Situación complicada en Hungría, donde la inflación ha disparado los precios. El primer ministro del país, Viktor Orbán, está maquinando para intentar expulsar supermercados extranjeros del país. Estos se resisten a ser expulsados, pero las dificultades son muchas y no se sabe exactamente qué pueden hacer al respecto.

El miércoles pasado, Orbán amplió la cantidad de topes de precios en productos alimenticios. Eso es una medida que tal como recoge Politico.eu, afectará sobre todo a los minoristas. Así, en diciembre del 2021, en medio de una inflación vertiginosa que afectaba a los precios de los alimentos en los países de la Europa Central y Oriental, el gobierno aprobó un proyecto de ley que obligaba en los supermercados con ingresos por ventas superiores a 100.000 millones de florines (250 millones de euros) a entregar alimentos a una empresa estatal, unas 48 horas antes de la fecha de caducidad. Después, Budapest impuso un tope de precios, sin compensación, para los minoristas en seis alimentos básicos, incluyendo azúcar, harina y pollo. Eso se impuso utilizando poderes de emergencia y aumentando tasas impositivas para los grandes minoristas del 2,7% al 4,1%, resalta el digital. El miércoles se añadieron los huevos y las patatas.

Los supermercados afectados por las medidas

Todas estas medidas afectan a las alemanas Aldi i Lidl, la cadena francesa Auchan, Penny Market de Irlanda, Spar de Austria y Tesco del Regne Unit, no su hongareses. A pesar de alcanzar el umbral de los 100.000 millones de florines, varios locales de comestibles pueden eludir el impuesto y otras medidas, ya que operan bajo un sistema de franquicia. La ley también impide que otras cadenas de supermercados se reestructuren.

Eso, está comportando problemas importantes al país. "Lo que está pasando actualmente no es otra cosa que intencionalmente intentar expulsar ciertos negocios del mercado", ha dicho un representante de uno de los detallistas afectados, que habló bajo condición de anonimato y expresó preocupaciones compartidas por otros a la industria. "Es simplemente imposible operar rentablemente de manera sostenible bajo estas circunstancias impuestas por el gobierno húngaro". La ley "va en contra de los principios fundamentales en que se basa el mercado interno de la UE", dijo el representante, y pidió a la Comisión Europea que intervenga. La misma publicación constata que se puso en contacto con los detallistas extranjeros afectados, que se negaron a hablar oficialmente.

¿Hungría podría vivir una autarquía encubierta?

La subida de precios se está notando por todo el mundo. Sobre el papel, las medidas son aparentemente una respuesta al aumento de precios que, de momento, no tiene traba, por la guerra de Rusia en Ucrania. Orbán habría dicho a la prensa local que estas medidas tienen el objetivo de reducir la inflación a la mitad. El pasado mes de octubre alcanzó el 21,1% y se espera que a finales de año se sitúe en un 25%. Los datos asustan.

Otros miembros del gobierno, sin embargo, no han escondido sus intenciones de hacer que estas empresas pasen a ser de propietarios locales. "Necesitamos aumentar la participación de propiedad nacional en el sector de los materiales de construcción y la venta detallista de alimentos", dijo el ministro de Desarrollo Económico, Márton Nagy, en mayo y recoge la misma publicación.

¿Cómo lo están viviendo los ciudadanos?

Los consumidores afrontan la situación como pueden, pero las reacciones no se hacen esperar. La subida de precios mayor desde hace 25 años ha provocado que el consumo de alimentos baje un 4% desde hace un año, según una encuesta de NielsenIQ que recoge Euronews. "Las técnicas más típicas para ahorrar dinero son comprar menos, adquirir productos más baratos y hasta el 75% de las personas están dispuestas a cambiar de tienda para comprar un poco más barato. Nueve de cada diez personas van ahora a comprar con una lista de la compra y se ciñen a ella. Hace un año, la mitad de los compradores estaban dispuestos a comprar por impulso, comprando espontáneamente aquello que veían en la tienda. Ahora esta proporción se ha reducido a un tercio", ha señalado Erik Vágyi, director general de Nielsen IQ Hungría y recopilación lo mismo digital.

 

Imagen principal: el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en una imagen de archivo / Efe