Tal día como hoy del año 1222, hace 803 años, en Catania (reino de Sicilia); moría la reina Constanza de Sicilia, reina-consorte de Sicilia y emperatriz-consorte del Sacro Imperio Romanogermánico, por su matrimonio con Federico II Hohenstaufen. Constanza nació en 1179 en Barcelona y era el segundo retoño del rey Alfonso-Ramón (el primer soberano conjunto de la Corona catalanoaragonesa) y de Sancha de Castilla. Con diecinueve años (1198) fue casada con el rey Emerico de Hungría, pero enviudó enseguida (1204) y el nuevo monarca Andrés II (hermano pequeño del difunto) la obligó a abandonar el reino junto con su hijo Ladislao, heredero legítimo en el trono.
Constanza retornó a la Corona catalanoaragonesa. Pero después de la prematura muerte del pequeño Ladislao (1205), que se llevaba a la tumba las escasas opciones de su madre para recuperar el trono húngaro, su hermano y rey Pedro la casó con Federico II de Sicilia (1209). Inicialmente, el novio y la cancillería siciliana no estaban de acuerdo con aquella unión. Federico, que posteriormente sería conocido con el sobrenombre de "Stupor Mundi" (la maravilla del mundo) por su extraordinaria capacidad intelectual, tenía 15 años. Mientras que Constanza tenía 30 y, en aquella época, ya era una mujer madura.
No obstante, el papa Inocencio III, el mismo que, poco después, impulsaría el exterminio de los cátaros y destruiría el proyecto expansivo catalán en Occitania (1213); presionaría para celebrar aquella unión. A Inocencio III le convenía que las cancillerías de Barcelona y de Palermo, tradicionalmente aliadas del Pontificado, se enlazaran. Los problemas vinieron posteriormente (1220) cuando Federico II fue elegido emperador del Sacro Imperio, la otra superpotencia mundial que rivalizaba con el Pontificado. Federico II y Constanza tuvieron un hijo que, como el primero, también moriría trágicamente (se rebeló contra su padre, fue derrotado y recluido en una mazmorra y se suicidó).