Adéu-siau, turons de la pàtria mia. Valtonyc el rapero se las ha pirado y les ha dejado con otro palmo de narices, ilustrísimas, y con un escupitajo verde ahí, estampado en el cráneo. Se ha exiliado en Bélgica y, hala, ahí se queden, que los buenos psicólogos siempre recomiendan huir de la peña tóxica, de los tiranos, los represores, los arbitrarios, los déspotas. De los perversos. La alegría de la libertad, el ejercicio de la dignidad humana siempre desconcierta a estos hipócritas acomplejados, a estos malvados sin criterio, acojonados y esclavos morales de todo pelaje y condición. No nos engañan en absoluto. Cuando Valtonyc dice en un escenario que hay que matar a guardias civiles no está incitando a nadie a la violencia. Está provocando como cuando te enseñan enhiesto el dedo de en medio. El punk y el rap también tienen sus reglas, porque sin contexto no hay texto, excelencias, genios de café, porque todo el mundo sabe que la capacidad de incitación a la violencia de los artistas está por demostrar pero oscila entre el cero y la nada. Cuando se demuestre una relación de causa y efecto hablemos si lo desean, caterva intolerante y sacaremos el código penal. El ilustrísimo Federico Jiménez Losantos, enfermo de resentimiento y totalmente chiflado, puede decir lo que quiera, que las cervecerías de Múnich pueden empezar a saltar por los aires, que el ejército español tiene la capacidad de bombardear Barcelona, y también Valtonyc tiene derecho a decir enormidades, también tiene derecho a hacer uso de la libertad de expresión para inquietar al personal, para conmoverlo, para zarandearlo. Eso se llama función patética del lenguaje y la estudió un señor llamado Aristóteles tiempo atrás. Repasen también lo que es una hipérbole. Van con un poco de retraso, mal nacidos, sólo unos dos mil años. Quizás incluso más ya que su modelo totalitario de sociedad se remonta a la barbarie prehistórica. En el Reino Unido, por ejemplo, que algo saben de convivir en una democracia real, Sid Vicious, de los Sex Pistols, ya llamaba a provocar “el mayor caos y la mayor alteración posible, pero no dejes que te pillen vivo”. En su famosa versión del himno nacional británico hecha por el grupo se puede oír: “Dios salve a la reina, | a su régimen fascista | el que ha hecho de ti un subnormal, | una bomba atómica en potencia. | Dios salve a la reina, | ella no es ningún ser humano | (...) Que Dios tenga misericordia de ella, | porque todos los crímenes se pagan.” También podría citar las letras de otros grupos dedicados a exaltar la violencia contra la policía pero no pienso darle esa satisfacción a su excelencia Enric Millo. Hoy no.

Valtonyc tiene derecho a protestar y a provocar lo que quiera. Y sus detractores el derecho de detractarlo. Pero eso no justifica ir a la cárcel tres años y medio. Que a usted, repugnante lector, a usted, indeseable lectora, le moleste personalmente esto o aquello no tiene ninguna importancia para nadie, a mí ustedes también me molestan y me jodo, como todo el mundo que vive en sociedad. Repasen mis artículos en El Nacional y verán la rica colección de insultos y pestes que me han dedicado algunos lectores y que nunca he querido borrar, porque a mí no me descalifican, les descalifican sólo a ustedes, cretinos. La colectividad no tiene ninguna responsabilidad si, por poner un ejemplo, usted encuentra ofensivo el topless, la sagrada libertad de tomar el sol pasa por encima de su indignación y de su torturada sexualidad. Otra cosa sería, atención, que hubiera una perturbación efectiva de la sociedad, otra cosa sería que se llamara a la violencia y a la represión contra ciudadanos desarmados e indefensos que sólo pretendían votar, contra ancianos y niños pacíficos, contra políticos que sólo quieren llevar a la práctica su programa electoral. Y que luego, efectivamente, se produjera esta violencia. ¿Pero violencia contra la policía armada, contra los paramilitares de la Guardia Civil, dónde, cuándo y quién? ¿En qué película lo han visto? Que se pican porque comen ajos parece bastante evidente. Y que están acabados, también. Las mentiras no se sostienen indefinidamente, por eso el tiempo juega en favor de los opositores al régimen. Cuando todo, absolutamente todo, es susceptible de ser ilegal, cuando la arbitrariedad se instala en un país, lo que termina pasando es que todo pasa a ser legal, se destruye la función reguladora de la ley y la posibilidad de la convivencia. Quien está matando la convivencia no es el independentismo, excelencias, sino ustedes. Valtonyc, Josep Miquel Arenas, quizás tenga mucho que aprender en el mundo de la música pero ya sabe algo que muchos ignoran. Que la verdad nos hace libres, que el ejercicio efectivo de la libertad de pensar y de expresarse es, ni más ni menos, lo que nos convierte en personas, es lo que nos constituye como seres humanos. Desgraciados.