Las expectativas son lo que fundamentan la bolsa y cualquier noticia que pueda suponer el fin de la pandemia juega un gran papel en el movimiento de los mercados. La vacuna —que es ya una carrera entre farmacéuticas— y todas las noticias relacionadas con ‘la cura’ explican gran parte de las subidas y bajadas de los índices mundiales y la volatilidad. Curiosamente, sin embargo, los valores en bolsa de las farmacéuticas que han anunciado una posible vacuna se han comportado de manera muy diversa en los mercados. 

Hoy, 27 de diciembre, es el día en que España tiene que empezar a vacunar a la población contra el coronavirus. La que se pondrá en España es la de la farmacéutica Pfizer junto con BioNTech, la primera que ha recibido la aprobación por parte de la Unión Europea y, según el gobierno español, en esta primera dosis habrá suficiente para los grupos de más riesgo. Pero Pfizer tiene otras competidoras que también corren la misma carrera y cada vez acortan distancias unas con otras. Se trata de Moderna, AstraZeneca, Reig Jofre o Janssen, entre otras muchas que no se han hecho tan mediáticas. 

Batalla de gallos

Pfizer fue de las primeras farmacéuticas que anunció los primeros pasos hacia la cura de la enfermedad provocada por el virus Cov-Sars-19. Tras meses de confinamiento y pocas esperanzas, una multinacional decía que podía sacarnos del problema. Acción-reacción: las bolsas de todas partes retrataron la buena noticia con subidas notables. Además, Pfizer era un nombre conocido, principalmente por su producto estrella: la Viagra, el fármaco que la hizo popular a finales del siglo XX. En cuanto a la vacuna contra el coronavirus, la farmacéutica norteamericana está aliada con otra compañía que ahora ya nos resultará familiar, BioNTech.

No pasaron muchos días, que a Pfizer le salió un competidor: la que conocemos como ‘vacuna de Oxford’. Se trata de la que están desarrollando la famosa universidad y la multinacional británica AstraZeneca, una de las más grandes del mundo. 

Y, por último, la menos conocida, la norteamericana Moderna, una compañía joven que promete la vacuna con tecnologia RNA. A todo esto, se añaden otras compañías e iniciativas como ‘la vacuna rusa’, o en el caso de Cataluña, la farmacéutica Reig Jofre producirá la vacuna de Johnson&Johnson. 

¿Qué pasa en la bolsa?

La salud es un negocio y las curas valen oro. De hecho, los informes del banco Morgan Stanley calculan que Pfizer generará cerca de 19.000 millones de dólares el 2021 con la vacuna, y Moderna más de 15.000 millones. Con todo, ahora mismo su valor a bolsa no está aumentando del mismo modo ni al mismo ritmo. 

A pesar de que lo normal sería pensar que para cualquiera de estas farmacéuticas dar la noticia que está desarrollando una vacuna contra el coronavirus las haría dispararse a bolsa, no ha ido así. El mercado ha jugado sobre todo a favor de Moderna y de BioNTech, con aumentos del 700 % y el 300 % respectivamente en lo que llevamos de año. Aun así, Pfizer y AstraZeneca prácticamente no se han inmutado al mercado bursátil, con un crecimiento del alrededor del 10 % en el mismo periodo. 

Así pues, ¿qué pasa? ¿Se trata del tipo de vacuna, de miedo de los inversores, de algo que se nos escapa…? Ciertamente, hay varios factores que influyen mucho en estos movimientos, más que la noticia o la prisa por ser el primero. 

Expectativas de éxito: dimensión, precio y temperatura

De entrada, hay que tener en cuenta la dimensión de las compañías. Moderna y BioNTech son dos biotecnológicas muy pequeñas, para la mayoría de nosotros desconocidas hasta ahora, motivo por el que una bomba como la vacuna por el coronavirus supone un gran volumen de negocio para estas, pero para un gigante como Pfizer, los anuncios de la vacuna acaban influyendo poco en su valor. Evidenciándolo con cifras, Pfizer cerró el 2019 con más de 50.000 millones de dólares en ingresos; BioNTech cerró el ejercicio con unos 108 millones de euros, y Moderna con unos 60 millones. Unos balances que evidencian la diferencia de situación inicial.

En segundo lugar, el precio de la vacuna también tiene un papel relevante, puesto que incidirá directamente en los beneficios y rentabilidad que tendrá la empresa. AstraZeneca se comprometió a no obtener beneficios de la vacuna mientras dure la situación de pandemia —motivo por el que parece que será la que se llevará a África y a otros países subdesarrollados—, de forma que es la más barata, con un precio estimado de entre 3 y 4 euros por dosis. La de Pfizer/BioNTech sería la siguiente, con un precio mediano de unos 20 euros por dosis, y finalmente la más cara sería la de Moderna, de unos 35 euros por dosis, todo según un análisis de Seeking Alpha.

Moderna puede producir unos 1.000 millones de dosis, Pfizer/BioNTech unas 1.300 millones y AstraZeneca cerca de 2.000 millones de dosis, lo cual dejará zonas del planeta sin cubrir

Y, por último, las condiciones de la vacuna, como por ejemplo la temperatura, la facilidad de transporte o de almacenamiento también influencian en lo que los accionistas esperan de cada compañía. Sin ir más lejos, Pfizer anunció que su vacuna tenía que mantenerse a -70 °C, cosa que complica el transporte. Aquel día, Moderna se disparó en bolsa, tras anunciar que la suya se podía mantener durante meses en neveras estándar a -20 °C, hecho que la hacía mucho más accesible que la de Pfizer. 

Con todo, lo que es bastante claro es que a pesar de que las varias compañías solucionen sus problemas de transporte o almacenamiento, con la producción que pueden hacer difícilmente llegarán a todo el mundo. Moderna puede producir unos 1.000 millones de dosis, Pfizer/BioNTech unas 1.300 millones y AstraZeneca cerca de 2.000 millones de dosis, lo cual dejará zonas del planeta sin cubrir. Así pues, probablemente en esta carrera se irán sumando cada vez más nombres, pero primero habrá que estar atentos a cómo se comporta esta primera dosis que hoy empieza a administrarse.