Esta palabra casi intraducible refleja la pasión y la necesidad que sentimos los humanos para migrar. En realidad, hay una minoría de humanos a los que les gusta explorar y podríamos definirlos como culos inquietos, pero la gran mayoría prefiere hacer asentamientos en lugares con buenas condiciones para la supervivencia, con accesibilidad asegurada al agua y a la comida. Las grandes migraciones humanas siempre se deben a cataclismos, pequeños o grandes, ya sean sequías persistentes que se prolongan en el tiempo, inundaciones, pestes que acaban con los cultivos durante añadas, desertizaciones o glaciaciones y, desde que los humanos tienen armas, las guerras y las migraciones forzadas (como por el esclavismo). Nuestra especie prefiere el movimiento a pequeña escala, sea en el espacio o en el tiempo, y si hay que recorrer largas distancias, hacerlo a lo largo de muchas generaciones.

Una de las grandes preguntas que tenemos a medio resolver es dónde surgimos como especie. Los humanos actuales nos consideramos "humanos modernos", porque podemos identificar características morfológicas y genéticas que nos diferencian de otros homininis. Se calcula que surgimos entre hace 200.000 a 300.000 años al África, desde donde migramos y ocupamos otras regiones geográficas del mundo. En estas migraciones nos encontramos otros homininis, como los Neandertales en Europa o el Denisovano en Asia, con el cual convivimos hace decenas de miles de años, y con los que nos cruzamos. De hecho, muchos de nosotros tenemos en nuestro DNA algún fragmento cromosómico heredado directamente de estos otros homininis antepasados, ya que como os he explicado en otros artículos, nuestra especie no es pura, sino resultado de diferentes hibridaciones que han dejado mayor o menor huella en nuestro genoma. Somos diversos y variados.

¿Pero por qué encontramos restos de Neandertal en Europa y no en África? ¿Cómo, cuándo y por qué los humanos modernos ocupamos varios continentes? ¿Cuál fue la razón o razones que causaron estas migraciones iniciales de los diferentes homininis? Una de las hipótesis que va cogiendo fuerza es que la razón principal que ha modelado las diferentes especies (o subespecies) de homininis y el espacio que ocuparon fueron las condiciones climáticas. ¿Cómo podemos estudiarlas? Hay varias maneras en que podemos predecir o inferir el clima global de la tierra, pero cuando hablamos de condiciones climáticas de millones de años atrás hasta la actualidad, los mayores determinantes del clima son determinantes astronómicos, como la órbita de la Tierra en torno al Sol y la inclinación de su eje rotatorio. No viajamos solos en el espacio, además del Sol, otros planetas ejercen fuerza gravitatoria sobre la Tierra, y las órbitas de estos planetas se acercan y se alejan de la Tierra de forma cíclica. Con ciclos de aproximadamente 41.000 años, el eje de la Tierra oscila, alterando la intensidad de las estaciones y cambiando la lluviosidad en los trópicos. Además, con ciclos de 100.000 años, la Tierra va variando desde una órbita más circular (que comporta mayor irradiación solar y veranos mucho más largos) a órbitas progresivamente más elípticas, que reducen la luz del sol que nos llega y provoca periodos de glaciación. Los homininis más próximos a nosotros han surgido, evolucionado y se han extinguido en los últimos 2 millones de años y, por lo tanto, las diferentes especies de homininis han vivido a lo largo de estos ciclos astronómicos, con cambios profundos en las condiciones de habitabilidad de muchas regiones de la Tierra. Es lógico pensar que estos cambios afectaron a los humanos, condicionaron su supervivencia y causaron migraciones, ya que buscaban un ambiente y clima más propicios. Sin embargo, hasta ahora, los datos paleoclimatológicos eran limitados.

Justamente, esta semana se ha publicado en abierto un artículo en Nature en que se combina una simulación muy esmerada de la climatología terrestre asociada a los cambios astronómicos durante los últimos dos millones de años, con una ingente cantidad de evidencias de fósiles humanos y otros restos arqueológicos (localización geográfica y su datación) de hasta 6 especies de homininis (Homo erectus, Homo ergaster, Homo habilis, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis, Homo sapiens (el más reciente y actual)). Según sus autores, los fósiles de los diferentes homininis no se encuentran localizados de forma aleatoria, sino que claramente se agrupan en regiones que presentaban condiciones climatológicas específicas.

Aunque la correlación de datos no implica causalidad y, por lo tanto, hacen falta muchos más estudios, por ejemplo, genéticos (para comprobar los parentescos y proximidades genéticas de las diferentes poblaciones), las inferencias son sorprendentes y sugerentes. Por ejemplo, los autores determinan que los homininis del Pleistoceno temprano se originaron y asentaron en zonas que tenían un clima poco variable con respecto a la órbita terrestre, mientras que en la transición hacia el Pleistoceno medio, hace unos 700.000 años, el Homo heidelbergensis migró desde África hacia Europa y Asia, en una época en que su región original se volvió muy cálida, y la órbita más elíptica de la Tierra hizo que otras regiones de nuestro planeta fueran más húmedas y habitables para esta especie, convirtiendo a los humanos de entonces, unos exploradores mundiales (seguramente, adquiriendo nuevas destrezas y capacidades). Los restos fósiles de los Homo heidelbergensis coinciden con las zonas predichas por la simulación como más similares climáticamente a las condiciones originales de la zona africana de donde surgieron. Los autores también proponen que esta migración daría origen a dos ramas, la rama nórdica permitiría el aislamiento geográfico y genético que daría lugar a las poblaciones de Neandertales a Europa y a las de denisovanos y otros homininis en el Asia oriental, mientras que la rama que se dirigió hacia el Sur de África originó a los humanos modernos. Esta propuesta, con dos ramas que migraron y ocuparon lugares diferentes con similitudes climatológicas, está resumida en la siguiente imagen. Fijaos en los lugares señalados en colores azules (lugares más habitables y similares en condiciones), y la coincidencia de yacimientos con fósiles.

Grafic migración homínidos

Figura extraída de Timmerman et al. 2022, donde se explica la migración y sucesión de los diferentes homínidos, según habitabilidad de las diferentes regiones, predicha por los ciclos astronómicos (doi:10.1038/s41586-022-04600-9)

Inferir que las migraciones de nuestros ancestros homininis y el surgimiento de nuestra especie depende, en cierta manera, de los ciclos astronómicos, es rompedor y también provocativo. No obstante, nos da un marco de referencia para seguir estudiando e investigando sobre nuestros orígenes como especie, y sobre nuestra ansia de descubrir nuevos espacios, nuevos mundos, donde poder asentarnos y, quizás, empezar una nueva vida.