Estos días corre por las redes sociales un debate sobre la literatura catalana, un debate que, de hecho, no es nuevo, simplemente se ha vuelto a activar, como pasa con todos los temas, que de vez en cuando se despiertan de un sueño muy profundo y vuelven a provocar disputas encarnizadas. Lo que se discute es si la literatura catalana es la literatura escrita en catalán o la que ha sido escrita por catalanes. Antes que nada, si somos un poco racionales y rigurosos, habría que empezar por saber qué quiere decir la palabra catalán. Según el IEC, tiene varias acepciones:

Captura IEC
Captura del DIEC

Resumiéndolo mucho, el significado se podría dividir en dos grandes bloques (que equivaldrían prácticamente a los dos bandos del debate). El primer bloque incluiría las acepciones 1 y 2, es decir, que es natural de Catalunya y/o de los Països Catalans o relativo o perteneciente a Catalunya y/o los Països Catalans o a sus habitantes (que sería la acepción preferida de los que defienden que la literatura catalana es la que está escrita por catalanes). El segundo bloque, en cambio, incluiría la acepción 3, es decir, que es una lengua románica hablada en los Països Catalans (que sería la acepción preferida de los que defienden que la literatura catalana es la que está escrita exclusivamente en catalán).

Una vez llegados hasta aquí —cojan aire, porque el camino hacia la verdad aún continúa y es cuesta arriba—, habría que saber qué significa ser natural de Catalunya. Estoy segura de que los que son de la opinión de que la literatura catalana es la que han escrito los catalanes, estarían muy de acuerdo con la definición de la Constitución española —Catalunya es un apéndice de España forever and ever y por mis cojones y, por lo tanto, los catalanes son tan o más españoles que la rojigualda— y del MHP Jordi Pujol —“Es catalán todo aquel que vive y trabaja en Catalunya” (no quería ofender a nadie y quería que todo aquel que viniera a vivir a Catalunya se sintiera como en casa y oh benvinguts, passeu, passeu). En cambio, los que son de la opinión de que es la literatura que está escrita en catalán, seguro que opinan que ser natural de Catalunya significa vivir y trabajar en Catalunya y hablar catalán (y algunos incluso añadirían: sentirse catalán). Por lo tanto, si nos basamos en toda esta información, unos defenderían que la literatura catalana puede estar escrita en cualquier lengua mientras quien la escriba sea “catalán” y los otros que la literatura catalana puede estar escrita por una persona que puede vivir en cualquier parte del mundo y tener cualquier nacionalidad mientras lo haga en catalán.

Si Cervantes hubiera escrito el Quijote en inglés (o en catalán, ¡ja, ja, ja!), ¿sería literatura castellana?

De estas dos posiciones hay una que es claramente política. Dudo que en España consideren literatura española una novela escrita en suajili. Hay un claro interés político en difuminar la catalanidad hasta hacerla desaparecer, por mucho que lo disfracen de fraternidad. La fraternidad española, ya la conocemos todos, es la de hablemos todos en castellano y sin rechistar. La literatura catalana —si dejamos de lado la política colonialista e imperialista— es claramente la que está escrita en catalán, y, si queréis, por un catalán, porque según mi humilde opinión, un catalán es aquel que se siente catalán y habla la lengua propia de los catalanes, que como muy bien se puede deducir morfológicamente es el catalán, no el castellano, ni el inglés ni el alemán ni el árabe. Por lo tanto, una novela escrita en una lengua que no es el catalán y por alguien que vive en Catalunya como si viviera en el barrio de Triana (Sevilla) o en Marrakech o en Bucaramanga, o por un expat que ha abierto un Airbnb para ciclistas de su país, es muchas cosas, pero literatura catalana, no. Si Cervantes hubiera escrito el Quijote en inglés (o en catalán, ¡ja, ja, ja!), ¿sería literatura castellana? No sé si la madre patria lo llevaría muy bien.

Lo más triste de todo es que en toda esta manipulación política hay lingüistas implicados. He sido testigo de ello (pero, obviamente, no voy a decir nombres). Que un profesor de lengua o literatura catalana te afirme, por ejemplo, que el catalán y el valenciano pueden ser dos lenguas diferentes por razones políticas, es lo más triste que me ha pasado nunca vocacionalmente hablando, y me provocó una fuerte crisis existencial. ¿Cómo es posible que un lingüista afirme que dos variantes dialectales de una misma lengua son dos lenguas diferentes por razones meramente políticas? ¿Cómo puede entrar en este juego perverso? ¿Cómo puede ejercer de filólogo alguien así? ¿Dónde ha ido a parar el respeto por la profesión y por la lengua? Cuando me lo dijo, tuve la sensación de encontrarme en medio de una pesadilla y que me despertaría en cualquier momento, pero no fue así. Que algunos filólogos se vendan de esta manera por intereses políticos y por tener una silla, es indignante e inaceptable. En política, hay dos intereses/estrategias diferentes con respecto a las lenguas: o bien dividirlas o bien unirlas. Es decir, o bien decir que dos dialectos de una misma lengua son dos lenguas diferentes, poniendo un estado o dos de por medio (casos catalán-valenciano, gallego-portugués, noruego-danés o, incluso me atrevería a decir, occitano-catalán), o bien pretender que dos o más lenguas sean la misma, por asimilación (una lengua imperialista se come la lengua minorizada lentamente, como está pasando con el castellano y el catalán en Catalunya) o por sustitución (el caso de Italia, en que intencionadamente denominaron dialectos a las diferentes lenguas que hay en el territorio e impusieron una de estas lenguas —la de la Toscana— como la dominante y oficial). Así pues, ¿qué es la literatura catalana?