Los soberanistas del Partido Nacional Escocés​ (SNP) ganaron sus cuartas elecciones seguidas al Parlamento nacional escocés (2007, 2011, 2016 y ahora 2021) consiguiendo 64 de 129 escaños, uno menos de la mayoría absoluta. La mayoría independentista se completó con los 8 diputados de los verdes Scottish Green (ganan dos), frente a los 57 diputados unionistas (31 tories —ganan uno—, 22 laboristas —pierden dos y obtienen sus peores resultados desde que el Parlamento escocés fue restaurado, en el 1997— y 4 liberal-demócratas —pierden uno y obtienen también sus peores resultados en comicios escoceses recientes—). Los 72 de 129 diputados a favor de la independencia escocesa superan los 71 de 2016 y constituyen el mejor resultado de la historia para los seguidores de la soberanía de la vieja Caledonia.

En la votación al Parlamento escocés se emiten dos votos: uno para escoger 73 diputados por el sistema mayoritario de distritos uninominales (constituency vote) en el que gana el escaño el que saque más votos ("the winner takes it all") y otro para escoger otros 56 diputados elegidos en ocho circunscripciones plurinominales regionales por sufragio proporcional. En esta segunda elección se penaliza a los partidos más votados, para conseguir una corrección proporcional potente del sistema. De esta forma, la first minister Nicola Sturgeon, con un resultado muy similar en proporción a los votos de Núñez Feijóo de julio del 2020, queda un diputado por debajo de la absoluta, en lugar de los 42 de 75 de Feijóo en 2020. A decir verdad, hay países que trabajan en serio la proporcionalidad electoral.

Nicola Sturgeon tiene un mandato claro de la ciudadanía escocesa para convocar un nuevo referéndum de independencia tan pronto como se lo permita la pandemia

El SNP consiguió sus mejores resultados de la historia de las elecciones escocesas en términos absolutos y relativos en la elección de distritos uninominales, con un 47,7% de votos (casi 1.300.000, un 46% más que los 900.000 de 2011) y 63 de 73 constituencies. No obstante, en la votación por distritos plurinominales regionales bajó al 40,3% y casi 200.000 votos (su tercer mejor resultado), siendo los grandes beneficiarios de esta doble elección los verdes, que consiguieron el 8,1%. El partido soberanista Alba, del antiguo first minister, Alex Salmond, quedó fuera del Parlamento de Holyrood, con un 2,3% en las elecciones por distritos plurinominales, pues no se presentó a las constituencies. Como ha definido la analista gallega, experta en política escocesa, Pilar Aymara Fernández, la táctica del SNP de desaconsejar el voto dual a favor de los nacionalistas del Alba evitó una supermayoría de 80 o más diputados soberanistas.

En cualquier caso, los resultados fueron muy buenos para el independentismo escocés. He ahí que la oportunidad de un segundo referéndum de independencia, del indyref2, sea evidente, teniendo en cuenta también la más alta participación en la historia reciente de las elecciones nacionales escocesas (63% frente al 55,8% de 2016 y el 50,3% del 2011). Nicola Sturgeon tiene un mandato claro de la ciudadanía escocesa para convocar un nuevo referéndum de independencia tan pronto como se lo permita la pandemia y también tiene un claro mandato para usar todos los medios legales a su disposición que posibiliten este referéndum, que cuenta con la oposición del primer ministro británico Boris Johnson. En este sentido, es muy llamativa la opinión de Kirsty Strickland de este domingo en el diario unionista escocés The Scotsman, sugiriendo que lib dems, tories y laboristas deberían ganar el relato a favor del voto negativo en este indyref2 en lugar de oponerse a su celebración. En verdad hay países donde prohibir votar se considera poco democrático.

Las elecciones escocesas mostraron otra vez una tendencia general europea: las distintas naciones y territorios votan cada vez más de forma distinta, como observamos en el caso de las elecciones nacionales vascas, gallegas y catalanas y en las regionales madrileñas. En este 6-M electoral en el Reino Unido, el avance conservador en las elecciones locales inglesas (y en la parcial de Blackpool) contrasta con el gran triunfo independentista en Escocia y con la llamativa victoria laborista (sacó 30 de 60 diputados) en Gales, donde los soberanistas del Plaid Cymru avanzan, con un 20,7% de votos y 13 de 60 escaños (frente a los 12 de 2016 y a los 11 de 2011). Pero estas elecciones galesas merecen un artículo propio.