"Diccionario. ¡Por orden alfabético
se va al secreto!"
Pedro Salinas

Les supongo tensos, inquietos, abrumados por la responsabilidad, apabullados por los testimonios y los indicios, imbuidos de esa humana sensatez que intenta rebajar tan pesada carga. Por eso vengo a aliviar sus cuitas: no se agobien. Ni ustedes, ni yo, ni el presidente del gobierno, ni la opinión pública, ni, por supuesto, los periodistas, ni nadie que no sea el tribunal, venimos obligados a determinar si el fiscal general debe ser condenado o absuelto. No tenemos que deliberar si basta la prueba indiciaria o si conviene un in dubio pro reo. Calma.

Aclarado este extremo, mientras les oigo exhalar todo el contenido de sus pulmones con evidente alivio, les presupongo ya dispuestos a dedicar su atención a otras cuestiones no menos importantes ni relevantes ni demostrativas que están siendo significativamente eludidas. Pongamos que hablamos de los enjuagues de Leire "la fontanera", que se dilucidan también ante un juez de instrucción de Madrid en estos días. Y es que cuando las cloacas manan desde Ferraz, también apestan, por mucho que haya líderes que crean mear colonia.

Lo primero que me choca desde hace tiempo es la enorme diligencia desplegada por el acusado García Ortiz, rozando casi diría el histerismo, para salir a defender el honor de la Fiscalía, cuando este no estaba en cuestión, y la entereza con que asume que una militante socialista haya usado su nombre en vano y le haya puesto en solfa delante de otros fiscales, de delincuentes, de empresarios y de tantos otros a los que informó de que era conocedor de todos los tejemanejes sucios y hasta de que era poco menos que un mandao del Número Uno. Observen la pérdida de proporción que supone pensar que aclarar si un intento de conformidad partió del abogado o del fiscal merece hasta jugarte la carrera, mientras que llamarte corrupto a las órdenes del gobierno ni te inmuta. Nunca entenderé a la gente.

Pues que sí, que la tal Leire, según los testigos, ofrecía a empresarios acusados de corrupción "organizar reuniones con Álvaro y con Diego [Villafañe, jefe de la Secretaría Técnica del FGE]", tan colegas ellos que además "sabían lo que tenían que hacer". Que ante un bulo así, que afecta a tu honor de forma definitiva, yo no sé ya cómo habrían tenido que saltar, como poco cual panteras. Claro que tampoco se les notó mucho movimiento cuando se supo, con pruebas y grabación de tres horas incluida, que la señora que se llamaba "mano derecha de Santos Cerdán" había intentado cohechar y extorsionar a dos fiscales. Nada. Pa qué, si ya la nota que urgía que era la del ciudadano novio estaba hecha y bien hecha.

De Leire bien poco que se defienden, y de una media verdad de la bestia negra Miguel Ángel Rodríguez les faltó tiempo para salir a quemar España

Por lo que sea, hay muchos medios que han olvidado el extraño caso de la enviada de Santos Cerdán a la que ahora los socialistas no conocen. Que, como decía el constructor Luis del Rivero en sus mensajes al fiscal Stampa, es el número 1 el que tiene que decidirlo todo. Del Señor X, pasando por el Number One, hasta llegar al Número Uno, hay toda una historia del PSOE por escribir.

No obstante, la mediocridad está ganando terreno en todos los campos. No solo en el político, intelectual, periodístico o jurídico, sino también en el de los Pepe Gotera y Otilio. Lo del pequeño Nicolás aún era encaje de bolillos al lado de los patinazos de la tal Leire. ¡Pues no va la tía a enseñar un video sexual del fiscal Grinda a los periodistas de Pedro J. y a él mismo para ver si lo publican! O sea, que no se le ocurre otra que ir al tío que intentaron destrozar destacados socialistas con una maniobra nefanda a ver si publica un video prohibido de otro para destrozarlo y que el PSOE saque tajada. Un planazo.

Van manando informaciones sobre los torpes intentos de la enviada por conseguir trapos sucios con los que chantajear o hundir a los jueces que llevaban los casos, digamos, desagradables para sus jefes. Se ha sabido que habría hecho seguir al juez Pedraz —caso Hidrocarburos— para ver con quién se reunía en los alrededores de la Audiencia Nacional. ¡Secreto a voces! No hay periodista de tribunales que no sepa con quiénes a qué hora y para qué se reúne Pedraz a mediodía. Se ha publicado tímidamente hasta alguna foto. También parece que afirmaba la fontanera tener un dosier sobre el juez Marchena, que está ahora en el tribunal que juzga al fiscal general del Estado. Lo de los informes falsos sobre jueces es un clásico, ya empezó con el informe Veritas a Garzón y se viene renovando con el tiempo. Lo gracioso sería que el mismo PSOE que en su día pactó hacer presidente del Tribunal Supremo a Manolo o que le arregló el tema cuando publiqué que había recibido trato de favor para su hija, le hubiera puesto ahora en el punto de mira. Contra los catalanes, bien; contra los nuestros, ni se te ocurra.

Pero casi ningún dedo mediático apunta a este asunto, que desde Moncloa quieren sepultar. ¿Alguien sabe qué fue del pendrive de Leire? ¿Dónde están y en qué andan todas estas mierdas que la fontanera decía haber sacado de las cañerías profundas? Tampoco les hablarán mucho de esto. El pendrive lo entregó el PSOE en mano en la Fiscalía General del Estado sin una denuncia formal sobre nada. Un método raro. Al parecer, el motivo de este traspaso —en vez de haber procedido a la destrucción de la podredumbre— fue que podía contener información sensible sobre magistrados o casos abiertos. De la FGE viajó a la Fiscalía de la AN, de toda confianza de García Ortiz, y a principios de septiembre supimos que en julio lo habían remitido a la UCO para que informara. Cuatro meses después, silencio, no sabemos nada. De por qué la AN sería competente para lo que tuviera que ver con Leire tampoco hay demasiada explicación. Tal vez para que no esté dando vueltas por la mesa de Zamarriego, que es el juez que investiga a García Ortiz. En todo caso, si lo que hay en su interior es material de origen viciado, poco puede servir para ninguna causa noble que no sea emplumar a la propia Leire.

Me pasma, como supongo que a ustedes, la incoherencia humana. De Leire bien poco que se defienden, y de una media verdad de la bestia negra Miguel Ángel Rodríguez les faltó tiempo para salir a quemar España. Sé que la ironía no cotiza, pero es lo único que nos queda para salvarnos.