El título del trabajo del economista Eduard Gracia habla por sí mismo: Integració europea o marginació espanyola. El futur bifurcat de Catalunya, el País Valencià i les Balears, que acaba de publicar la Fundació Vincle y que fue presentado públicamente hace pocos días. El mensaje central que nos envía el autor en este trabajo es que la vitalidad económica de la vertiente mediterránea es sistemáticamente decapitada por parte de un estado español temeroso de que el núcleo de poder económico se pueda desplazar hacia el litoral. Por eso, la maquinaria del Estado no para de cortar las alas y no para de recentralizar lo que el mercado, de natural, generaría.

Hay un conflicto histórico entre la acción de la mano invisible del mercado, que haría decantar el peso hacia el eje mediterráneo, y la mano visible del Estado, que lucha con todos los medios de poder político a su alcance para oponerse a ello. Lo hace con poder coercitivo, ignorando criterios de eficiencia y productividad, clientelismo, capitalismo de amiguetes, extracción de rentas de otros territorios, entre otros. La encrucijada donde nos sitúa el autor es o bien vamos hacia una integración europea (que dejará operar en general a las fuerzas de mercado de cara al futuro) o bien hacia la marginación española, una zona al servicio de Madrid (en palabras del economista y periodista Jordi Goula, "la aspiradora madrileña").

En su trabajo, Eduard Gracia no se limita a los datos ya lo bastante conocidos del déficit fiscal de Catalunya, el País Valencià y las Illes con el estado español, sino que nos presenta una selección de aspectos económicos diferenciales que ilustran tanto el potencial del Mediterráneo como el contrapeso permanente que hace Madrid para limitarlo. La selección de variables comparativas que utiliza el autor es original y el resultado es bastante demoledor. Invito al lector a que lea este libro, relativamente corto y bien editado. Cito algunos puntos que me han parecido relevantes.

Madrid es artificial, viene de la política, un islote que desafía las fuerzas del mercado en medio del espacio más despoblado

Empieza con una descripción sintética del disparate de las trabas al corredor mediterráneo, los retrasos inexplicables a los que se viene sometiendo este gran proyecto de la logística y la comunicación, el conejo de la chistera que representa el corredor central para meter Madrid (más caro y de menor productividad), y en definitiva, el obstruccionismo del Estado a esta infraestructura. A criterio del autor, y del sentido común, el no apostar por hacerlo y acelerarlo esconde un gran conflicto de poder económico, con el agravante de que se hace poniendo el Estado contra la lógica que dictaría el mercado.

Cuando sitúa la economía del arco mediterráneo en el contexto europeo, Gracia no deja de recordarnos que Madrid, una gran región metropolitana, "desafía las fuerzas del mercado desde el centro del espacio más despoblado de la Europa Occidental", que contrasta con el Eje de Alacant a Génova que "combina un fuerte atractivo turístico y de calidad de vida con una ubicación logísticamente privilegiada como conexión del mediterráneo con Europa Occidental". España tiene forma de rueda de carro, con Madrid en el sitio del eje y alrededor el vacío, sólo cruzado por carreteras y líneas de ferrocarriles radiales. Madrid es artificial, viene de la política, un islote que desafía las fuerzas del mercado en medio del espacio más despoblado.

El autor también habla de turismo, de logística, de industria, entre otras cosas. En este último sentido, pone de relieve la notable concentración de industrias de nivel tecnológico alto (farmacia, vehículos, maquinaria...) que se produce en Catalunya y, en menor medida en el País Valencià, territorios que hacia los años ochenta se habían declarado en declive industrial, pero que posteriormente han resucitado. Parte de este fenómeno viene de la mano de la tecnología. Concretamente, para ilustrar la situación, el 15% del valor añadido bruto manufacturero catalán lo genera la alta tecnología (en Madrid es el 7%), de modo que casi dos terceras partes de la producción manufacturera española de alta tecnología se producen en Catalunya. También en este ámbito tecnológico destaca el liderazgo catalán en solicitudes de patentes o en publicaciones científicas de calidad.

Gracia hace este repaso a la vez que intenta ilustrar en qué es fuerte la isla económica de Madrid. Destaco dos rasgos significativos: por una parte, el gran protagonismo económico que tienen sectores que dependen de la demanda generada o de la regulación impuesta por las instituciones públicas (energía, finanzas, telecomunicaciones...) representan una cuarta parte del VAB madrileño (15-16% en el eje mediterráneo) y el alto valor que tiene en España un índice poco conocido de The Economist sobre el capitalismo de amiguetes (crony capitalism). El capitalismo de amiguetes, que se genera y se sirve en Madrid, en España ocupa el segundo peor lugar, por debajo de Polonia y por encima de México, Chile o Turquía...

En definitiva, el mercado se inclinaría (de natural) al Mediterráneo, pero la política española lo empuja a la marginación, y ya se sabe en beneficio de quién.