Las madres y otras personas que cuidamos de criaturas, cambiamos nuestro registro de palabras y modulamos el tono de nuestra voz cuando hablamos con bebés y niños. De hecho, si escuchamos una grabación de una persona y no sabemos a priori con quién habla, podemos adivinar si lo está haciendo con un niño o con otra persona adulta solo por cómo se le dirige. Este cambio de registro y de tono de voz, normalmente más agudo, es común en las culturas humanas y se cree que ayuda a los bebés y niños a crear vínculos sociales de empatía, promueve su atención y los ayuda a aprender y adquirir el lenguaje. En inglés, este registro lingüístico se llama "motherese", como si fuera una lengua con entidad propia (como el francés o el chino), pero no he encontrado una traducción que para nosotros tenga sentido (¿maternés? ¿maternalés?) y creo que nos entenderemos mejor si hablamos de CDC (child-directed communication), o comunicación dirigida a criaturas. Está estudiado que a los niños les gusta este lenguaje específicamente dirigido a ellos. Sin embargo, a medida que los niños se van haciendo mayores, nos sorprenden cuando nos lanzan un "no me hables como a un niño pequeño, que ya soy mayor", lo cual quiere decir que a medida que los niños van creciendo son plenamente conscientes de este registro diferente, dirigido a ellos.

Se sabe desde hace tiempo que los delfines "hablan" entre ellos, pero quizás no sabíais que tienen silbidos individuales que los identifican, como si fueran sus nombres

Aunque hay muchos otros animales que se comunican con sus congéneres con diferentes tipos de sonidos, no es frecuente que desarrollen una comunicación diferencial con su descendencia. Sabemos que algunos monos y también un pájaro (Taeniopygia) cambian su vocalización cuando se dirigen a los individuos más jóvenes de su comunidad, pero no está claro que intenten generar el mismo tipo de vínculo que intentamos generar los humanos cuando hablamos a nuestros bebés. Pues bien, ahora ya sabemos que hay otra especie que habla con sus crías cambiando el registro de forma similar a como lo hacen los humanos, los delfines. Pero dejadme que antes os sorprenda un poco con un dato sobre los delfines, cetáceos (por lo tanto, mamíferos) con un gran desarrollo neurológico. Los delfines se comunican mediante una especie de silbidos. Se sabe desde hace tiempo que los delfines "hablan" entre ellos, pero quizás no sabíais que tienen silbidos individuales que los identifican, como si fueran sus nombres. Este silbido individual se adquiere durante los primeros meses de vida mediante el contacto y la comunicación con la madre, y es como su nombre, su carta de presentación. Cuando un delfín se encuentra con otro, se presenta con este silbido que lo identifica, y el otro delfín lo repite. Y viceversa. Así ya se han presentado, cada uno con su silbido/nombre de forma que se pueden llamar el uno al otro, y cada vez que se encuentran, intercambian silbidos. Se ha demostrado que incluso después de 20 años de separación, pueden reconocerse e identificarse, llamándose por su silbido (como nosotros hacemos cuando saludamos a las personas, diciendo su nombre).

Pues bien, ahora se ha ido un paso más allá. Un artículo recién publicado ha estudiado grabaciones obtenidas en 34 años de estudios de poblaciones de delfines mulares (Tursiops truncatus) en el condado de Sarasota, Florida (Estados Unidos). Durante estos estudios, se hacen separaciones de individuos, de poca duración y dentro del agua, para observar su estado de salud. En estos momentos es cuando los investigadores pueden identificar a los animales y grabar los silbidos con los cuales se comunican con los otros miembros de su grupo. Comparando los sonidos que hacen las mismas hembras, cuando están solas o cuando están acompañadas de sus crías, se ha demostrado que el tono del silbido es mucho más agudo y el rango de frecuencias usadas es más ancho cuando las hembras se dirigen a sus crías, que cuando estas no están y solo se comunican con otros animales adultos. ¡Exactamente igual que hacemos los humanos con nuestras criaturas, increíble! Si entráis en este enlace, encontraréis las dos grabaciones adaptadas al oído humano, y podréis compararlas y comprobar que se pueden diferenciar, ya que el silbido dirigido a la cría es mucho más agudo.

En la imagen adjunta veréis el rango de frecuencia del tono del silbido de las mismas 19 hembras estudiadas, con crías y sin, donde también son visibles las diferencias. Hay que tener en cuenta que los delfines jóvenes están con sus madres durante los primeros 3-6 años de su vida. Por eso, hay múltiples mediciones de la misma pareja hembra-cría.

análisis de la frecuencia del sonido de los silbatos|silbidos

Análisis de la frecuencia del sonido de los silbidos de cada hembra, cuando está sin cría (en azul) y con su cría (rojo), en que se observa la frecuencia más aguda en la comunicación a las crías (extracto de Sayigh et al. Proc. Natl. Acad. Sci USA, 2023; doi:10.1073/pnas.2300262120)

Ahora bien, ¿qué significado tiene esta comunicación dirigida a las crías en los delfines? ¿Es realmente una adaptación específica para generar vínculos "emocionales", de forma que la cría reconozca específicamente a su madre? ¿Les gusta a las crías de delfín que les "hablen" con estos sonidos específicos, tal como les gusta a los niños humanos? No lo sabemos. Ni siquiera sabemos todavía si otros cetáceos también tienen este tipo de comunicación diferencial y específica de las madres con las crías, aunque seguro que habrá otros investigadores que intentarán reproducir estos estudios. Lo que parece claro es que todavía nos queda mucho que investigar sobre la capacidad de los delfines para comunicarse, y que pueden ser un buen modelo para investigar cómo surgió la capacidad de aprender y adquirir un lenguaje, que además de permitir la comunicación, puede ser modulado según el entorno y quién sea el interlocutor.