Últimamente hablamos de Aena porque esta empresa necesita el visto bueno de la política catalana para poder avanzar en su objetivo de alargar una pista que ocupará el espacio natural protegido de La Ricarda. Si no fuera por eso, la empresa no habría desplegado la intensa y extensa campaña de relaciones públicas y propaganda que viene desplegando bajo el argumento de convertir el aeropuerto de El Prat en un hub intercontinental.

Si no fuera por esta necesidad ineludible, Aena saldría adelante al margen de la Generalitat, de los ayuntamientos, de la opinión pública, de los grupos de interés económicos y sociales, y de tutti quanti. Véase si no el caso que le hizo a la demanda de participación catalana en la gestión del aeropuerto cuando la sociedad civil al unísono lo pidió en el 2007.

Aena sigue los intereses del Estado (que ostenta el 51% de las acciones) y los intereses de los inversores privados, que ostentan el 49% de una sociedad con un valor de capitalización considerable (20.000 millones de euros), repartidos en 150 millones de acciones y que forma parte del Ibex35. La empresa, en 2021, espera entrar nuevamente en beneficios, después de que el 2020 perdiera y que en 2019 los tuviera de 1.442 millones y repartiera 7,58 euros brutos por acción. Su previsión es volver a repartir dividendos en este 2021, si bien de menor importe.

En El Prat, que es una especie de "joya de la corona", una máquina de ganar dinero, Aena tiene sus planes no sólo aeronáuticos, sino también inmobiliarios

Más allá de la inversión de 1.700 millones de euros en la terminal satélite, el alargamiento de la pista, etcétera, Aena tiene un proyecto menos difundido y conocido, de considerable alcance por algunos de sus terrenos en el aeropuerto de El Prat. Se trata de un plan inmobiliario con un desarrollo previsto durante los próximos 20 años. Consta de tres fases: la 0, de lanzamiento, de duración de 5 años; la 1, de desarrollo, de los años 5 a 10; y la 3, de consolidación, de los años 10 al 20.

Para situarnos, Aena tiene en El Prat unas propiedades de terreno de 1.553 hectáreas, encajonadas, como es conocido, en un entorno urbanísticamente muy saturado de construcciones e infraestructuras (Madrid, por ejemplo, tiene más de 3.500 y campo libre para crecer). De las propiedades de suelo de Aena en El Prat, hay una larguísima que va (preservando la playa) desde La Ricarda a la playa de Les Filipines, un espacio donde encontramos las playas de El Prat, la de El Remolar y de La Pineda. Junto con otros terrenos de detrás de la T1, la empresa cataloga estos espacios como "suelos preservados valores ambientales". En ningún momento se ha hablado de ubicar en ellos la larga pista deseada para convertirse en el ansiado hub intercontinental.

La otra gran reserva de suelo de Aena es de 328 hectáreas, interiores, en una larga franja que discurre por detrás la T2 donde ya hay, entre otros, algunas implantaciones del sector de la logística. La empresa se propone poner en valor esta gran cantidad de terrenos que ahora tiene sin utilizar, haciendo una inversión de 173,2 millones de euros en 20 años en acometidas, condicionamiento de parcelas, infraestructuras, etc. De las hectáreas indicadas, 261 son edificables. En la fase 0 se haría una inversión inicial de 386 millones de euros; en la fase 1 la inversión acumulada sería de 708 millones y al final de la fase 2 la inversión acumulada sería de 1.264 millones (1.091 de las empresas y los 173 de Aena ahora mismo indicados).

En total se edificarían 1,85 millones de metros cuadrados, entre los cuales destacan dos proyectos. Por una parte, la construcción de hoteles, a los cuales se destinarían 49 hectáreas, con una superficie edificable de 592.728 m2; por la otra, lo que la empresa denomina "Cargo + ecommerce" que ocuparía 75 hectáreas y dispondría de una superficie edificable de 561.821 m2. Entre uno y otro suman la mitad de las hectáreas y el 62,5% del total de edificabilidad que se propone promocionar. Los otros conceptos de uso del desarrollo inmobiliario son "parque logístico" con 58 hectáreas y 288.823 m2; oficinas y business farms, con 28 hectáreas y 143.436 m2; y finalmente, el concepto "aeronáutica e industria 4.0", que es lo que suena más tecnológico, con 51 hectáreas y 261.936 m2 (14,2% del total edificable).

En El Prat, que es una especie de "joya de la corona", una máquina de ganar dinero, Aena tiene sus planes no sólo aeronáuticos, sino también inmobiliarios, y no necesita nada de los catalanes para llevarlos a cabo. Sólo el detallito de La Ricarda.