Bajo el titular: "La historia del apagón en España se está desintegrando", el diario británico The Telegraph pone sobre la mesa algunas cuestiones de gran relevancia sobre la gestión que ha hecho el gobierno de Sánchez hasta hoy. (https://genevahealthfiles.substack.com/p/pharma-ifpma-pabs-who-pandemic-treaty-geneva-inb)
Se apunta que debería ser el gobierno socialista, y no la energía verde, quien debería ser cuestionado en lo que se señala como "fiasco", algo que no solamente hace referencia al ya histórico apagón español del pasado 28 de abril.
Se habla del "hedor del encubrimiento" que se cierne sobre el "gigantesco apagón de España", al que se describe como "el peor fallo eléctrico en cualquier país desarrollado en los tiempos modernos" en el comienzo de la pieza que arranca prometiendo que no dará tregua. Basta con avanzar para darnos cuenta de que, efectivamente, no descansa en una serie de denuncias que, por obvias, nos deberían hacer reflexionar.
Y sobre otras, que sin ser obvias, también deberían hacernos pensar en por qué no han llegado todavía a nosotros.
Ambrose Evans-Pritchard lanza el primer dardo cuando nos cuenta que fuentes de Bruselas le han dicho a The Telegraph "que las autoridades estaban realizando un experimento antes de que el sistema colapsara, para evaluar hasta dónde podrían aumentar la dependencia de las energías renovables en preparación para la rápida eliminación gradual de los reactores nucleares en España a partir de 2027". Literalmente es lo que se puede leer en una pieza que desvela, en sus primeras líneas, algo que la sociedad española merecería conocer y que, por desgracia, no ha oído ni media palabra.
Dice The Telegraph que el gobierno de Sánchez podría "haber acelerado el ritmo de forma imprudente, antes de realizar las inversiones necesarias en una sofisticada red inteligente del siglo XXI capaz de gestionarlo". O sea, que se apunta a lo que algunos han comentado desde hace tiempo: la fiebre de las renovables, como la fiebre del oro, se ha desmantelado a golpe de subvención, de empresas creadas de la noche a la mañana, de negocio rápido y poca o ninguna visión de conjunto.
Alguien nos contó que éramos el lugar idóneo para generar energía del sol, el mar y el viento y que tendríamos para "dar y tomar". Un pelotazo, vaya. Y en lugar de establecer una estrategia de desarrollo a medio y largo plazo, el cortoplacismo, la opacidad, y el "tonto el último" han desarrollado un sistema que, de momento, ya nos ha dado un susto. Uno gordo.
A pesar de que el gobierno lo niegue, los expertos sin conflictos de interés explican que estamos generando energía renovable por encima de la posibilidad de consumo (y de exportación). No tenemos capacidad para vender todo lo que se produce, y tampoco hemos pensado en su almacenamiento. Y como lo del sol y el viento es algo que varía, podemos encontrarnos en situaciones de colapso -o de falta de- producción.
Dice The Telegraph que "si se establece que el apagón fue un experimento controlado que salió mal, y si esta información ha sido ocultada al público durante casi cuatro semanas, la izquierda española se enfrenta al olvido electoral durante una generación política".
Un artículo cargado de intención que, por ser lanzado desde The Telegraph, debería hacer reflexionar.
Se explica que el gobierno "controla de facto Red Eléctrica mediante una acción de oro (incumpliendo las normas de la UE)" y que "puso al mando a una política socialista y leal al partido, a pesar de su falta de experiencia en el sector y de las duras críticas que recibió en su momento". Para guinda, se remarca que el sueldo de Corredor multiplica por cuatro el del presidente del Gobierno español.
A modo de contexto, se recuerda que "el anterior jefe (de Red Eléctrica) dimitió en protesta por la intromisión política. Acusó al gobierno de impulsar su agenda verde con fervor mesiánico, pero sin tomar las medidas necesarias para lograrlo". A la vista está que no eran solamente los expertos sin conflicto de interés quienes venían advirtiendo de la caída de un sistema mal hecho.
Por si no fuera suficiente la "bomba" que suelta el comentado artículo sobre el posible "experimento fallido" que nos habría usado (una vez más) como "cobayas", la sorpresa vuelve a llegar cuando nos desvela The Telegraph que esta semana que ya cerramos, la Asociación Española de Empresas de Energía Eléctrica habría perdido la paciencia. "Estuvo a punto de calificar toda la investigación de farsa en un caústico comunicado", nos dice.
Hubo comunicado y fue muy duro. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelēc) difundió ayer un comunicado en el que pide que la investigación del "apagón ibérico" incluya las "variaciones extremas y generalizadas de tensión en la red eléctrica" que se produjeron durante la mañana del 28 de abril y también las de los días previos. La Asociación, que lideran Endesa, Iberdrola y EDP, critica duramente el análisis preliminar publicado por ENTSO-E, entidad que coordina y agrupa a los Operadores del Sistema europeos, análisis del que dice que, "sorprendentemente, ignora esta circunstancia".
Señalan que ya en los días 22 y 24 de abril, se habían observado variaciones que provocaron la desconexión automática de instalaciones de generación y de clientes, como el caso de la refinería de Cartagena y de líneas de tren de alta velocidad de ADIF.
La asociación subraya que "durante toda la mañana la situación del sistema fue inestable, y en los segundos anteriores al colapso se registraron valores de tensión en la red eléctrica por encima de los límites considerados como de emergencia".
Para terminar de contextualizar, The Telegraph amplía el foco y señala las consecuencias que el apagón español puede tener en clave política: "el apagón distópico español llega en el momento de mayo rechazo a todo lo ecológico en las democracias occidentales". "La vieja energía y la derecha global han aprovechado conjuntamente el episodio para procesar y condenar a las energías renovables antes del juicio, con la esperanza de clavar una estaca en el corazón del cero neto".
Digo yo que también servirá para recapacitar a los bienpensantes, independientemente de si son de la izquierda o de la derecha, que puedan sentirse hartos de pagar un dineral por sus facturas de luz y de gas, en el país donde nos sale energía por las orejas. Digo yo que también tendremos derecho a estar hartos más allá de los dichosos "bandos" políticos. Sobre todo cuando nadie entiende bien por qué se están destrozando cultivos, arrancando olivos centenarios, y timándole a la gente para llenar nuestras tierras de chatarra.
De momento, además de los dos bofetones de información vía Reino Unido que nos vienen en este artículo que aquí comento, el del supuesto experimento y el del comunicado del que poco o nada se ha hablado, tampoco nos viene mal saber que se nos está poniendo de ejemplo de lo que no se debe hacer. En el Capitolio, nos chiva el Telegraph, un senador ha dicho que España les recuerda "que las fuentes de energía intermitentes no pueden reemplazar la energía base confiable proporcionada por los combustibles fósiles u otras fuentes estables".
The Telegraph expone que "se sospecha que el gobierno está intentando desviar la atención de su propia responsabilidad: el Bank of America dice que España ha invertido en la red en una proporción del 0,35 en comparación con el gasto en renovables en los últimos cinco años, frente al 0,8 de Alemania y Reino Unido". "Años de subinversión han dejado a la red con dificultades para mantenerse al día", le ha explicado Tancrede Fulop, analista de Morningstar al Telegraph.
Por su parte, Andries Wantenaar, de Rethink Energy, nos considera "simplemente negligentes", porque básicamente, los que saben del asunto, ya venían diciendo que íbamos mal. Pero no se les ha hecho caso. Sirva de ejemplo el que dimitió, que nos recordaban nuestros amigos británicos en su diario.
Un artículo brillante y esclarecedor que nos sitúa de una manera muy didáctica: "hasta que no sepamos por qué la tensión se descontroló antes del apagón, es imposible saber lo que realmente ocurrió y Sánchez y sus amigos parecen decididos a impedir que lo descubramos". Cosa en la que estoy bastante de acuerdo y es algo que he dicho en reiteradas ocasiones desde que sufrimos el apagón.