Tal día como hoy del año 1789, hace 236 años, en París; el pueblo asaltaba la prisión de la Bastilla, donde estaban recluidos buena parte de los disidentes del régimen borbónico absolutista, y los liberaban. Aquella acción marcaría el inicio de la Revolución Francesa que, después de un proceso de democratización del poder, culminaría con el destronamiento, destitución, encarcelamiento y ejecución de los reyes Luis XVI y María Antonieta (1793) y la de su primogénito Luis Carlos (1795). Durante la última fase de la Revolución (1793-1794), se instauró un gobierno denominado "Régimen del Terror" y sus líderes (Robespierre, Danton y Marat) también acabarían ejecutados.
Pero la primera víctima ilustre de aquel proceso revolucionario fue Jacques de Flesselles, preboste de los mercaderes de París, cargo equivalente al de alcalde de la ciudad. La figura del preboste de los mercaderes fue creada durante el siglo XIII, cuando el estamento mercantil de la ciudad consiguió el control político y económico de la ciudad. Posteriormente, y después de una etapa crítica, había sido confirmado como un cargo equivalente a alcalde pero directamente subordinado al rey. Flesselles había sido nombrado preboste de los mercaderes de París pocas semanas antes, en sustitución de su predecesor Louis le Peletier (21 de abril de 1789).
También, poco antes del asalto a la Bastilla, los concejales de la ciudad —con el propósito de acercar el poder municipal de la capital a la causa revolucionaria— habían nombrado a Flesselles presidente de una Asamblea que sería el precedente de la Asamblea Constituyente. Inicialmente, Flesselles se negó a ello, pero la presión popular lo acabaría conduciendo a la dirección de este organismo. Esta Asamblea prerrevolucionaria votó la creación de una Guardia Popular y la adquisición de 12.000 mosquetes. Pero la estrategia dilatoria de Flesselles, que intentaba ganar tiempo esperando la intervención de las potencias extranjeras, la acabaría condenando.
El día 14 de julio de 1789, mientras el pueblo asaltaba la Bastilla, un pelotón del Comité Revolucionario —constituido por los concejales asamblearios que habían perdido la confianza en personajes como el rey o como el preboste de mercaderes— se dirigía al Hôtel de Ville (en la antigua Place de la Grave, actualmente Place de l'Hôtel de Ville), lo detenían y, después de una breve discusión, lo ejecutaban con un tiro en la cabeza. Acto seguido, el pelotón revolucionario decapitó el cadáver de Flesselles, y su cabeza —junto con la de Bernard-René Jordan de Launay —gobernador de la prisión de la Bastilla, asesinado durante el asalto al edificio—, serían clavadas en unas picas y exhibidos por la ciudad.