Esta mañana he seguido en tiempo real, y con mucho interés, como un tortell de crema y una lavadora se convertían en una rueda de tractor y una pinza de la ropa. La cosa ha empezado con una entrevista a Ismael Peña-López (@ictlogist), director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales (DGPCPE), en can Xavi Bundo (RAC1).

Ante la avalancha de personas que han presentado alegaciones para no estar el domingo de cuerpo presente en el lugar que el destino les ha señalado, el periodista le ha preguntado qué podría suceder si en el momento de constituir las mesas no está la mínima cifra de miembros. Peña-López ha explicado que, según la ley y no porque lo haya decidido él, si una mesa no se puede constituir en el momento previsto, la votación de aquella sección se aplaza 48 horas. A partir de aquí, suposiciones de futuro sobre una cosa que no sólo no ha sucedido nunca sino que ni se ha planteado. Y el DGPCPE ha dicho una cosa lógica: para evitar que dos días después, en estas mesas hubieran posibles "votos tácticos" que cambiaran los resultados, sería lógico valorar no ofrecer resultados oficiales el domingo.

Pues bien, entre que alguien ha transcrito la declaración a su aire y las ganas que tienen otros de ver extraterrestres verdes y con antenas en un plato de sopa, ¿sabe cómo ha acabado la cosa? Con "La Generalitat estudia no publicar los resultados de las elecciones" o "La Generalitat plantea no difundir los resultados". Pero lo más interesante es, una vez más, que técnicamente es muy sencillo y rápido ir a la fuente y oír exactamente qué se ha dicho, como se ha dicho y en qué contexto, pero todo el mundo repite una versión contaminada que reinterpreta las declaraciones de una manera que insinúa un pucherazo. Un tortell de crema, que es redondo, sí, convertido en una rueda de tractor, que también es redonda, sí, pero aquí se han acabado las semejanzas entre la realidad y la manipulación. Porque las ruedas de tractor, como su propio nombre indica, no son unos postres sino que sirven para que los tractores se muevan de lugar. Y no llevan crema.

La lavadora convertida en pinza de la ropa va de Vic y las pizzas y los fuets. ¿Ya sabe qué sucedió el sábado en la capital de Osona, verdad? Vox fue a dejar su cagaradita, una manera como otra de hacerse propaganda que cada vez tiene más éxito. Y consiguieron lo que querían. Y justo dentro de una semana lo veremos. Bien, sobre todo lo verán y lo sufrirán PP y Ciutadans cuando se miren los resultados. Pero no se vaya aunque ahora viene la segunda parte de la cosa. A raíz de los incidentes, el mundo digital próximo a Vox ha empezado una campaña de boicot contra Casa Tarradellas. ¿Por qué? Porque como que es una empresa de por la ciudad que todos estos personajes escriben con el nombre franquista de Vich, pues adelante. Y aquí nos encontramos una triple paradoja de medidas cósmicas:

1/ En su momento, cuando el nacionalismo español xenófobo ha planteado otros boicots contra empresas alimentarias catalanas, han salido voces desde Extremadura o Andalucía recordando que allos venden materia prima a estas industrias y, por lo tanto, un boicot los perjudica.

2/ Casa Tarradellas fabrica varios productos de marca blanca para muchas grandes distribuidoras como, por ejemplo, Mercadona. Cuando los "Voxeros" lo han sabido, han ampliado el boicot también contra ellos. ¡SEN-SA-CI-O-NAL!

3/ Parte de los boicoteadores han derivado el caso hacia el concepto "Yo no consumo productos de empresas que desean destruir España". Cuando los dueños de Casa Tarradellas y Mercadona, precisamente ellos, sepan que su objectivo es destruir España, tendrán un impacto. No menor.

Será como cuando dices "voy a tender la lavadora" y coges las pinzas de la ropa para hacerlo literalmente. Y mire, no.