Hace unos días, conocimos los resultados del Regional Innovation Scoreboard (RIS) de la Unión Europea y eran malos. Catalunya estaba detrás de Madrid y Euskadi (clasificados como "strong innovators") y descendía a "moderate innovator". Sin duda, es un hecho importante. En un mundo que compite en innovación y donde sólo se pueden capturar rentas elevadas si tu comunidad es capaz de innovar, esta no es una buena noticia.

Ahora bien, hay que decirlo claro, no sabemos medir la innovación y lo que medimos en los rankings es el potencial de innovación. ¿Por qué es esto? La innovación es la transformación de conocimiento en productos y servicios nuevos que tienen éxito en el mercado. Ahora bien, ni es necesario que este conocimiento sea nuevo ni que lo hayas creado tu. Ser puntero en ciencia, incluso en I+D, no te convierte en innovador.

Tenemos muchos ejemplos de esta situación. Mi preferido es Shenzhen, la ciudad más innovadora de China, pero no donde están las mejores universidades como Tsinghua, Pekin University, Fundania, Jia Tong o la Chinese Academy of Science. Todas se reparten entre Pekín y Shanghái. Pero es en Shenzhen donde encontramos Huawei, Tencent, Oppo, ZTE, BYD (baterías) y DJI (drones y estabilizadores de cámaras). Si quieres transformar una idea tecnológica en un producto industrial viable, Shenzhen es el mejor lugar del mundo donde hacerlo. El caso contrario es Canadá, allí hay algunas de las mejores universidades del mundo, líderes en IA y Deep Learning, y el gobierno canadiense es uno de los que más invierten en I+D, pero la inversión del sector privado está por debajo del 1% del PIB, incluso teniendo al otro lado de la bahía, en Seattle, empresas como Amazon que hoy son los mayores inversores en I+D del mundo. Si prefiere un ejemplo más cercano, las tres grandes universidades de Israel se encuentran en los rankings cerca de las catalanas (Technion 145, Hebrew Univ 224 y Tel Aviv Univ 205), mientras que en temas de innovación Israel está entre los mejores del mundo.

No quiero decir con esto que no sea importante hacer investigación (yo me dedico a esto), sin talento no hay ni innovación ni prosperidad; pero no existe una transmisión directa de la investigación a la innovación, incluso de las patentes a la innovación. Un buen ejemplo es Inglaterra, con Cambridge y Oxford situadas en Times Higher Education Ranking como las dos mejores universidades del mundo, mientras que en Reino Unido no encontramos el nivel de innovación de Silicon Valley, Shenzhen, Israel, Texas, Nueva York, Boston o Taiwán.

De hecho, si observamos la innovación, veremos que sólo una pequeña parte tiene su origen en la ciencia o la tecnología, la mayor parte son nuevas propuestas de mercado con conocimientos preexistentes. Ni Zara, ni Starbucks, ni Amazon, ni Uber, ni Airbnb, ni Nespresso, ni Glovo son propuestas que vengan de la tecnología. Si buscamos un elemento en común entre los hubs de innovación, veremos que cada uno de ellos ha sido capaz de desarrollar unas capacidades propias que le permiten tener ventajas competitivas a nivel global. Las capacidades y las ventajas competitivas son diferentes en cada caso, pero estas capacidades son la clave.

Las general purpose technologies son las tecnologías que han cambiado el mundo, tales como la electricidad, el motor de combustión, el motor eléctrico, internet, el e-commerce... Son tecnologías que tienen un rango de aplicabilidad muy alto y son imprescindibles para todo

Hay dos aspectos muy preocupantes en el RIS. El primero, mientras que el índice de inversiones en I+D del sector privado en Euskadi es más del doble de la media española y está al mismo nivel que la UE, en Catalunya es sólo un 40% por encima de la española y un 40% por debajo respecto de la de la UE. Esto tiene mucho que ver el tipo de empresas predominantes y los mercados en los que compiten. Esto, sin embargo, es un tema para otro artículo.

Para mí, el aspecto más preocupante es el número de puestos de trabajo en tecnologías de la información y la comunicación (ICT), en Madrid rebasa la media europea y está a más del doble de la española. En Catalunya nos encontramos en la media española y por debajo de la europea.

Os preguntaréis por qué esto es tan importante. La explicación es simple, se llama GPT, es decir general purpose technologies o, también, tecnologías universales.

Las general purpose technologies son las tecnologías que han cambiado el mundo, tales como la electricidad, el motor de combustión, el motor eléctrico, internet, el e-commerce... Son tecnologías que tienen un rango de aplicabilidad muy alto y son imprescindibles para todo. Hoy en día, la representación más clara de estas tecnologías está en el mundo digital, particularmente inteligencia artificial, cloud, robótica... son las tecnologías imprescindibles para construir cualquier innovación. Los almacenes de hoy están robotizados, hechos con software y software con ruedas (robots), el e-commerce es también software con inteligencia artificial, también lo son los coches.

No son estas las únicas, se podría decir que diseñar chips es también una GPT, como también se podría decir de las baterías y otros, todo esto es cierto. Ahora bien, quizás ninguna tan universal como las digitales, IA + cloud + robótica + sensores + big data.

Hay dos aspectos que hacen que las GPT sean tan importantes. En primer lugar, su universalidad les da una gran capacidad de recombinación y, por tanto, de generar innovación. Si tienes mucho talento de primera línea en el campo digital y una demanda de empresas que compiten con innovación, tendrás muchos productos y servicios digitalizados. Lo que está pasando en la India, Shenzhen, Taiwán y lo que ha pasado en Silicon Valley son ejemplos de este fenómeno.

Pero, hay un efecto aún más importante. La existencia de talento en este tipo de tecnologias permite la innovación en todos los otros campos. Sin una amplia disponibilidad de profesionales de cloud, no tendremos startups y empresas que escalen; sin profesionales de IA, no tendremos una logística moderna o podremos hacer biología computacional o un sector público moderno y digital; sin un grupo amplio de profesionales de la robótica, del tratamiento de la imagen y sensores, no seremos capaces de hacer fábricas que puedan competir, porque hoy en día la fabricación y la logística competitivas están robotizadas.

Estos dos efectos de permitir y generar nuevas innovaciones mediante recombinación son básicos para tener un país innovador. Sin estar en el top en número y calidad de los profesionales de estos sectores, simplemente no lograremos tenir éxito en innovación, porque no tendremos ni tan siquiera oportunidades.

Hoy, los países prósperos son países que compiten con innovación. Lo hacen creando ventajas competitivas a nivel de ecosistema. Sería fantástico que esto fuera tan sencillo como invertir más en I+D+I, emprender misiones, atraer grandes empresas o tener muchas startups. No tenemos una varita mágica y todas las políticas tienen externalidades tanto positivas como negativas que hay que gestionar. Pero en cada momento de la historia hay GPT, tecnologías que no son como el resto, son clave. En esto estamos mal y quizás es lo más grave de este RIS.