Alekséi Navalni murió envenenado en una prisión del Ártico. Así lo ha asegurado su esposa, Yulia Navalnaya, a través de un vídeo publicado en las redes sociales, en el que explica que "laboratorios de dos países diferentes" han llegado a esta conclusión tras analizar el "material biológico" de quien fue el enemigo número uno del Kremlin. Navalni, de 47 años, fue condenado a más de 30 años de prisión por extremismo y fraude por las autoridades rusas, y pasó los últimos meses de su vida en un remoto centro penitenciario a más de 2.000 kilómetros de Moscú, donde murió de manera repentina durante un paseo. La oficina central del Servicio Penitenciario Federal de Rusia informó que el opositor "se sintió mal y perdió el conocimiento", versión que ha sido cuestionada tanto por su familia como por organizaciones de derechos humanos, que han denunciado acosos y malos tratos contra el opositor durante todo su proceso de encarcelamiento.
We managed to transfer Alexei’s biological materials abroad. Laboratories in two different countries conducted examinations. These laboratories, independently of each other, concluded that Alexei was poisoned. These results are of public importance and must be published. We all… pic.twitter.com/Sp8w1322gY
— Yulia Navalnaya (@yulia_navalnaya) September 17, 2025
Según Navalnaya, su equipo logró obtener y transferir de manera segura muestras biológicas de Navalni al extranjero, y, tras ser examinadas, la hipótesis de que la muerte del opositor fue provocada ya no deja lugar a dudas. "Estos resultados son importantes y deben ser publicados. Todos merecemos conocer la verdad", ha expresado, reclamando presión internacional para que se eliminen las trabas legales y los laboratorios den a conocer qué veneno fue utilizado por los agentes de Putin. "Los países occidentales no tienen base legal para abrir procedimientos criminales, pero también existen consideraciones políticas: no querrían que una verdad incómoda salga a la luz en un momento inapropiado. Ahora no es el momento, y no hay fundamentos jurídicos para compartir los resultados de estos análisis", ha lamentado la viuda del activista. "Pero yo tengo fundamentos morales: Alekséi era mi esposo, mi amigo, un símbolo de esperanza para nuestro país. Putin lo mató. Tenemos derecho a saber cómo lo hizo", ha exigido. Las autoridades rusas siempre han negado cualquier implicación en la muerte del incómodo disidente, afirmando que "no tuvo ninguna naturaleza criminal" y rechazando abrir una investigación penal.
"No solo querían matarlo, querían humillarlo"
A lo largo del vídeo, Navalnaya ha recordado detalladamente la última carta enviada por Navalni —un día antes de su muerte— y sus últimos días bajo custodia, poniendo énfasis en la inacción de las autoridades ante los primeros indicios de enfermedad que el opositor presentó. "No lo llevaron a la unidad médica, simplemente lo devolvieron a su celda de castigo", ha explicado. "Dijo que su pecho y su estómago quemaban, y empezó a vomitar", ha añadido, mostrando una imagen de la celda donde Navalni comenzó a mostrar signos de debilidad. Dentro de la "Polar Wolf Prison" —conocida oficialmente como IK-3—, la remota prisión ártica reservada a los peores enemigos de Putin, Navalni estaba encerrado en una celda de seis metros cuadrados donde no podía tumbarse, y solo tenía acceso a una taza y un cepillo de dientes. "Durante los más de tres años que pasó entre rejas, sus condiciones fueron empeorando cada vez más. No solo querían matarlo, querían humillarlo. Lo torturaron con hambre, frío y un aislamiento total. Se le negaron las llamadas telefónicas y las visitas, y al final hasta dejaron de entregarle las cartas", ha relatado Navalnaya.
This is a punishment cell in the prison in Kharp, where Alexei Navalny was dying. The photos were taken right after his body was carried out. He had been lying here on the floor, vomiting, screaming in pain. The prison guards, instead of saving him, left him here, locked the bars… pic.twitter.com/8OCUNw17hp
— Maria Pevchikh (@pevchikh) September 17, 2025
Una larga persecución orquestada por Putin
La muerte de Navalni privó a la oposición rusa de su voz más destacada e incansable. El opositor fue encarcelado en enero de 2021, tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento que lo dejó en coma durante diecinueve días —según los medios rusos, el activista tuvo simplemente una "bajada de azúcar". Al cruzar el control de pasaportes en Moscú, fue arrestado y trasladado a un centro de máxima seguridad. Tras el inicio de la guerra contra Ucrania, Rusia intensificó aún más la represión contra los activistas, encarcelando a ciudadanos por simplemente mostrar carteles en contra de la "operación especial" de Putin. Desde prisión, Navalni continuó denunciando lo que consideraba una larga persecución política orquestada por el presidente ruso. Por último, Navalnaya ha recordado que "la única manera de oponerse a Putin es actuar con valor y con franqueza". "Exijo la divulgación pública completa de los resultados que muestran exactamente qué veneno fue utilizado contra mi esposo. Lo exijo por mí, por nuestros hijos, por los padres de Alekséi, por sus padres, por todos nuestros seguidores en Rusia y por todo el mundo que lucha por la libertad", ha sentenciado.