Como bien saben todos aquellos conductores, acudir a la revisión y pasar las pruebas de la ITV no debe suponer en ningún caso ningún problema siempre y cuando tengamos el coche en unas condiciones óptimas y hayamos llevado a cabo toda la revisiones necesarias.

Este sentido, no es que sea precisamente ningún secreto que la inmensa mayoría de los coches que acuden a obtener la ITV acaban pasando las pruebas satisfactoriamente, por mucho que los últimos años esta se hayan endurecido respecto a épocas anteriores. Evidentemente aquellos coches que no lo has operan es porque tienen algún problema importante o porque, como ocurre en algunos casos, sus propietarios no han llevado mantenimiento correcto del vehículo en cuestión.

Sin embargo, si hay una de las pruebas que cada vez tienen más conductores es aquella que tiene que ver con la emisión de gases, una prueba que puede ser definitiva para superar o no el ‘examen’ de la ITV. En este sentido, existen varias opciones para intentar que el motor llegue más ‘limpio’ a la prueba, hasta de haber estado circulando durante un buen rato a velocidades altas y con el motor revolucionado antes de acudir a la cita.

El pequeño ‘truco’ que ayuda a la prueba de las emisiones de gases en la ITV

Eso sí, existe también otras maneras a la hora de provocar que el motor acabe siendo más limpio y, con ello, superar sin problema la prueba de las emisiones de gases. Y ese no es otro que el de poner en marcha consumibles eléctricos como es el caso del  sistema de iluminación, la climatización o el sistema de audio, entre otras opciones.

 

Al accionar este tipo de sistemas lo que hacemos es exigir más al alternador y que éste exija más al motor. Sin embargo, como mantenemos el régimen de giro constante en estas pruebas,  la centralita de gestión de motor tiene que optar por inyectar más combustible, de tal manera que la temperatura de catalizador aumenta y con ello se logra que los gases que salen de los escapes sean más limpios.

En resumen, exigir más al motor durante la prueba de manera que sea la propia centralita, el elemento que gestiona la electrónica del coche, la que se encargue de ir ajustando el funcionamiento del motor de acuerdo a las necesidades. Un pequeño truco que puede ayudar a superar esta prueba que, en muchos casos, acaba siendo la definitiva.