Ya hace cuatro años que la vuelta a la escuela no es normal para maestros, profesores, niños y niñas, ni familias. En este sentido, el inicio del curso escolar en Ucrania será de nuevo con limitaciones. Esta vez por la guerra con Rusia y antes por la pandemia del coronavirus. Eso ha provocado, como no podría ser de otra manera, una "pérdida generalizada del aprendizaje" con efecto directo sobre su conocimiento de la lengua ucraniana, según ha alertado este martes UNICEF.

De acuerdo con un comunicado de la agencia de la ONU para la infancia, que recoge Efe, los ataques a las infraestructuras educativas en Ucrania y la baja escolarización en los países que acogen refugiados ucranianos han generado problemas de aprendizaje en los 6,7 millones de menores ucranianos con edades entre 3 y 18 años.

La directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central, Regina de Dominicis, que recientemente ha visitado Ucrania, ha dicho que los ataques a las escuelas en el país han dejado a los niños "profundamente afligidos y sin espacios seguros para aprender", cosa que afecta también a su retención de lo que se ha aprendido en tiempos normales.

Educación en tiempo de guerra

Así, según lo que recogen las últimas encuestas, el 57% de los profesores reportaron un deterioro en las capacidades de los estudiantes relacionadas con la lengua ucraniana y el 45% con las matemáticas, y el 52% reportaron una reducción en las capacidades relacionadas con las lenguas extranjeras.

Según los datos de escolarización más recientes, en Ucrania solo un tercio de los estudiantes de primaria y secundaria están recibiendo clases completamente en persona; otro tercio sigue un modelo mixto con clases presenciales y en línea, y el tercio restante lo hacen completamente en línea.

La agencia señala que la educación en línea es una solución a corto plazo, pero no puede reemplazar las clases en persona, esenciales para el desarrollo social y las enseñanzas fundamentales.

Con respecto a los más pequeños, dos tercios de los niños en edad preescolar no están acudiendo a estos centros, situación que se agrava en las áreas a la primera línea del conflicto, donde el 75% de las familias reportan que no envían a sus hijos a los centros preescolares.

La odisea de estudiar en el país de acogida

Más de la mitad de los niños refugiados en edad escolar no están matriculados a los sistemas nacionales de educación de siete países de acogida, y los más propensos a perder el curso son los que irían a preescolar y a secundaria, a causa de los obstáculos del idioma o la saturación de los sistemas, indica el comunicado.

También ha señalado que los niños refugiados no matriculados en las escuelas locales probablemente están intentando estudiar en línea siguiendo el currículum ucraniano u otras plataformas de aprendizaje a distancia, aunque algunos pueden haber abandonado completamente los estudios. Hay que constatar que también hace falta un periodo de adaptación porque a menudo pueden no hablar el idioma del país de acogida.

A pesar de todo, UNICEF ha constatado que en tiempo de crisis y guerra las escuelas son más que lugares de aprendizaje: ofrecen seguridad y rutina a niños que han sufrido pérdidas, desplazamientos y violencia; la oportunidad de crear amistades y recibir ayuda de los profesores; y acceder a vacunas, alimentos y servicios de soporte psicológico.

La agencia reivindicó que trabaja con gobiernos y ONG sobre el terreno en Ucrania y en países de acogida para mejorar el acceso a la educación. Al mismo tiempo, está ayudando el gobierno de Ucrania, a través de rehabilitación de escuelas y clases de recuperación, a dar apoyo a unos 300.000 niños en riesgo de perder el próximo curso escolar, entre otras cosas.

 

Imagen principal: vida diaria en Avdiivka, Donetsk / Efe