La situación era insostenible. Y esta tarde, 24 horas después de que Pablo Casado decidiera fulminarlo como candidato a lehendakari, Alfonso Alonso ha comunicado a la junta directiva del PP vasco que deja la presidencia del partido en Euskadi, cargo que ocupaba desde 2015. A la entrada de la reunión, que se celebra en Vitoria, el exministro de Sanidad de Rajoy ha expresado ante los medios que estaba "triste por el partido". Con la voz entrecortada, ha trasladado a sus compañeros que "la decisión no tiene marcha atrás". Ha recordado como "ha dedicado la vida" a su carrera política. Y la emoción ya no le ha dejado seguir. 

"Somos muy celosos de la defensa de nuestro proyecto político". Con estas palabras ha empezado su comparecencia ante los medios de comunicación, durante la que ha constatado que entre él y Casado ha habido "una colisión entre dos maneras de entender la política, el partido y seguramente el país, España y su pluralidad". Todo un mensaje de despedida para reivindicar la autonomía en la toma de decisiones que Casado ha anulado imponiendo las condiciones de un pacto electoral con Ciudadanos. 

En su último discurso, Alonso ha dejado claro al PP que "no es posible ejercer un liderazgo sin la capacidad de tomar decisiones" y que "las organizaciones del País Vasco se ganaron la mayoría de edad hace tiempo". Eso sí, a pesar de la insistencia de los periodistas para que fuera más allá, no ha querido entrar con mas contundencia en el cuerpo a cuerpo con Casado. 

Esta misma mañana, el comité electoral del PP ha designado oficialmente a Carlos Iturgaiz, un histórico de la vieja escuela aznarista, como candidato a las elecciones vascas del próximo 5 de abril, una decisión que se anunció este domingo por la tarde. Génova optó por apartar a Alonso después de que este se opusiera públicamente al acuerdo de coalición entre el PP y Cs en el País Vasco. Una alianza cerrada y negociada exclusivamente en Madrid.

De forma interina, hasta que el congreso del partido elija el relevo, asumirá el liderazgo del PP vasco su actual secretaria general, Amaya Fernández. 

En 2016, Mariano Rajoy encomendó a Alonso la misión de detener la previsible sangría de votos en las elecciones del País Vasco, un reto que implicaba abandonar la cartera de ministro que ostentaba desde dos años antes en sustitución de Ana Mato, salpicada por la Gürtel. El resultado obtenido fue el peor de los últimos 25 años. Lo cierto, sin embargo, es que venía ya de una travesía del desierto. De hecho, sólo perdió un diputado y 22.000 votos, curiosamente los mismos que sacó Cs.

Un sorayista confeso enfrentado a Casado

Durante la pugna para relevar a Mariano Rajoy tras la moción de censura, Alfonso Alonso se posicionó abiertamente a favor de Soraya Sáenz de Santamaría. Desde que Pablo Casado ganó la batalla por la presidencia del Partido Popular, las discrepancias han ido in crescendo.

Primero fue por el acercamiento que la dirección nacional practicó con Vox, con alianzas en varias comunidades españolas ―Andalucía, Murcia y Madrid―. La gota que ha colmado el vaso han sido las maneras como Génova ha forzado desde Madrid un pacto con Ciudadanos para ir juntos a las elecciones vascas.