El Papa ―el de Roma― ha incluido el Reino de España en su llamada al diálogo y la paz en los países "con problemas". En una de esas estampas familiares en las que se han convertido las ruedas de prensa en el avión convertido en moderna barca de san Pedro, Francisco fue preguntado por la situación de Hong Kong y llamó a la paz y al diálogo en algunos países donde, curiosamente, se han visto imágenes de disturbios.

Jorge Mario Bergoglio habló de Hong Kong, pero también de Francia ―donde los chalecos amarillos aún no descansan―, Nicaragua, varios países latinoamericanos ―piensen en Chile o Bolivia― y también algunos países europeos. "¿Qué hace la Santa Sede con esto? Un llamado al diálogo, a la paz, pero no es sólo Hong Kong, hay diferentes situaciones con problemas que no puedo evaluar en este momento. Yo respeto la paz y pido paz para todos estos países que tienen problemas, también España". Voilà. Ahí está la internacionalización de los CDR y del Tsunami Democràtic. A la presidenta de la ANC ―que tiene dos antecesores en prisión de manera injusta (y lo dicen Amnistía Internacional y la ONU)―, Elisenda Paluzie, la crucificaron ―espero no cometer una heregia― cuando dijo que los disturbios “hacen visible el conflicto” a nivel internacional. Me pareció y me parece una pura descripción, pero Societat Civil Catalana corrió a los juzgados. ¿Pero es que los disturbios hacen visible el conflicto en París, en Santiago de Chile, en Beirut, en Hong Kong o El Alto, pero no en Barcelona? Hombre, mire, pues no. Los disturbios también hacen visible el conflicto catalán, y esto es así estés de acuerdo o no. Te guste Paluzie o no. Es una pura descripción.

Al final, ha resultado que la independencia de Catalunya se la creían más en Madrid que en Barcelona, aunque los discursos públicos eran justo los contrarios en Madrid y Barcelona

De las palabras del Papa, por cierto, se puede hacer una segunda lectura. Se ha hecho burla de la frase "el mundo nos mira". Muy gastada, es verdad. Pero, hombre, se ve que sí, que el mundo nos miraba. Porque todo un ministro de Exteriores como José Manuel García-Margallo explica que en 2013 le dijo a Benjamin Netanyahu, entonces primer ministro de Israel, que cualquier complicidad con Catalunya llevaría al reconocimiento de Palestina por parte del gabinete de Mariano Rajoy Brey. Caramba. Pero es que la maquinaria diplomática española no ha parado, como hemos ido sabiendo. Y no ha parado ni con la diplomacia ni sin diplomacia. Tanto que ya es imposible saber cuántos favores debe el Reino de Felipe VI y cuántos países tienen ganas de devolverle alguna.

Al final, también lo vemos con la credibilidad ―o la exageración― que se da a la trama rusa, ha resultado ―de eso ya teníamos otras pistas― que la independencia de Catalunya se la creían más en Madrid que en Barcelona, aunque los discursos públicos eran justo los contrarios en Madrid y Barcelona. Quizás lo creían porque si fuera Madrid la que se quisiera independizar de España, lo haría sin reparos, sin urnas y sin el mantra del imperio de la ley. Digo si Madrid, el Madrid del poder, se quisiera independizar... como si no lo hubiera hecho ya.