Lorca, Alacant, Castelló, Reus, Martorell y finalmente Barcelona el 27 de septiembre. Este es el recorrido de acciones públicas que se han marcado para los próximos meses los promotores del movimiento Quiero Corredor para que sea conocido y respaldado en todo el arco mediterráneo que concentra alrededor del 45% del producto nacional bruto y más del 50% de las exportaciones de todo el estado espanyol. La plataforma, la componen 130 empresarios pertenecientes a la Asociación Valenciana de Empresarios  (AVE) que están financiado, a razón de 10.000 euros cada uno, las acciones divulgativas con el fin de que la sociedad civil y las instituciones públicas apoyen sin fisuras una doble vía ferroviaria de 1300 kilómetros que conectará la frontera francesa con Algeciras uniendo Barcelona, València, Alcant, Murcia y Málaga con el resto de Europa. Esta infraestructura de transporte deberá está finalizada en el año 2025 pero, el Corredor Mediterráneo es, a fecha de hoy, un proyecto incompleto e irregular en todos sus tramos.  Por el momento sólo está en funcionamiento el tramo Mollet, Sant Celoni, Girona, Figueres, La Junquera. Y en obras, la variante de Vandellós en Tarragona y el tramo que conectará La Encina- Murcia-Alacant-València. 

El naviero Vicente Boluda, es el presidente de AVE, y en declaraciones a Levante EMV apunta tres líneas estratégicas del proyecto: “conectar la España radial con la España circular. Segundo, unir territorios que nos hará más fuertes al conjunto, y más ahora cuando atravesamos momentos en los que la unidad del país se quiere cuestionar. El corredor mediterráneo ayudará, sin duda, a mantener esa unidad» Y Finalmente, «invertir en el Mediterráneo es positivo para el conjunto de España” Boluda insiste: “con las cifras de empleo, de aportación al Producto Interior Bruto, exportaciones, puertos, turismo, creo que es importante que se invierta en el Mediterráneo, porque nosotros salimos beneficiados pero también el conjunto del país»

Aunque el corredor mediterráneo está vinculado, de forma prioritaria, al transporte de mercancías, la plataforma ha puesto el foco también en las personas, en cómo estar mejor conectados y cómo llegar mejor a los sitios. «Hemos dicho muchas veces que la segunda y la tercera ciudad de España no pueden seguir sin una conexión en alta velocidad. También es inaceptable que ir de Valencia a Cartagena cueste más de cuatro horas y media” La línea de alta velocidad que conectará Girona y Almería en alrededor de cinco horas toma lentamente forma. Según los plazos anunciados por el Ministerio de Fomento, el grueso del recorrido -hasta el noreste de Andalucía- debería estar operativo en un plazo de seis años.

Los tiempos previstos  para el Pais Valenciano señalan que en  2020, las tres capitales tendrían que estar conectadas por AVE, aunque existen dudas razonables de que así sea. El principal problema radica en el nudo de La Encina, que el Gobierno español ha  comenzó a desanudar recientemente tras autorizar la licitación del contrato para redactar el proyecto y ejecutar las obras en este tramo de 40 kilómetros. Los contratistas dispondrán de 17 meses para llevar a cabo estos trabajos, que proseguirán posteriormente en una segunda fase. Cuando entre en servicio este tramo, se podrá viajar entre Valencia y Alicante en menos de una hora. Mirando hacia el norte, la puesta en marcha del tercer carril no ha recortado tiempos entre Valencia y Castellón. Se espera que este verano haya mejoras sustanciales en los trayectos a Barcelona.  La puesta en servicio de la variante de Vandellós, previsiblemente antes de julio, permitirá rebajar el trayecto València -Barcelona en 30 minutos, dejándolo en 2 horas y 40 minutos.

Este recorrido, se reducirá hasta las dos horas una vez se construya la doble plataforma en ancho internacional entre Valencia y Castellón, que permitirá la circulación de trenes a una velocidad comercial 300 kilómetros por hora. Fomento planea licitar esta infraestructura lo largo del año 2019, aunque por ahora centra sus esfuerzos en implantar el tercer hilo en toda la plataforma existente (ahora sólo está en una de las vías) para evitar la congestión de los servicios ferroviarios en un tramo de una intensa circulación.

La ciudad de València es el tapón principal del Corredor Mediterráneo, dada la configuración de sus estaciones. Para resolver este cuello de botella, deberá construirse  un túnel pasante, otra actuación en la agenda del Ministerio, que cuenta a su vez con el beneplácito de todas las Administraciones. El proyecto, que requiere de una inversión próxima a los 800 millones de euros, carece, sin embargo, de plazos. Su puesta en servicio reduciría entre 10 y 15 minutos los tiempos de atravesar Valencia.

Hacia el sur, las obras también avanzan a buen ritmo. La conexión entre Alicante y Murcia se encuentra casi lista (el Gobierno pretende inaugurar el AVE Madrid-Murcia este año), lo que permitirá reducir el trayecto entre ambas ciudades a apenas 25 minutos. Para viajar en alta velocidad desde Valencia a la capital murciana habrá que aguardar, de nuevo, a que se resuelva el nudo de La Encina. Pero el tiempo estimado de viaje será de apenas 80 minutos.

Mucho más atrasado se encuentra el tramo hasta Almería, una de las provincias tradicionalmente olvidadas por el ferrocarril español, si bien el gobierno de España se ha comprometido a dar un impulso definitivo a este proyecto licitando todos los tramos pendientes antes del presente verano. El plan de Fomento, que pasa por poner en servicio la infraestructura en 2024, incluye incluso una previsión de tráficos. La idea es contar con 16 trenes de alta velocidad en ambos sentidos: diez a Madrid, que conectarían con Alacant en 1 hora y 25 minutos; y seis hasta Barcelona, que unirían Almería y València en alrededor de dos horas y 20 minutos.