Se veía venir. Nunca antes hubo altercados en las manifestaciones pacíficas de Cataluña. Nunca jamás los soberanistas han empleado la violencia para defender sus ideas. 

Sin embargo en los últimos días ha sido evidente un intento desesperado por criminalizar las actividades pacíficas de los Comités de Defensa de la República. Todos lo sabíamos: se iba a buscar cualquier excusa para acusar de violenta a la población que se organizó para votar el 1 de octubre. Porque los CDR son, ni más ni menos que eso: personas pacíficas que se pusieron de acuerdo para poner las urnas y votar. No hay más. Y después de aquél día, se han mantenido en contacto organizando actividades pacíficas: charlas, manifestaciones, preparación de actividades culturales para mantener informada a la población. Ni más ni menos. 

Los CDR son, ni más ni menos que eso: personas pacíficas que se pusieron de acuerdo para poner las urnas y votar. No hay más.

Se sabía que más pronto que tarde vendrían las detenciones. Lo que nadie podía imaginarse es que se intentaría acusar de terrorismo a quienes han participado en actos que, como mucho, podrían equipararse a los que se han venido realizando en tantas ocasiones con motivo de huelgas: los conocidos piquetes. 

Resulta increíble que pueda banalizarse de este modo el concepto de terrorismo. Es absolutamente desproporcionado que se detenga a personas absolutamente pacíficas, que jamás han protagonizado ningún tipo de episodio violento o altercado.

Es ahora más que nunca cuando la sociedad catalana, española, europea, debe movilizarse y rechazar esta persecución, este intento de criminalización de las personas que de manera pacífica están defendiendo derechos democráticos. Es fundamental que la sociedad demócrata se una, plante cara a unas actuaciones exageradas por parte del Estado y defendamos el diálogo y la resolución pacífica de un conflicto que, fundamentalmente ha venido siendo promovido por quien se ha negado sistemáticamente a dialogar, está utilizando los medios de información para manipular la opinión pública y pretende generar auténtico terror entre la población aplicando la fuerza de los Cuerpos de Seguridad del Estado. El gobierno de España está excediéndose en todos los sentidos. 

Como ciudadana española, europea, demócrata le pido a las autoridades de mi país que se comporten como un gobierno demócrata y garantista del Estado de Derecho. Le pido a las autoridades europeas que intervengan de una vez por todas ante la barbaridad y las medidas represivas que se están aplicando contra la población pacífica.

No a la criminalización de quienes simplemente piden mayor democracia, una justicia independiente, unos medios objetivos y unas fuerzas y cuerpos de seguridad al servicio de la ciudadanía y garantes de la paz.