Desde que en 1996 José María Aznar y Jordi Pujol pactaron la desaparición del servicio militar obligatorio en el estado español, que se eliminó definitivamente en el año 2001, de forma periódica surgen voces que piden un retorno de algún tipo de servicio inspirado en la antigua mili. La última es la propuesta del coronel de artillería retirado Antonio Varet Peñarrubia, que en el último número de la revista Ejército publica un artículo titulado "Reflexiones sobre el servicio militar", donde plantea un servicio de dos semanas de duración para chicos y chicas de dieciséis años.

En el artículo, extractado por El Confidencial Digital, Varet propone un modelo inspirado en el proyecto de Emmanuel Macron —en Francia no hay mili obligatoria desde 1997— que prevé que todos los jóvenes, hombres y mujeres, de dieciséis años, pasen un periodo de convivencia de al menos quince días durante las vacaciones de verano con el objetivo de "promover la cohesión nacional", un eufemismo de adoctrinamiento que, para mejorar la asimilación, se haría siempre en un territorio diferente al de origen de los reclutas. Las actividades, que no incluirían instrucción militar, se llevarían a cabo en escuelas o centros vacacionales.

Actividad curricular

A partir del ejemplo francés, la propuesta del militar español pasaría por "involucrar ministerios y organismos en el ámbito nacional, autonómico y local" para dar forma a un "servicio de 'mili civil', que podríamos llamar de conocimiento general" que afectaría a los jóvenes de los dos sexos de 16 a 17 años y que consistiría en un periodo de actividades de entre dos y tres semanas, que "se enmarcaría como prácticas obligatorias dentro de la asignatura Educación para la Ciudadanía, y se llevaría a cabo en el mes de junio, justo antes de las vacaciones estivales", es decir, justo al final del cuarto y último curso de la enseñanza secundaria obligatoria (ESO).

Según el coronel Varet, las actividades no serían susceptibles de ser examinadas, pero la asistencia tendría que ser obligatoria y propone medidas coercitivas como la no obtención del título de ESO o no poder acceder posteriormente a la selectividad o a escuelas de formación profesional.

Adoctrinamiento nacional

Como en el modelo francés, el proyecto español también prevé adoctrinar a la juventud con el objetivo declarado de "reforzar la cohesión nacional". Por eso mismo se prevé explícitamente que los jóvenes pasen este periodo convivencial fuera de la comunidad autónoma de residencia para que "los muchachos andaluces, catalanes, vascos, extremeños, gallegos, canarios, etcétera, conozcan otras zonas de España e interconecten con chicos y chicas de otras regiones".

La intención de asimilar a la juventud a una determinada concepción de España es patente en la propuesta de Varet, que no esconde que la intención última es que los participantes "adquieran valores nacionales que sirven para hacer más fuertes los lazos entre las gentes de varias partes de nuestra geografía", y por eso incluiría, para empezar, el izado de la bandera española cada mañana, para seguir durante la jornada con actividades como "educación física, charlas sobre valores cívicos, conferencias sobre varios aspectos de nuestra patria, visita a los monumentos de la zona y otras actividades culturales".

Los sitios donde se haría este servicio serían "acuartelamientos, establecimientos militares, residencias escolares, bases, etcétera, que están infrautilizadas y podrían ser acondicionadas con un mínimo de dinero", que no saldría del Ministerio de Defensa, sino del ministerio y las consejerías de Educación, mientras que Defensa se ocuparía del acondicionamiento y la preparación de los alojamientos, cocinas, comedores y servicios de higiene".

 

Imagen principal: Militares españoles / Efe