Este viernes empieza el juicio a Dani Gallardo, el joven de 23 años que hace un año que está en prisión preventiva. Lo detuvieron en la concentración que se hizo en la Puerta del Sol de Madrid contra la sentencia del procés. El juicio tiene previstas dos sesiones, hoy y el próximo 17 de noviembre.

Gallardo está acusado de desórdenes públicos, atentado contra la autoridad y lesiones graves. Lo arrestaron el 16 de octubre, justo después de la concentración, durante los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Según su defensa, Dani Gallardo estaba intentando defender a una amiga suya de las agresiones policiales.

Este último año se lo ha pasado en la prisión de Alcalà Meco. Hasta ahora se han denegado todos los recursos para que pudiera salir en libertad provisional y el informe policial lo acusa de haber intentado agredir a un agente con una barra con clavos extraída de palé. La Fiscalía pide 6 años de prisión.

La construcción de un caso

Según las pruebas y los hechos, la acusación se construye para criminalizar la protesta. No hay indicios, según la defensa, de lo que pretende acusarle la policía. El informe policial acusa a Gallardo de haber golpeado con un palo con clavos en el casco a un policía. La defensa lo desmiente, así como apunta la hipótesis que la prisión provisional viene determinada por el segundo apellido de Gallardo, Herzog, que es alemán.

"En estas cargas detienen a tres personas, una de ellas menor de edad, pero a a Dani no lo detienen allí, sino mucho más tarde", relata Alejandra Matamoro, portavoz del Movimiento Anti-Represivo de Madrid, que se ha hecho cargo de la defensa de Gallardo. De hecho, Dani ya estaba volviendo hacia casa con sus amigos cuando chocaron con la policía, ya pasados los disturbios. Los antidisturbios van a por ellos y los chicos huyen como pueden. Los agentes consiguen atrapar a Elsa, amiga de Dani. "Él se da cuenta de que no los sigue, que la ha cogido la policía y la están apaleando. Entonces da media vuelta y va a ayudarla. Allí es cuando lo detienen y lo apalean a él también", explica la portavoz del Movimiento Anti-Represivo de Madrid.

La principal acusación contra Dani Gallardo es por, supuestamente, haber agredido a un policía con un palo de madera con unos clavos oxidados, extraído de un palé, que se habría clavado en el casco pero no lo habría perforado. "No es cierto. Ni siquiera hay pruebas reales ni consistentes", denuncia Alejandra. La principal prueba es una fotografía del casco, que fue debidamente filtrada a El Mundo para incriminar a Dani. "En la foto se ve el casco con el palo pintiparado, pero en comisaría. Es imposible que eso hubiera aguantado el traslado. No se aguanta por ningún sitio", dice la portavoz del colectivo. Además, subraya, Dani es un chico de complexión muy delgada que no tendría ni la fuerza para clavarlo en el casco de un antidisturbios. "Y si lo consiguiera clavar, no podría con tanta profundidad como para aguantar hasta llegar a comisaría y hacerle la foto", sostiene.

La otra prueba es el informe de lesiones del policía supuestamente agredido, que ni existe, según Alejandra. "El policía va allí y dice que presenta dolor en la cabeza. El tratamiento que le dan es, simplemente, ibuprofeno. Eso es el informe de lesiones", señala. Para acabar de remacharlo, el informe de lesiones presentado por el agente es una hora anterior a la detención de Dani Gallardo. "La acusación se sustenta como siempre en la palabra del policía, que en este país es suficiente para hacer y deshacer. Lo que diga el policía va a misa", denuncia la defensa. Están preparados para más irregularidades y "sorpresas" durante el juicio oral. "En estos casos nunca se sabe", admiten.