Descartado el apoyo de Esquerra Republicana para arrebatarle la alcaldía de Barcelona a Xavier Trias, las posibilidades de que Collboni salga elegido alcalde pasan por el apoyo de Vox o PP a un acuerdo PSC-comuns. Lo que desde el punto de vista de los principios parecería imposible, todo apunta a que es la opción perseguida principalmente por todo el ejército de cargos de los comuns instalados en el Ayuntamiento que ya están haciendo todo lo que haga falta para no perder el trabajo. De hecho, han puesto en marcha una ofensiva en redes y medios para poder justificar, en nombre del progresismo, su voto a Collboni, pero esperando que Vox o PP les acaben el trabajo por su cuenta.

Si en el pleno de constitución del Ayuntamiento los concejales de los comuns renuncian a votar a Colau y votan por Collboni, querrá decir que buscan desesperadamente ni que sea el apoyo de Vox para no perder las sillas que ocupan. PSC y comuns suman 19 concejales y con dos de Vox o dos del PP ya hacen mayoría absoluta. Es la única operación que puede apartar a Trias de la alcaldía y mantener a los comunes apalancados en la Casa Gran.

Los comuns han puesto en marcha una ofensiva en redes y medios para poder justificar, en nombre del progresismo, su voto a Collboni pero esperando que Vox o el PP les acaben el trabajo por su cuenta y poder continuar apalancados en el Ayuntamiento

Los socialistas ya han dicho que hablarán con todo el mundo "menos con la extrema derecha". Eso quiere decir que también lo harán con el Partido Popular. Con Vox no hace falta hablar ni negociar nada, porque, con solo dos concejales, la operación no solo no tiene ningún riesgo, sino que les sería sería enormemente rentable. Tendrían la oportunidad de hacer valer su fuerza como determinante y además con el argumento de siempre, España antes roja que rota. Al Partido Popular la operación también le puede interesar con argumentos similares, pero con las elecciones generales recién convocadas que se presentan bastante polarizadas entre PP y PSOE, regalarle la alcaldía al principal competidor y permitir que los comuns, con Ada Colau o sin ella, continúen en el gobierno de la ciudad, tendrá sus detractores. Y, además, al PP ya le iría bien que el trabajo lo haga Vox, porque tendría una repercusión enorme en la campaña de las generales.

Precisamente porque a quien le resulta más complicada esta operación es precisamente al PSC y de rebote al PSOE. Obviamente, para Collboni ser alcalde es su prioridad, pero para el PSOE abrir la campaña de las generales con un alcalde socialista elegido con los votos de Vox es casi de apaga y vámonos. Pedro Sánchez ha pronunciado este martes un discurso ante los grupos parlamentarios socialistas arengando para "parar el 23-J la corriente reaccionaria". Toda su intervención ha sido dirigida a movilizar las izquierdas contra un gobierno de extrema derecha. Si Collboni sale elegido como el alcalde socialista más importante de España, pero con los votos del contubernio reaccionario que dicen combatir, el PSOE se quedará sin argumentos. Y como no se puede impedir que comuns y Vox actúen en defensa de sus intereses, votarán lo que más les convenga.

Para Collboni ser alcalde es su prioridad, pero para el PSOE abrir la campaña de las generales con un alcalde socialista elegido con los votos de Vox es casi de apaga y vámonos

La incertidumbre se mantendrá hasta el último minuto, cuando voten uno por uno a los concejales. Si los comuns votan a Collboni en vez de a Colau, Vox y PP tendrán automáticamente la sartén por el mango. Si el PSC no quisiera participar de la operación, lo único que podría hacer sería renunciar a presentar candidato o que dos de sus concejales abandonaran en plena votación la sala de plenos.

Estamos ante la repetición de las maniobras antidemocráticas de los últimos años. En 2015 fueron las cloacas del Estado las que intervinieron para impedir la reelección de Trias. El 2019 fue la operación Manuel Valls, también con participación del deep state, que impidió que Ernest Maragall fuera alcalde. Ahora tienen los mismos motivos y menos escrúpulos para volver a intentarlo.

También hay que decir que en toda esta batalla, el comportamiento de Junts per Catalunya también puede influir de manera determinante. Parece mentira que sus dirigentes no sepan leer los resultados del domingo pasado y vuelvan a caer en todas las trampas que les preparan. Convocando a estas alturas frentes patrióticos y antiespañoles, volviendo a prometer la independencia después de lo que han hecho y de lo que no han hecho, lo único que conseguirán será rearmar las ofensivas españolistas, volver a hacer el ridículo y perder por el camino hasta la camisa.