El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, está teniendo un papel importante a la hora de gestionar los barcos que salen de Ucrania y que se dirigen bien cargados hacia su destino. Sin embargo, Erdogan no se conforma con poca cosa. Estos días también quiere coger el rol de protagonista en la crisis energética que sufre Europa a consecuencia de la guerra de Ucrania y los cortes de gas ruso. Un hecho que ha comportado también que se reanude el debate sobre activar o no Midcat, parado desde hace unos años.

En este contexto, el líder turco ha visitado la provincia de Mersin para poner en marcha el barco de perforación de hidrocarburos más nuevo y grande de su país. El líder de la República Turca del Norte de Chipre dio la bienvenida en la misión, mientras que los estados miembros de la UE, Grecia y Chipre, que durante años han afirmado que la exploración de hidrocarburos de Turquía a sus aguas territoriales es ilegal, han dicho que Turquía buscaba volver a las tensiones con Chipre. El hecho es que, tal como recoge un artículo en el The National News, los hallazgos que se han hecho de gas en Egipto, Israel, y en torno a Chipre han llevado a muchos observadores a pensar que las aguas del Mediterráneo oriental son ricas en recursos. Hecho que ha provocado una carrera entre estos estados para explotarlas. Después de encontrar 540 mil millones de metros cúbicos de gas en el Mar Negro, Ankara querría hacer otro descubrimiento de este tipo y empezar a depender menos de las importaciones de energía. Sobre todo, del petróleo y gas ruso. El portal constata en un artículo que la explotación en esta área se puede hacer gracias a un acuerdo marítimo con Libia. En este contexto, se ha creado un espacio de exploración de gas que atraviesa las fronteras marítimas de Grecia y Chipre.

Grecia protesta por las maniobras turcas

Las maniobras de Erdogan, sin embargo, no han gustado a todo el mundo. Grecia se ha quejado ante sus aliados, los Estados Unidos y la misma Unión Europea, sobre las infracciones turcas. Pero, a su vez, Turquía se ha esforzado en decir que se trata de un problema bilateral. "Grecia no solo se está perjudicando a sí misma enemistándose con Turquía con cálculos insignificantes", destacaba el director de comunicación de Erdogan, Fahrettin Altun, en una entrevista de la cual también se hace eco el digital.

Ahora bien, todo es más complejo de lo que parece. Turquía y Grecia son miembros de la OTAN, y, por lo tanto, tal como resalta, tienen que mantener las aguas seguras y discutir asuntos relevantes con los aliados de la OTAN. El diario destaca que los barcos de perforación turcos van acompañados por barcos de guerra. El miedo es que se repitan las tensiones y la guerra que se produjo entre Turquía y Grecia en Chipre, constata el rotativo. Si Turquía sigue presionando en Atenas y Nicosia a posiciones defensivas o incluso a un conflicto abierto, es posible que los EE.UU. y la UE no se queden de brazos juntos e intervengan. Y muy probablemente lo harían a favor de la parte griega.

¿Turquía, la solución de los problemas?

Los diferentes estados de la UE se han esforzado por encontrar nuevas fuentes de energía después de prometer poner fin a la dependencia del petróleo y gas ruso. Las fuentes más probables podrían ser la Asia Central, Mediterráneo oriental y el Golfo, según destaca el mismo The National News. Alemania está maniobrando para establecer terminales flotantes y recibir gas natural licuado (GNL) y asegurar un suministro constante de Qatar. Y es que Turquía quiere convertirse en la solución de todos los problemas, y de paso, en un centro energético. Ankara está alineada con Qatar, uno de los principales productores de GNL del mundo, y probablemente podría ayudar a asegurar un acuerdo favorable para Alemania y la UE en general.

Turquía también se ha espabilado a la hora de construir gasoductos y ya habría hablado con Israel para su construcción de para transportar gas de Israel en Europa a través del territorio turco. Este, podría pasar por Chipre y también entregar allí. Por otra parte, Turquía ya está ayudando a llevar gas que no sea ruso. Ya que dispone de un gasoducto que transporta gas de otros puntos de la Asia Central. Y es que la estrategia es clave. Turquía quiso dar apoyo en el Azerbaiyán a la guerra de finales del 2020 con Alto-Karabaj, para obtener acceso al gas de Azerbaiyán y Turkmenistán.

Así, pues, aunque Turquía podría ser una solución, hay muchas cuestiones sobre la mesa que expone el mismo diario. Y es que la situación en Chipre tampoco es fácil, como tampoco en el resto de conflictos donde Turquía tiene medio pie puesto en forma de apoyos e intercambios. Habrá que ver cómo evoluciona la maquinaria de Erdogan para ver si, finalmente, Turquía puede tener un papel importante en forma de solucionador de problemas en la crisis energética.

 

Imagen principal: el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cerca del barco de perforación / Efe