Keith Siegel, ciudadano con doble nacionalidad estadounidense e israelí, fue liberado hace casi cuatro meses, tras pasar 484 días como rehén de Hamás en Gaza. A pesar de haber recuperado la libertad, continúa profundamente afectado por las vivencias vividas y por el recuerdo constante de los rehenes que todavía se encuentran retenidos en túneles subterráneos. Siegel denuncia las duras condiciones que sufrió: maltratos físicos y psicológicos, malnutrición y confinamiento en espacios claustrofóbicos.

Israel ha señalado 600 días desde el inicio de la guerra, y la sociedad civil —incluyendo antiguos rehenes y familiares— sigue presionando al gobierno israelí para llegar a un acuerdo que garantice la liberación de los 58 rehenes que todavía quedan en manos de Hamás, vivos o muertos. En este contexto, manifestantes han bloqueado carreteras en Tel Aviv y se han concentrado en la plaza de los Rehenes y frente a la embajada de EE.UU. para pedir una resolución.

Sentimiento de culpa

Omer Shem Tov, otro rehén liberado poco antes de la ruptura del alto el fuego en marzo, experimenta un profundo sentimiento de culpa. Cualquier actividad cotidiana, como comer o ducharse, le recuerda que muchos compañeros siguen sufriendo en cautividad. Tanto él como Siegel han dedicado su libertad a luchar por la liberación de los demás rehenes. Shem Tov, de 22 años, considera a los rehenes como su familia y afirma que luchará por ellos, mientras el tiempo corre en su contra.

Los antiguos rehenes, que conocen de primera mano la brutalidad del cautiverio, se han convertido en las voces más poderosas del movimiento a favor de un alto el fuego. "Las vidas de los rehenes son ahora más importantes que eliminar a Hamás", declara Shem Tov.

Siegel, a pesar de haber mejorado físicamente, sigue marcado por el recuerdo de sus compañeros de cautiverio: Matan Angrest, un soldado de 22 años, y Omri Miran, padre de dos niñas pequeñas. Compartieron espacios mínimos durante meses, y establecieron vínculos profundos. El recuerdo de conversaciones sobre fútbol, música y la vida familiar sigue aún muy vivo en Siegel.

La imposibilidad de un rescate militar

Pero la esperanza de un rescate militar desapareció cuando Hamás ejecutó a seis rehenes en agosto, en respuesta al acercamiento del ejército israelí. Este hecho generó miedo entre los rehenes, que temían morir en manos de sus captores durante una operación militar.

Tanto Siegel como Shem Tov han mantenido reuniones con líderes políticos, incluido el presidente estadounidense, Donald Trump, a quien atribuyen haber contribuido a su liberación. Shem Tov asegura que el trato recibido por parte de los captores mejoró después de su elección. En cambio, critican al gobierno israelí por priorizar la derrota de Hamás por encima del retorno de los rehenes. Ambos exrehenes insisten en que hay que alcanzar un acuerdo inmediato para evitar más muertes y garantizar el retorno de los que todavía permanecen atrapados en Gaza.