La muerte de Charlie Kirk ha sido un golpe muy duro para Donald Trump. El presidente de los Estados Unidos, que fue el encargado de anunciar la muerte del activista ultraderechista, de 30 años, ha hecho de su muerte una cuestión personal. Kirk era amigo del presidente norteamericano, una de las voces más influyentes del trumpismo y se había significado para construir su carrera política defendiendo posiciones en materia de inmigración, cultura y educación del movimiento MAGA. La revista Forbes lo incluyó en el 2018 en la lista 30 Under 30 en la categoría de ley y política, y Trump lo ha calificado de "mártir de la verdad y de la libertad". Trump se ha mostrado muy afectado por la muerte de Kirk, víctima de un rasgo|tiro mortal perpetrado por un francotirador mientras daba una conferencia en la universidad Utah Valley, ante unas 3.000 personas. El presidente fue quien confirmó la muerte de Kirk, que había sido trasladado a un hospital, en una primera declaración a través de su red Truth Social, y posteriormente se dirigió a la ciudadanía en un vídeo a través del mismo canal y el oficial de la Casa Blanca. El presidente ha responsabilizado a la "izquierda radical" por el asesinato del activista y afirma que la retórica de la izquierda radical, que según él ha comparado a norteamericanos como Kirk con nazis y criminales, es directamente responsable de la violencia política y el terrorismo que se observa en los Estados Unidos hoy en día.
El presidente admitió sentirse "lleno de dolor e ira por el atroz asesinato de Charlie Kirk" y aseguró que "este es un momento oscuro para los Estados Unidos". Trump a prometer que su gobierno "encontrará a todos y cada uno de los cuales contribuyeron a esta atrocidad y a otros actos de violencia política". El presidente ordenó que las banderas de todo el país ondearan a media asta.
Condena unánime
La Cámara de Representantes de EE.UU. guardó un minuto de silencio en memoria de Kirk y equipos deportivos de diversas competiciones le rindieron homenaje en sus encuentros más recientes. La muerte de Kirk ha conmocionado a la sociedad norteamericana y ha hecho evidente el enfrentamiento entre liberales y conservadores, pero la violencia del asesinato ha sido condenada por líderes políticos de todos los espectros ideológicos. Expresidentes norteamericanos, como el republicano George W. Bush, pero también los demócratas Bill Clinton y su mujer Hillary, Barack Obama y Joe Biden, que han condenado el ataque, expresando condolencia y gritando a la unidad para evitar la violencia política, que se ve como un problema creciente en los EE.UU. "Todavía no sabemos qué motivó a la persona que disparó y mató a Charlie Kirk, pero este tipo de violencia despreciable no tiene cabida en nuestra democracia", sostuvo Obama.
La ultraderecha, en pie de guerra
La ultraderecha de los EE.UU., por su parte, ha lamentado la muerte de una figura que describen como un luchador y alertan de que el país "está en guerra" después de este suceso de supuesta violencia política. "El movimiento que Charlie inició no se detendrá nunca (...) murió luchando no solo por él, sino también por ustedes, por Jesucristo y por esta nación", afirmó Jack Posebic, comentarista político próximo a Kirk y colaborador en su organización Turning Point USA, en declaraciones en Real America's Voice, la cadena donde Kirk conducía su programa The Charlie Kirk's Xou. Posebic, quien participaba a menudo en el show de Kirk y se refirió a él como un "amigo próximo", amenazó a los "radicales de izquierda" de los EE.UU. en la transmisión. En el mismo programa, Steve Bannon, exasesor de Trump y estratega durante su primer mandato, fue un paso más allá y señaló que Kirk "es una víctima de la guerra política que se está entregando" en los EE.UU.
En redes sociales y en declaraciones públicas, tanto figuras conservadoras como progresistas han mostrado consternación, pero también se extienden las teorías conspirativas de todo tipo, incluso las que aseguran que el atentado ha sido obra del movimiento MAGA para salvar Trump de las polémicas internas y externas que lo rodean. Algunas publicaciones recogen los gestos en clave que hacen los miembros de seguridad de Kirk antes del atentado.