No, no, el golpe de estado provocado por el Partido Socialista Andaluz en el seno del PSOE no tiene que ver con Rajoy. Rajoy y la abstención a su investidura son la excusa del antiguo régimen para perpetuarse.

Las órdenes son que nada cambie. Y si el partido de los ERE y de los Cursos de Formación permite que gobierne el partido de Gürtel, los sobres y las obras en su sede central pagadas con dinero negro es porque el sistema no puede permitir ni una sola fisura.

"Antes azul que rota". Antes Mariano & His Band que un Pedro Sánchez que podría significar una nueva manera de hacer las cosas y, vaya usted saber, quizás tiene un mal día y empieza a hacer limpieza.

Fíjese cómo ha acabado esta historia, echaron a Pedro Sánchez y resulta que ahora Pedro Sánchez pasará a la historia como el intento de renovar, de limpiar, de regenerar un partido antiguo, inmovilista, sobrepasado, viejo y caducado. Un partido en manos de una minoría adherida a la silla porque es su único medio de vida posible.

Rajoy y la gobernabilidad es la excusa para perpetuarse en el puesto de trabajo y en el sueldo, pero también para que en España no se mueva nada.

Ahora mismo Rajoy, con la complicidad del Partido Socialista Andaluz y Ciudadanos, son los albaceas del régimen del 78. Entre Reforma o Ruptura, seguir como siempre. Que nada se mueva. Da igual que cada día se rompa la tela, se apedaza y adelante. Y cuando es imposible rehacerla y se pone en peligro l'estatu quo, si hace falta se hace abdicar al Rey. El régimen, aquel régimen, está por encima de todo y de todo el mundo. Se llame Juan Carlos, se llame Pedro, se llame Manos Limpias, que existió mientras convino y se acabó de un plumazo cuando se pensaron que eran alguien y cruzaron la línea.

"Quieto todo el mundo". La frase todavía resuena y es más real que nunca. Todo el mundo quieto. Muy quieto. Muy parado. Que no se mueva nada.

Y lo más simpático es que algunos de los que dicen que son la revolución, que dicen que son herederos del 15-M y de aquel pueblo en la calle y que dicen que bla, bla, bla, nos quieren hacer creer que los catalanes llamaremos a la puerta de esta gente y, no sólo nos recibirán con una bandeja de Ferrero Rocher, sino que pactarán con nosotros cosas muy bonitas. ¡Sí, y tanto! Y nos regalarán un jamón a cada uno. Y a cada una. Y del bueno.

Rajoy es la excusa para mantener la nómina. La de unos cuantos que no tienen donde caer muertos y la nómina de un Estado que quiere seguir viviendo en el 1976. Es aquello de seguir pasándose el porrón entre los mismos de siempre. Por si las moscas.