Lo que puede parecer algo sencillo como llenar el depósito del coche de combustible tiene una serie de detalles a tener en cuenta que te permitirán aprovechar al máximo el espacio del tanque, así como evitar derramamientos o que el combustible se evapore demasiado. A continuación te explicamos unos cuantos de estos detalles para que aproveches al máximo el volumen de tu depósito y no desperdicies ni una gota de gasolina o diésel.

Lo primero a tener en cuenta es que el llenado depende del nivel de combustible en el tanque y de la velocidad del caudal que sale de la manguera. Si llegas con el tanque casi vacío, debes acelerar el proceso al máximo presionando el gatillo hasta donde la manguera permita. Después, reduce la velocidad, aprieta menos el gatillo. Así evitarás que aparezca demasiada espuma en los litros finales. Y es que si hay demasiada espuma podrás introducir menos litros.

Controlar la velocidad de llenado es básico para aprovechar al máximo el espacio del depósito

En este sentido, habrás notado que cuando estás llegando al máximo salta el mecanismo de seguridad  que reduce el flujo a la mínima expresión. Esto es porque la manguera detecta la presión y para que no se derrame el combustible. Sin embargo, puede que esta presión venga dada por la espuma, con lo que no estarás llenando el tanque al máximo.

 gasolina gasolinera Europa Press
gasolina gasolinera Europa Press

Esto debes tenerlo en cuenta sobre todo si tienes un coche diésel. Este combustible es más denso, lo que genera que se haga más espuma.

Asimismo, no es recomendable esperar a llegar a la reserva para llenar el depósito. Al haber más espacio en el tanque, ello hace que el combustible se evapore más rápido. Lo recomendable es llenar el depósito antes de que llegue a la mitad.

En resumen, cuando repostes combustible, empieza apretando el gatillo al máximo y ves aflojando a medida que se llena el depósito. Y no esperes hasta que el tanque esté casi vacío para repostar. Lo mejor es llenarlo lo antes posible cuando baje menos de la mitad.