Bélgica es otra historia. La candidatura de la selección de Robert Martínez, entrenador catalán, sigue ganando puntos en las quinielas y, por lo que está demostrando sobre los terrenos de juego, sigue subiendo posiciones en la lista de favoritas para ganar el Mundial de Rusia. Dos goles de Lukaku, dos más de Eden Hazard y uno de Batshuayi ha reflejado la superioridad belga contra un Túnez que ha estado (prácticamente) despedido de la Copa del Mundo con un varapalo en forma de goles, espectáculo y, en definitiva, fútbol (5-2).

Es como aquello de que, en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey. En un Mundial que está teniendo de todo menos, porque no decirlo, buen fútbol, cualquier mínima expresión de juego ofensivo y altamente proactivo merece reconocimiento. Bélgica se divierte y divierte, cosa que no pueden decir otras selecciones como la española o la alemana, las últimas dos campeonas del mundo. Tampoco Brasil, que tendrá que sudar tinta para acabar como campeona de grupo, ni Argentina, que ha cambiado de objetivo y ya no piensa en levantar el título sino en evitar el ridículo.

Hazard Bèlgica Mundial Rusia 2018 Efe

Los belgas siguen sembrando el pánico en Rusia con actuaciones muy completas. Su nivel va mucho más allá de ser un equipo mucho goleador, que también. Robert Martínez cuenta con la potencia de Carrasco, la delicadeza de De Bruyne -quien, por cierto, ha mejorado como mediocampista posicional gracias a las instrucciones de Guardiola en el City-, el liderazgo de Eden Hazard, la travesura de Mertens y, evidentemente, la malicia de Lukaku. El delantero del United es el Satanás encargado de traducir al marcador el trabajo del resto de diablos rojos. Panamá y Túnez han intentado combatir contra su poder, pero ambas selecciones han acabado sucumbiendo a su superioridad.

Música clásica en tiempo de 'reguetón'

Lo que hace de Bélgica una selección ganadora es que siempre quiere llevar la iniciativa. Hazard ha adelantado, de penalti, a los suyos cuando sólo se habían jugado seis minutos y Lukaku ha hecho una muestra de su idilio con el gol antes del cuarto de hora de juego, pero aun así los de Robert Martínez han seguido yendo a por más. La rebelión de Túnez ha permitido recortar distancias en una jugada en pelota parada, cuya defensa, todo sea dicho, es el grande (y prácticamente único) defecto que los flamencos están demostrando en Rusia, pero la reacción ha sido un espejismo. Las diez ocasiones a una de la primera mitad han provocado que Lukaku volviera a ver portería antes de enfilar el camino de los vestuarios y, de paso, igualara a Cristiano Ronaldo en la tabla de máximos goleadores de la actual Copa del Mundo.

Bélgica Mundial Rusia 2018 Efe

Hazard ha hecho el cuarto sólo empezar la reanudación y el partido ha quedado visto por sentencia. La superioridad de Bélgica es tan abrumadora que, durante prácticamente toda la segunda mitad, la selección belga se ha permitido el lujo de dar descanso a sus dos goleadores (y estrellas) y, aun así, ser extremadamente mejor que Túnez. La falta de acierto de Batshuayi, que a pesar de cerrar el partido con un tanto de oportunista ha perdonado muchas ocasiones, y las paradas de Ben Mustapha han evitado que el marcador fuera todavía escandaloso. El gol de Khazri en el tiempo de añadido sólo ha servido para maquillar un poco más el resultado.

La goleada de Bélgica contra Túnez envía un mensaje claro al resto de selecciones que pretenden levantar la Copa del Mundo. La exhibición de los diablos rojos ha sido una reivindicación futbolística en una competición que, de momento, está premiando el juego rancio y defensivo; la actuación ha sido el azúcar que ha endulzado un café que, de momento, tenía un sabor bastante amargo. En tiempo de reguetón, Robert Martínez y los suyos han compuesto un concierto de música clásica.