática, que teníamos que interpelar al president de la Generalitat. Él fue investido en mayo del 2021 con una mayoría independentista del 52%, con Junts y la CUP, con unos acuerdos con cada formación política que le dimos la confianza para que fuera president. Esta mayoría no existe actualmente y, por lo tanto, si se había comprometido a una cuestión de confianza a medio mandato, nosotros le pedíamos que se evidenciara cuál era la mayoría parlamentaria con la que él contaba para sacar adelante su proyecto político. Le reclamábamos que pusiera una fecha, por una cuestión de calidad democrática y también para que la ciudadanía que votó un proyecto concreto supiera cuál es el apoyo parlamentario del Govern.

Para la JNC, ¿tendría que haber elecciones anticipadas?
No es una cuestión que nos hemos planteado y no nos corresponde decidirlo. Evidentemente, creemos que se requiere una mayoría parlamentaria para sacar adelante un proyecto político. Si el president o el Govern no tiene esta mayoría, muchas cosas no las puede sacar adelante. La situación del Govern es más de gestoría que de ejercer liderazgo en muchas cuestiones. Si no puedes aprobar muchas cosas en sede parlamentaria, es un Govern débil. A partir de aquí, la responsabilidad de convocar elecciones es del president de la Generalitat. Ahora, si ante un Govern débil y una convocatoria de elecciones anticipadas donde se pueda estructurar un ejecutivo de mayoría, nosotros estaríamos a favor. Pero insisto: tenemos que saber cuáles son las mayorías porque, cuando menos, la que ha dado estabilidad presupuestaria al Govern es la del tripartito. Necesitamos saber si esta mayoría se repetirá en el futuro y si computa como una mayoría que da apoyo al Govern, porque entonces la oposición a este Govern cambia.

Si ante un Govern débil hubiera una convocatoria de elecciones anticipadas donde se pueda estructura un ejecutivo de mayoría, estaríamos a favor, pero la responsabilidad es del president y necesitamos saber cuáles son las mayorías actuales

¿Fue un acierto o un error que Junts saliera del Govern?
Nosotros no nos posicionamos, no tuvimos una opinión propia como organización. Respetamos la decisión y ya lo dijimos desde el principio, que cada uno decida según qué es mejor para Catalunya. Por lo tanto, lo que haya votado la mayoría de militantes de la JNC y de Junts per Catalunya seguramente será el resultado correcto. Lo que es obvio es que estar por estar en un Govern no se tiene que estar, porque por eso se hacen acuerdos de Govern. Si uno no es capaz de cumplir un acuerdo, no lo mantendrás por postureo. Creo que hay una calidad en política que es muy necesaria, que es la integridad. Es evidente que si no se cumplen los acuerdos, lo tienes difícil.

En todo caso, sí que puede parecer más difícil que uno de los objetivos de la Joventut Nacionalista, que es situar la independencia en el centro de la agenda política, se pueda defender con el partido con el cual tienen vínculo, Junts, fuera del Govern.
No necesariamente. Sé y tengo constancia que los consellers de Junts trabajaban con una perspectiva de una Catalunya como estado o que ejerciera como tal. Ahora bien, tú puedes reivindicar y puedes hacer mucho trabajo desde la oposición. Es un reto, también, como JNC, porque desde hace 12 años no éramos la organización juvenil de referencia de un partido que estuviera en la oposición. Si el planteamiento es que nos tenemos que detener en nuestra defensa de la independencia y en aquello que defendemos por estar fuera del Govern, es un planteamiento erróneo.

Entrevista Álvaro Clapés JNC / Foto: Carlos Baglietto
Álvaro Clapés reivindica que falta "perspectiva juvenil" en el mundo municipal / Foto: Carlos Baglietto.

Uno de los casos más espinosos ha sido el juicio a Laura Borràs. ¿Qué posicionamiento tienen como JNC?
Nosotros damos apoyo a la presunción de inocencia de la presidenta Laura Borràs. Creo que se ha visto durante todo el proceso judicial, cuesta de creer que no haya un objetivo político detrás. Como decía antes, si eres independentista y eres disidente, tienes muchos números de ser un objetivo para el Estado. Tenemos que defender la presunción de inocencia y no la culpabilidad como están haciendo muchas fuerzas políticas.

A la organización que encabeza, ¿llega la división entre turullistes y borrassistes?
No llega. La JNC no está para hablar de nombres en Junts per Catalunya, está para hablar de propuestas programáticas y sectoriales y para trabajar en la defensa de un modelo de sociedad, de la mejor versión de Catalunya. Es nuestro papel dentro de Junts. Dicho esto, nosotros somos herederos de muchos militantes que han pasado por la Joventut. Tenemos mucha estima al president Puigdemont, a Josep Rull, a Jordi Turull, a Joaquim Forn, a Meritxell Borràs... Con todo, también entendemos y comprendemos muy bien lo que es Junts, un partido y una organización que va más allá y estamos de acuerdo con eso. Suma y creo que es importante defenderlo, así como que la JNC no entre en el posicionamiento de los liderazgos. Tenemos que ser punta de lanza dentro del partido para que sea atrevido con su planteamiento independentista, este es el objetivo que tenemos. Y los liderazgos que tenga Junts son liderazgos que nosotros les damos apoyo. Yo personalmente me posicioné para que hubiera este tándem Borràs-Turull. Creía que era importante sumar y que, sobre todo, era importante tener una cohesión en los primeros años de partido.

La división entre el PDeCAT y Junts per Catalunya provocó una escisión en la JNC con la formación del Fòrum Demòcrata. ¿Se ha intentado rehacer puentes?
Hubo una separación y después hemos tenido una relación cordial con militantes que se organizaron en esta otra entidad juvenil. ¿Rehacer puentes? Siempre los hemos tenido de alguna manera, desde contextos diferentes o realidades diferentes. Quizás ha habido algún militante que sí que ha vuelto a la JNC, pero no es mayoritario. También es cierto que no fue un gran número cuantitativo de las bajas que hubo, sino a nivel cualitativo, porque muchos que se marcharon hacía muchos años que militaban en la organización, aportaban conocimiento y son referencia en sus territorios. Fue duro. Por lo tanto, no es que se hayan rehecho puentes, sino que los puentes siempre se han mantenido de alguna manera.

Antes de tener el convenio de colaboración con Junts, la JNC fue la juventud de referencia del PDeCAT y, anteriormente, de Convergència. Parece que hay una cierta recomposición del espacio. ¿Se sienten herederos de lo que era CDC?
Nosotros estamos muy orgullosos y no nos escondemos de nuestra historia y de todos los momentos en que la Joventut Nacionalista de Catalunya ha participado en diferentes partidos políticos. En su momento, CDC da el paso hacia la defensa de la autodeterminación de Catalunya y la JNC tiene mucho que ver con todo eso. Nos sentimos orgullosos de nuestro pasado y del futuro que estamos construyendo con Junts. No nos hemos escondido nunca. Convergència fue un partido político que en su momento tuvo una importancia muy relevante en lo que es la construcción de Catalunya, en el progreso de la sociedad catalana, en la defensa de la lengua, en la idea de una nación propia. De toda esta construcción y que participó la JNC tantos años, nos sentimos orgullosos.

Antes mencionaba la importancia de las elecciones municipales 2023. ¿Tendrán mucha presencia en las listas?
Estamos acabando de estructurar a los candidatos jóvenes. Tendremos unos cuantos candidatos a las alcaldías y nuestra propuesta es que haya un buen puñado de concejales o candidatos jóvenes en todas las listas. De hecho, es una de las asignaturas pendientes en las instituciones, también en el mundo municipal: que haya una perspectiva juvenil y que la voz joven la aporten los jóvenes. Siempre hemos defendido que las políticas juveniles no se tienen que hacer solo para los jóvenes, sino también con los jóvenes. Hemos acabado de cerrar un programa municipal joven, hemos contribuido a las propuestas y estamos al servicio del partido por si quieren y necesitan ayuda con el programa joven de cada municipio. Lo presentaremos muy pronto y es uno de los objetivos principales en los que estamos trabajando y que traspasaremos a la nueva ejecutiva. Es importante que en esta implantación del partido en el ámbito municipal se sume la JNC.

Contribuiré en aquello que pueda, sobre todo concentrándome en el propio calendario, en las elecciones municipales en Barcelona. Ayudaré en la campaña de la manera que sea para que la ciudad deje de ser una sucursal de Madrid

Este fin de semana finaliza su mandato y su etapa como secretario general de la JNC. ¿Qué hará a partir de ahora en su trayectoria político? Lo digo en el sentido de que, a menudo, la JNC ha sido una especie de 'cantera' de futuros líderes (Turull, Rull, Forn...).
Lo primero es reivindicar que de la JNC no se deja de ser nunca. Lo llevamos muy dentro. Hemos estado en acto de servicio por Catalunya durante la juventud y queda marcado para siempre. Ahora contribuiré en aquello en lo que pueda, ayudaré desde donde esté, donde haga falta, sobre todo concentrándome en el propio calendario, en las elecciones municipales en la ciudad de Barcelona. Barcelona tiene muchos retos, se ha vuelto una ciudad caótica a raíz de los mandatos de la alcaldesa Ada Colau. Hemos perdido la ilusión y la ciudad ha dejado de ejercer como capital del país. Eso se tiene que recuperar y el cambio en la ciudad pasa por el alcalde Trias. En eso me concentraré, en ayudar a la campaña de la manera que sea porque Barcelona tiene que ser una ciudad de progreso y oportunidades y tiene que dejar de ser una sucursal de Madrid.