Que el fuego nos acompañaría parecía inevitable. No sé dónde vivís, pero donde vivo yo hace mucho que no llueve, y el calor es importante. Veo el bosque cada día y está tan seco que parece que con solo mirarlo los árboles se pueden encender. Ciertamente, que se den las condiciones perfectas para que haya fuego no quiere decir que se produzca y, de hecho, también, en pocos días ha habido, por lo menos, dos en Catalunya resultado de una imprudencia. Hay accidentes que cuesta poder evitar, pero hay comportamientos que directamente superan la irresponsabilidad y son criminales.

Duele cuando el fuego quema, aunque, a veces, aunque son feroces, no están exentas de belleza las imágenes de las llamas. Todo es un espejismo, porque cuando estas llamas desaparecen, sólo queda devastación, tierra quemada y, a veces, también casas, bestias y personas afectadas.

En el fuego del Empordà además de este tipo de pérdidas, cuando escribo este artículo ninguna vida humana, a la lista hay que sumar un tipo de maldad que nos pone directamente en más riesgo o, en todo caso, no nos ayuda a disminuirlo; ahora también con respecto a los incendios.

No tener estado es un gran agravio en un mundo como el actual, pero que el estado bajo el cual tienes que vivir no deje que te ayuden es mucho peor todavía

¿Cómo es posible que el estado español decidiera que no hacía falta ayuda de los bomberos franceses para apagar el fuego? Según Albert Bramon, el subdelegado del Gobierno, se optó por "agotar primero los recursos", en alusión a los recursos enviados desde el Estado, y "no precipitarse". Me tendría que ahorrar los comentarios, pero no puedo. En todo caso, para apagarlo antes; en todo caso, para que quemara menos tierra; en todo caso, porque cuando un fuego empieza, nadie sabe cómo acaba. En la memoria de todas y todos, por lo menos en Catalunya, Horta de Sant Joan.

Estoy segura de que nos convenía a nosotros y convenía a los franceses, ¿por qué, pues, una decisión como esta desde Madrid? También estoy segura de que no puede ser sólo la lejanía lo que nubla la razón. No tener estado es un gran agravio en un mundo como el actual, pero que el estado bajo el cual tienes que vivir no deje que te ayuden es mucho peor todavía.

En Perpinyà tenían dos hidroaviones preparados para lanzar agua al fuego, pero el Gobierno no les dio permiso para poder actuar. Estaban a quince minutos y además tenían una gran capacidad, pero la Moncloa no lo consideró ni "necesario ni oportuno". Que alguien me explique cómo se puede aceptar un razonamiento como este, incluso en este caso que todo ha acabado razonablemente bien. Es especialmente desafortunado el término "oportuno". ¿Oportuno para qué o para quién? ¿Están locos? ¿Son unos chalados, o unos imprudentes, o ambas cosas y, todavía, algo más? Cómo se rechaza una ayuda como esta, más todavía en contra de la opinión de los responsables directos de la extinción del fuego.

O no se entiende nada, o se entiende todo demasiado bien, depende de las variables que contemples para el análisis. Pero en cualquier caso, ¿qué sentido tiene estar en Europa? Queda claro que para España ninguno.