Ford ha reactivado un proyecto largamente pospuesto que podría marcar un antes y un después en la historia del Mustang. Se trata de una versión híbrida del icónico deportivo estadounidense, basada en la actual generación S650 y centrada en el motor V8 de 5,0 litros. Este planteamiento, que en su momento fue descartado, ha vuelto a ponerse sobre la mesa en un contexto donde las exigencias regulatorias y la evolución del mercado empujan hacia una electrificación progresiva de todos los modelos, incluso los más emblemáticos.
El Mustang híbrido fue anunciado hace más de una década como parte de una estrategia de transición tecnológica dentro de la gama Ford Performance. Sin embargo, su desarrollo quedó en pausa tras sucesivos cambios en la hoja de ruta del fabricante. La llegada de la séptima generación del Mustang sin versiones electrificadas parecía confirmar su abandono definitivo, pero recientes indicios técnicos apuntan a que Ford ha decidido recuperar el proyecto, adaptándolo a las necesidades actuales sin renunciar al carácter que ha definido al modelo desde su nacimiento.
La clave del nuevo enfoque reside en mantener el motor V8 atmosférico como núcleo de la propuesta, combinándolo con uno o varios motores eléctricos para mejorar la eficiencia y las prestaciones. Aunque no se han revelado detalles oficiales sobre el tipo de hibridación, todo indica que la marca estaría evaluando tanto esquemas autorrecargables como variantes enchufables, dependiendo del equilibrio entre peso, potencia y autonomía eléctrica.
Una adaptación al nuevo contexto normativo sin renunciar al ADN
El resurgimiento de esta versión híbrida del Mustang se enmarca en la estrategia global de Ford para cumplir con los objetivos de descarbonización en mercados clave como Europa y Estados Unidos. En este sentido, no es ningún secreto que los deportivos de combustión deben adaptarse para sobrevivir más allá de 2030, y un tren motriz híbrido representa una solución intermedia viable. Este sistema permitiría reducir las emisiones sin comprometer el sonido y las sensaciones del motor V8, un rasgo identitario del modelo desde hace más de medio siglo.
Cabe destacar que el desarrollo del nuevo sistema de propulsión parece encontrarse en una fase avanzada, con prototipos ya en circulación para pruebas dinámicas. A nivel técnico, la electrificación parcial no solo contribuiría a rebajar las cifras de consumo, sino también a mejorar las prestaciones mediante un par motor instantáneo en bajas revoluciones, lo que reforzaría el carácter deportivo sin perder autenticidad.
El calendario de lanzamiento aún no ha sido confirmado, pero todo apunta a que el Mustang híbrido no llegará como una versión adicional inmediata, sino como parte de un restyling de ciclo medio o incluso como una evolución dentro de la próxima generación. Por otro lado, el desarrollo del Mach-E como SUV eléctrico puro continuará por una vía paralela, dejando espacio al coupé tradicional para evolucionar con identidad propia.
Esta maniobra revela la intención de Ford de conservar el legado del Mustang adaptándolo a las exigencias de una nueva era, donde rendimiento y sostenibilidad ya no son excluyentes.