El alcalde de Batea, Joaquim Paladella, ha cerrado la polémica sobre la propuesta de secesión del municipio que él mismo abrió: "Descarto absolutamente la segregación de Catalunya para marcharse a Aragón", ha manifestado este miércoles después de reunirse con el subdelegado del gobierno español en Tarragona, Jordi Sierra. Según Paladella, el consistorio ya sabía que legalmente "nunca ha sido posible" y la subdelegación le ha ratificado que el Estatuto no lo permite. "Es extraño e ilógico que la Generalitat no lo haya dicho durante todo este tiempo", ha criticado el alcalde, quién ha vuelto a acusar al gobierno catalán de discriminación con el pueblo de Batea (Terra Alta).

Paladella se ha quejado de que el president Puigdemont se niega a recibirlo y ha afirmado que le pide una reunión "casi cada día". El alcalde considera que la prioridad son "los problemas de la gente y de Batea", entre los cuales sitúa los litigios por una parte del término municipal con Gandesa, la masificación de proyectos eólicos o las 30 plazas promesas para la residencia de abuelos del pueblo.

Después de reunirse en Tarragona y a puerta cerrada con el subdelegado del gobierno español, Paladella ha anunciado que se descarta absolutamente que Batea se marche a Aragón. "Lo creemos las dos partes, porque tampoco era posible legalmente ni era el planteamiento del problema desde un inicio", ha manifestado en declaraciones a los medios. Así pues, el alcalde ha descartado "ningún tipo de trámite para marcharse de Catalunya".

Paladella ha situado en el centro de sus reivindicaciones los problemas de Batea y, al mismo tiempo, ha hecho notar la "discriminación" del Gobierno y la imposibilidad de reunirse con Puigdemont. "Le hemos hecho peticiones diarias y no nos quiere recibir", ha lamentado. A pesar de todo, Paladella se ha mostrado dispuesto a seguir pidiendo este encuentro y a dialogar con el ejecutivo catalán.