Oficialmente, la campaña electoral del 10-N durará -sólo- 8 días. Lo cierto, sin embargo, es que ya hace días que la política española se ha sumergido en la batalla, que es especialmente cruda entre los líderes de los dos partidos que presumiblemente intentaron ser socios, PSOE y Unidas Podemos. Una reyerta a la luz de todos los focos que repercute más allá de Madrid y que ya llama a la puerta del Ayuntamiento de Barcelona.

Pedro Sánchez escogió este jueves por la noche el plató de La Sexta -uno de los informativos de referencia del votante de Podemos- para cargar no sólo contra el partido de Pablo Iglesias, sino también contra las confluencias. Para justificar la repetición de elecciones afirmó que no podría dormir si presidiera un gobierno con ministros de Podemos y se refirió a Ada Colau para poner de manifiesto que su posición en relación al juicio al procés sería motivo de crisis constantes en Moncloa. Puso como ejemplo el apoyo de la alcaldesa y su partido a llamar a la ciudadanía a manifestarse para responder a la sentencia si es condenatoria.

La paradoja es que el presidente español en funciones hace estas declaraciones cuando en paralelo su partido mantiene un pacto de gobierno con los comunes en el Ayuntamiento de Barcelona. De hecho, el PSC afirma que son conscientes de la discrepancia con sus socios en este punto, pero que eso no afecta a la estabilidad del gobierno municipal. Vale la pena recordar, sin embargo, que durante el mandato anterior y precisamente a raíz del procés, concretamente del apoyo del PSC al 155, Colau expulsó a los socialistas de su gobierno.

"La ciudadanía no es tonta"

La alcaldesa, sin embargo, trata de blindar su pacto con el PSC de la batalla. "Estoy muy contenta y orgullosa que en Barcelona nosotros sí que hayamos hecho un acuerdo de gobierno de izquierdas, yo sí que lo defiendo, estoy muy contenta de haberlo hecho, creo que está funcionando bien", ha afirmado este viernes. Eso sí, Colau no se ha ahorrado las críticas a la actitud de Pedro Sánchez lamentando que "no haga ni una mínima autocrítica y que no defienda un gobierno de izquierdas". Al respecto, le ha acusado de "desobedecer el voto de la ciudadanía y de sus propios votantes" que la noche de las elecciones "le decían 'con Rivera no'".

En relación a los reproches de Sánchez por la opinión de los comunes sobre el juicio a los líderes independentistas, Colau ha expresado su sorpresa porque asegura que su "posición con respecto a la judicialización de la política no es nueva y no ha sido inconveniente para pactar en Barcelona". Y lo ha rematado subrayando que "la ciudadanía no es tonta, es una falta de respeto".

La alcaldesa todavía ha disparado un último cartucho en la línea de flotación de la precampaña del PSOE. "A mí lo que no me deja dormir es que Pedro Sánchez no haya cumplido su compromiso de regular los alquileres o que no haya derogado la reforma laboral".