El senador y excandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay, de 39 años, se debate entre la vida y la muerte más de dos meses después del atentado que conmocionó la política del país. El 7 de junio, un joven de 15 años le disparó por la espalda mientras encabezaba un mitin en un parque del barrio de Modelia (Bogotá), impactándolo con dos tiros a la cabeza y uno en la pierna izquierda. Desde entonces, está ingresado en la Fundación Santa Fe, donde su situación se ha vuelto a complicar gravemente. Según ha informado este sábado el centro médico, en las últimas 48 horas su estado ha empeorado hasta una condición "crítica" a raíz de una hemorragia al sistema nervioso central, a la cual ha obligado a intervenirlo de urgencia con nuevos procedimientos neuroquirúrgicos. Aunque estas operaciones han conseguido estabilizarlo momentáneamente, el pronóstico sigue siendo reservado, y la incertidumbre sobre su recuperación mantiene en suspense tanto el escenario político colombiano como su propio futuro.
En el último comunicado, la Fundación Santa Fe ha detallado que, ante la gravedad del cuadro, Uribe Turbay ha tenido que ser sometido nuevamente a bloqueo neuromuscular y sedación profunda, con el objetivo de facilitar su evolución médica. El senador continuará bajo monitorización hemodinámica y neurológica permanente, en un intento de controlar cualquier complicación que pueda poner en riesgo su vida. El centro ha insistido en que su situación es "crítica" y que el pronóstico sigue siendo de "carácter reservado". No es la primera vez que el candidato tiene que entrar a quirófano desde el atentado: el pasado 16 de julio ya fue operado nuevamente, en aquella ocasión con un resultado "satisfactorio", según informó su esposa, María Claudia Tarazona, que sigue de cerca la evolución de su marido y ha agradecido las muestras de apoyo recibidas en estas semanas de incertidumbre.
Por el atentado contra Uribe Turbay, las autoridades mantienen bajo custodia a seis personas, incluido el autor material de los tiros: un adolescente de 15 años detenido con el arma utilizada en el ataque. La Fiscalía señala también a cinco adultos por su presunta implicación en la planificación y encubrimiento del crimen, entre ellos Elder José Arteaga Hernández, alias el Costeño, identificado como posible coordinador de la operación. El caso se complicó a finales de julio, cuando un joven de 17 años —que, según la investigación, habría participado en las reuniones preparatorias— huyó del centro estatal de protección para menores donde estaba bajo custodia. Según el ministerio público, este adolescente había acordado colaborar con la Justicia mediante un "compromiso voluntario para ampliar el interrogatorio" y, por eso, se encontraba bajo una medida de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Su evasión ha añadido un nuevo frente de inquietud en una causa ya marcada por la complejidad y la violencia política.