Cayetana Álvarez de Toledo ha sido el segundo plato para Televisión Española. En el matinal La Hora, tenían que entrevistar al líder popular Pablo Casado pero se ha negado a última hora y la alternativa ha sido una diputada que siente resentimiento por haber sido una flor de un día dentro de su partido. Por eso, sigue alimentando su protagonismo a golpe de titular.

Lo último ha sido defender la figura de Felipe VI de una forma difícil de entender: "Hago un llamamiento a todos los demócratas que se sienten reconfortados por la España de 1978, a todos los republicanos, verdaderamente republicanos, que se identifican con los valores de la libertad, igualdad y fraternidad, que salgan a defender al Rey".

Silencio absoluto en el plató, donde la presentadora, Mònica López, ya tenía suficiente trabajo en defender Televisión Española de los reproches de Álvarez de Toledo por la gestión que hacen desde los órganos internos de gestión y evitar que fuera comparada con TV3 por el simple hecho de haber entrevistado al president Carles Puigdemont en la franja de desconexión territorial en Catalunya. Los órganos públicos están en el punto de mira del PP y la diputada va más allá promoviendo un nuevo sistema jurídico: "No queremos la renovación y sí la regeneración de la justicia, que sean los jueces los que escojan a los jueces. Menos politización, ahora vivimos una cacicada lamentable".

Su papel discreto en el PP

Álvarez de Toledo no niega la evidencia. Este verano fue destituida como portavoz parlamentaria del PP y tomó su relevo la actual vicesecretaria de política social, Cuca Gamarra. Quizás quería correr demasiado o sus críticas o desautorizaciones a Casado a través de los medios de comunicación no convencieron. Ahora, se lo toma con filosofía: "Nada en la vida es eterno. A todos nos gustaría tener más libertad, me habría gustado estar en los plenos y participar más, pero no ha podido ser y no pasa nada".

Cogiéndose estrictamente al cargo que representa, cree que tiene "un deber moral por los catalanes que representa", aunque hace meses que no pisa Catalunya y no ha propuesto ninguna iniciativa en clave autonómica. E insiste: "Sí, me quedo haciendo política de la mejor manera que pueda y a través de los canales que pueda". La silla acomoda y decide no irse del partido porque considera que hacer política "es más necesario que nunca". Además, está convencida de que hace falta una movilización amplia "de todas las sensibilidades" dentro del PP.

Carga contra Illa

¿Con respecto a la gestión de la pandemia? Nada que no hayamos oído antes. Duras críticas que la diputada propina al ministro de Sanidad, Salvador Illa, por poner "el foco en Madrid" y lo sitúa como el gran responsable de los peores datos de España en todo el mundo. Además, también lamenta que los criterios en Madrid sean únicos, aunque por ley no se especifica que sea así. Y concluye: "Hay un punto medio entre el estado de alarma y el estado de abulia, de apatía absoluta. La tentación del señor Sánchez es como un rey, un emperador que está por encima del bien y el mal".