Este miércoles por la mañana en el Parlament ha habido sesión de control al Govern y al president de la Generalitat. Todo era como una balsa de aceite hasta que ha tocado el turno de Ciutadans. Le recuerdo que, desde la marcha de Inés Arrimadas, este partido vive una situación muy extraña. La líder y candidata es Lorena Roldán, pero el jefe de la oposición y portavoz parlamentario es Carlos Carrizosa. Y hoy le ha tocado intervenir a Carrizosa, que ha aprovechado que se acerca Navidad para hacer cagar el tió. Con el bastón (verbal) se ha dedicado a repartir golpes (dialécticos) a todo lo que se movía. Y en este caso (y concretamente) lo que se movía por los escaños del Govern y de los diputados de JuntsxCat.

Ha empezado por los consellers Damià Calvet y Jordi Puigneró, de quien ha dicho que "vienen de Sant Cugat, el epicentro del 3%". Calvet, sentado justo delante suyo, se ha girado y se lo ha mirado con cara de "¿Y esto ahora a qué viene?". A Puigneró le deben haber silbado los oídos en Madrid, donde estaba por el tema del Digitalazo, el decreto digital este pactado entre los partidos de Estado (PSOE, PP y Ciudadanos) y pensado para salvar a España de los malos. Cuando convenga.

Carrizosa ha continuado con la consellera y portavoz del Gobierno Meritxell Budó, el conseller Miquel Buch, los diputados Elsa Artadi y Francesc de Dalmases, la diputada en el Congreso Laura Borràs, la exconcejala en el ayuntamiento de BCN Maite Fandos, y ha acabado haciendo parada y fonda en Aurora Madaula. Mirándosela fijamente le ha excretado (oralmente) que "dé explicaciones sobre las mordidas de Catdem en el Palau de la Música cuando su amigo el señor Colomines era el director".

(Aclaración que sirve para entender la magnitud del momento ciertamente pantanoso: el señor Colomines y la señora Madaula son amigos, efectivamente, pero le diré más, son un poquito más que amigos ya que son pareja).

Si quiere ver el momento entero, aquí tiene el enlace:

El terremoto que ha provocado la intervención de "Carrizosa desencadenado" ha sido tal que ya por la mañana JuntsxCat ha anunciado que presentarían una queja y por la tarde, todos los grupos menos Ciudadanos (naturalmente) y el PP han pedido medidas disciplinarias contra el diputado. Hasta aquí los hechos. Ahora la especulación.

Esta estrategia de la bilis que ha practicado a menudo Ciutadans ha sido su tumba en el Congreso de los Diputados. Por lo tanto, no tiene mucho sentido seguir haciéndola. Que hoy haya intervenido Carrizosa y no Roldán, como es habitual, y con este tono que ahora les resta —y ellos lo saben— sólo puede querer decir dos cosas: 1/ han optado por el suicidio político, cosa que sería difícil de entender, o 2/ ha sido el adiós de Carrizosa al Parlament.

Detengámonos en el punto dos. En un momento en que la puerta de la sede de Ciudadanos parece la del corral de la Cuesta de Santo Domingo un día de encierro de San Fermín (pero aquí y ahora en vez de toros, salen a toda leche altos cargos), quizás Carrizosa ha decidido hacer lo mismo. Quizás. Pero antes de marcharse, ha querido dejar su último recuerdo. El regalito final. Aquello del "me voy y aquí queda el legado de lo que yo fui".

Porque si la cosa fuera el punto 1, hoy más de 30 diputados de Ciutadans se han apuntado a Linkedin, a Infojobs y a Jobtoday. Como mínimo.