Diego Pérez de los Cobos va a los juicios políticos a decir cosas que se ajustan muy poco a la realidad, trabaja de una manera poco transparente para destruir la vida de los que él considera los enemigos de su Estado y prepara informes con el papel que le sobra de envolver el bocadillo de sardinas y que algunos jueces le validan como prueba. Pero eso el señor ministro Fernando Grande-Marlaska ya lo sabía. Claro que lo sabía. Porque es juez del sistema que ampara al señor Diego Pérez de los Cobos. Porque es sistema. Y como lo es, por eso ha llegado a ministro del Interior. Y mire si es del sistema que condecora y da paguitas a los policías y guardias civiles que actuaron el 1-O en defensa de su Estado y de su Sistema.

Y justamente, mira por donde, ahora es cuando ha perdido la confianza en este leal servidor del Estado que usted conoce perfectamente. A él y a lo que hace. No la perdió hace un mes, ni hace seis meses, ni hace un año. No, no, ahora. ¿Quizás es que ahora ha sucedido algo que tengamos que saber? Ojo, no lo sé, a ver... que no haya sido porque, casualmente, en este preciso instante los suyos estuvieran probando la medicina "de los Cobos" que antes han probado muchos otros que no son los suyos.

Si esta hipótesis fuera cierta, quedaría demostrado que cuando alguien pone mierda delante de un ventilador y lo arranca, no es lo mismo estar delante del aparato que detrás. Claro, usted y los suyos siempre han estado detrás y nunca se han ensuciado. Pero su monstruo de Frankenstein se ha hecho tan grande y tiene tanta fuerza que se ha visto en condiciones de girar el ventilador. Y ahora algunos de los suyos han quedado marronitos-marronitos. Sí, ya lo entiendo, ya, que tiene que ser molesto. Es como aquello de los toros, ¿verdad? No es lo mismo verlos desde la barrera con un buen puro entre los dedos y echando eructos de un opíparo almuerzo bien regado que ver cómo el toro salta, sube hasta tu asiento y te clava el cuerno en alguna de tus partes blandas. Bien, es molesto y tiene que hacer pupita.

Pero ¿cuando este Estado al que pertenece el señor Pérez de los Cobos y pertenecen usted y los suyos, envía valientes miembros de los cuerpos de seguridad a un juicio político a explicar prácticamente con lágrimas en los ojos que pasaron más miedo con las miradas de los votantes del 1-O que en el Euskadi donde estos mismos cuerpos de seguridad eran asesinados como conejos, y usted y los suyos lo ven, y usted y los suyos saben que es mentira pero callan, ¡a mí qué me explican de lo que ahora les está haciendo Pérez de los Cobos! Es que no me interesa.

¿Y si los testimonios de estos servidores de su Estado permitieron a la justicia de su Estado enviar a prisión durante 100 años, sin ninguna prueba, al gobierno de este país y sus dos líderes sociales, como decía el poeta,¿a mí usted ahora qué me está container?

Y si este señor hace cosas que a usted no le gustan nada, usted lo destituye de su cargo y al día siguiente, en solidaridad con él, le dimite el director adjunto operativo de la Guardia Civil, el teniente general Laurentino Ceña, que, casualmente, se tenía que jubilar la próxima semana, pues mire, es una pena terrible, pero no es mi tema. Oiga, si en los últimos años hemos aprendido una cosa, es que aquí hay que venir llorado de casa. Y eso ahora sirve para usted y los suyos y para su prensa, que está muy escandalizadita, pobrecita.

Pero fíjese, lo que sí estaría bien que nos explicara, si tiene un momentito, es eso de anunciar la aprobación de un decreto "para culminar la equiparación salarial de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado" en medio de la tormenta política desatada por la destitución de De los Cobos. Vaya, que nos comente cómo es que en medio de una crisis económica nunca vista en España en decenas de años y con un estado que tendrá que ser rescatado —aunque lo bauticen con otro nombre—, usted opta por calmar a los uniformados a base de billetes. Y una vez nos haya hecho un pequeño resumen, estaría bien que nos glosara cómo es que el personal sanitario no merece una equiparación salarial. ¿Quizás son menos importantes? ¿No se lo han ganado? ¿No lo merecen ni después de los recortes que sufren desde hace años? ¿Con los aplausos ya tienen más que suficiente?

¿O es que si hay un rebrote de la pandemia Diego Pérez de los Cobos irá a trabajar a los hospitales, ahora que ha sido destituido y tiene tiempo?