La Casa Blanca ha actualizado recientemente su sitio web oficial, y entre las novedades más comentadas destaca la nueva versión de la sección dedicada a la historia del edificio. El cambio, impulsado por la administración de Donald Trump, no se ha limitado a un simple repaso histórico: la web incorpora ahora una cronología con nuevos “momentos destacados” que reflejan, sobre todo, la misma visión del expresidente sobre su etapa y la de sus rivales políticos.
La página presenta una línea del tiempo con hitos clásicos, como la colocación de la primera piedra de la Casa Blanca en 1792 o la reconstrucción posterior al incendio provocado por las tropas británicas durante la guerra angloamericana de 1812. También se recuerdan transformaciones arquitectónicas significativas, como la ampliación del Ala Oeste bajo el mandato de Franklin D. Roosevelt en 1934 o la conversión de la antigua piscina presidencial en sala de prensa durante la presidencia de Richard Nixon en 1970.
La impronta personal de Trump
Sin embargo, Trump ha querido dejar también su impronta personal. La web detalla con todo lujo de detalles algunas de las reformas y remodelaciones que él mismo promovió durante su etapa en la Casa Blanca: desde la renovación del Jardín de Rosas, hasta la redecoración del Despacho Oval con nuevos motivos dorados y elementos decorativos que, según el exmandatario, simbolizan “el esplendor y la fortaleza de los Estados Unidos”. Incluso se menciona la demolición parcial del Ala Este para construir un salón de baile con capacidad para mil personas, una obra aún envuelta en controversia.
La web también destaca la construcción de un pabellón de tenis de 111 metros cuadrados en los jardines del sur, finalizada en 2020 y “supervisada personalmente” por Melania Trump, un detalle que refuerza la presencia de la ex primera dama en el relato oficial del mandato.
Pero lo que más ha llamado la atención es la inclusión de una serie de entradas dedicadas a los tres últimos presidentes demócratas –Joe Biden, Barack Obama y Bill Clinton–, todas ellas con un tono crítico o polémico. En el caso de Biden, la cronología recoge dos episodios especialmente delicados: por un lado, el incidente en que un agente del Servicio Secreto habría encontrado una bolsa con cocaína en el Ala Oeste, vinculado en el texto a Hunter Biden, calificado de “drogadicto confeso”; y por otro, la celebración del Día de la Visibilidad Transgénero, que según la web coincidió “con el Domingo de Pascua de 2024”, acompañado de una fotografía del presidente con una persona trans.
La Casa Blanca pierde el tono institucional
En cuanto a Barack Obama, la administración Trump destaca como “momento histórico” una reunión de 2012 con miembros de los Hermanos Musulmanes, a los que califica de “organización promotora del extremismo islamista” con vínculos con Hamás, catalogada como terrorista por varios países.
Finalmente, el relato incluye el famoso escándalo Lewinsky como uno de los hitos de la historia moderna de la Casa Blanca. El episodio describe la relación entre Bill Clinton y Monica Lewinsky, entonces becaria, como un “romance revelado” que llevó a investigaciones por perjurio y a un proceso de impeachment por obstrucción a la justicia, acompañado de una fotografía de los dos en el Despacho Oval.
La iniciativa de Trump ha generado debate entre analistas y medios estadounidenses, que ven en esta versión digital de la historia una reinterpretación política del pasado reciente. La Casa Blanca, que tradicionalmente había mantenido una narrativa institucional y transversal, se convierte así en un nuevo escenario de la pugna entre republicanos y demócratas, ahora trasladada al terreno simbólico y digital.